PM 2,5: una norma para proteger nuestra salud
(La Nación. 18/12/2009)
Por Paola Vasconi
En noviembre terminó el proceso de consulta ciudadana para elaborar la norma de particulado fino, el PM 2,5, uno de los contaminantes más dañinos para la salud humana, porque por su composición -mezcla de numerosos compuestos orgánicos, inorgánicos y biológicos de la más alta peligrosidad- y su diminuto tamaño (apenas 2,5 micrones) penetra fácilmente por las vías respiratorias alojándose en los alvéolos pulmonares, y causa graves enfermedades respiratorias y cardiovasculares e incluso la muerte.
La Sofofa, representando al gremio empresarial, manifestó su discrepancia a la norma propuesta, asegurando que resulta “imposible” alcanzar las metas de reducción de material particulado fino y, aun más, que era inconveniente establecer en este ámbito metas tan lejanas como diez o 20 años, porque no es posible conocer ahora las condiciones y tecnologías que existirán entonces. Esta postura es, al menos, contradictoria, porque si no es posible establecer los niveles de PM 2,5 razonables para 2022 ó 2032, tampoco lo es asegurar que no será posible alcanzar ciertas metas de reducción. El tema de fondo es que la norma tiene que tener como objetivo proteger la salud de la población y en ese sentido debieran mirarse las normas que lo aseguren.
La norma para el material particulado fino es una aspiración exigida por amplios sectores de la ciudadanía por al menos los últimos diez años; en este período hemos visto cómo se incrementan los problemas de salud de miles de personas, en especial niños y adultos mayores, que sufren mayormente las consecuencias de este contaminante tan dañino, sin que hasta ahora se haga nada para evitarlo.
Las inversiones que el sector industrial tendrá que realizar para que sus procesos productivos se adecuen a la nueva exigencia ambiental, deben comenzar a ser incorporadas como parte de los costos regulares de producción. Este incremento en los costos no es, como alega el sector, una desventaja para competir en los mercados internacionales; muy por el contrario: alrededor de todo el mundo la industria ha debido emprender el mismo camino, tendencia que sólo se incrementará en el futuro. Además, este punto de vista elude poner en la balanza los costos en salud por enfermedades respiratorias y cardiovasculares y muertes prematuras que durante años hemos estado subsidiando y pagando todos los chilenos, en especial aquéllos más vulnerables, debido a la falta de normativa.
El PM 2,5 es de origen antropogénico, generado en los procesos de combustión que abarcan el sector industrial, el transporte público y particular, los artefactos de calefacción a leña, entre otros. Por lo tanto, ésta será una tarea de todos y no de un solo sector. El procedimiento para la dictación de la nueva norma sigue ahora su curso regular. Es de esperar que la autoridad pondere adecuadamente todos los argumentos, y no se deje llevar por presiones indebidas de ciertos sectores que pretenden debilitar la nueva normativa, sin otro argumento que el económico y pasando por encima de la salud de todos los chilenos y chilenas.
* Fundación Terram