Diferencias entre potencias y naciones emergentes amenazan con hacer fracasar acuerdo en Copenhague
(El Mercurio. 15/12/2009)
Países africanos acusaron ayer a las países desarrollados de estar negociando al margen para minimizar sus promesas.
Mientras afuera miles soportaban durante horas el duro frío de Copenhague con la esperanza de ingresar a la cumbre climática, muchos de los que ya estaban en el Bella Center sólo pensaban en abandonar el encuentro mundial y hacer fracasar la cita de la capital danesa.
Molestos por lo que consideraron una marginación de las negociaciones entre países ricos, los países africanos amenazaron con retirarse de la cumbre.
Los países en vías de desarrollo ya habían demostrado su descontento respecto de la actitud de los países industrializados y a la de los anfitriones daneses, acusándolos de defender una postura unilateral, indicó la DPA.
Ayer, las suspicacias comenzaron cuando un grupo restringido de unos 50 ministros de Medio Ambiente -con representantes de México y Brasil- sostuvo una reunión informal. Los africanos aseguraron que las potencias estaban tratando de minimizar sus promesas de recortes de emisiones de gases contaminantes, lo que acabaría con el Protocolo de Kioto, el único mecanismo internacional para luchar contra el calentamiento global. Poco después los africanos no estaban solos y fueron apoyados por 135 países emergentes, incluidos China e India.
La primera fase de objetivos del Protocolo de Kioto expira a fines de 2012 y la cumbre de Copenhague tiene como misión definir la acción internacional posterior.
“Una trampa”
Los países en desarrollo defienden el mantenimiento de Kioto, con una segunda fase de compromisos a partir de enero de 2013, pero algunos países ricos prefieren elaborar un acuerdo nuevo, con bases diferentes.
Estados Unidos, que nunca ratificó Kioto, considera que el Protocolo es injusto porque no impone obligaciones a las grandes potencias en desarrollo, como China o India responsables de una gran parte de las emisiones de CO {-2} mundiales.
China rechazó toda responsabilidad si la cumbre termina con un fracaso. “Sé que algunos dirán que es culpa de China si no hay acuerdo. Es una trampa de los países desarrollados. Que asuman sus propias posiciones sin utilizar a China como pretexto”, afirmó el viceministro de RR.EE., He Yafei, en una entrevista al Financial Times.
Ayer, una serie de conversaciones informales solucionaron el conflicto que amenazó el primer día de la semana clave de la cumbre. El jueves y viernes se realizará la cita de jefes de Estado y el objetivo es que salgan con un acuerdo.
“No hemos venido a Copenhague a desperdiciar esta oportunidad, no vinimos por un fracaso, sino por un éxito; no aceptamos ir hacia atrás, queremos ir adelante”, afirmó por su parte la jefa de la delegación de Brasil, Dilma Rousseff.
La Casa Blanca también dice que quiere llegar a un consenso. Según su portavoz, el Presidente Barack Obama “está comprometido a buscar un acuerdo que requiera que los países den pasos significativos”.
Pero el boicot iniciado por los africanos no sólo retrasó la labor frenética de negociadores que intentan resolver problemas técnicos antes de que 110 líderes mundiales lleguen a Copenhague, indicó la Associated Press. La disputa también dejó en evidencia las altas posibilidades de que esta cita termine en un estrepitoso fracaso debido a las diferencias casi irrenconciliables entre países industrializados y en vías de desarrollo.
Las negociaciones no fueron lo único que se complicó en Copenhague: afuera miles esperaban con temperaturas bajo cero a que los organizadores intentaran despejar el colapsado centro de conferencias Bella Center. Periodistas sin acreditación, activistas reclamando por los accesos, y una policía sin información, que parecía sorprendida por una situación que se le escapó de las manos, mostraron una alarmante falta de previsión, un caos organizativo y desidia, tanto de las autoridades danesas como de los bien pagados efectivos de las Naciones Unidas, criticó la DPA. Todo esto deja una pésima imagen de la organización internacional y del pequeño país del norte de Europa.
“La crisis no para de empeorar a gran velocidad, y es esencial tomar más decisiones políticas a escala planetaria para intentar obtener los cambios necesarios para que los países clave del mundo la resuelvan”.
Al GorePremio Nobel de la Paz
“Cortar las emisiones de gases contaminantes es tan factible de costear como esencial. Estudios serios dicen que podemos conseguir importantes reducciones en las emisiones con un impacto pequeño en el crecimiento económico. Y una economía deprimida no es razón para esperar; por el contrario, un acuerdo en Copenhague probablemente ayudaría a que la economía se recuperara”.
Paul KrugmanPremio Nobel de Economía
“Los escépticos insisten en que la Tierra no está calentándose. Esto es un gran contraste con el consenso de 18 de las más respetadas organizaciones científicas. Aun así, los escépticos tratan de levantar cualquier punto que tenga algo de incertidumbre científica sobre los detalles de las tendencias del calentamiento para sembrar dudas sobre todas las conclusiones que comparten las tradicionalmente cautas y definitivamente no radicales organizaciones de las ciencias”.
Alan Leshner Editor de la revista Science
Ecologista chileno: “El resultado será deficiente””Hay claridad acá que, a estas alturas, el resultado va a ser muy deficiente. Probablemente no se firme nada vinculante y sí lo es será (un acuerdo) muy malo. El proceso no termina aquí”, asegura el ambientalista chileno Eduardo Giesen, quien cree que la cumbre climática de 2010 en Ciudad de México tendrá un escenario sociopolítico más fuerte.
Giesen, que está en Copenhague como coordinador regional del Programa Justicia Climática de Amigos de la Tierra Internacional, señala que las ONG ambientales están de acuerdo con mantener el protocolo de Kioto y establecer un segundo plazo de cumplimientos; lograr que los países desarrollados reduzcan sus emisiones en 45% para 2020, y que éstos hagan una transferencia de 400 mil millones de dólares anuales al resto de los países para adaptación y mitigación. Esta es la posición del bloque de países en desarrollo, los menos desarrollados, los africanos, la Aosis (agrupación de estados insulares) y los países Alba + (Paraguay y El Salvador).
El ecologista se quejó de la decisión de los organizadores de restringir el acceso de observadores a la convención a sólo mil por día y para el viernes a 90. “Son miles de organizaciones, el número es absurdo”.