Carta – Contaminación visual y arquitectos
(El Mercurio. 14/12/2009)
Señor Director:
Creo que algo debemos hacer respecto del negativo impacto que produce en los ciudadanos la irresponsabilidad con que algunas autoridades adoptan decisiones relacionadas con los espacios públicos. Dos ejemplos al respecto. Causa cierta hilaridad el recordar cómo muchos arquitectos y urbanistas reclamaron airadamente cuando se intentó colocar una estatua del Papa Juan Pablo II en Recoleta, y luego constatar que al llegar al lugar elegido, lo único que uno puede apreciar son gigantescos paneles publicitarios que se empinan por sobre la copa de los árboles, contaminando claramente la visión panorámica de un parque que debe estar a disposición de la comunidad y no de los intereses del marketing comercial. Algo similar sucede cuando nos acercamos al puerto de San Antonio, bajando por su calle principal. En vez de ver lo que antes podíamos disfrutar como un paisaje novedoso que se perdía en el horizonte, hoy se nos viene literalmente encima una inmensa construcción que alberga un mall y un casino, la que no permite ver el mar y que, además, es, como aporte al paisaje urbanístico, algo absolutamente fuera de lugar.
¿Será algo similar lo que nos espera respecto del anunciado mall en el muelle Barón en Valparaíso? ¿No corresponderá que en estas circunstancias también emita su opinión el Colegio de Arquitectos, tal como lo hiciera respecto de la estatua de Juan Pablo II?
Ronald Bown Fernández