Carta – HidroAysén
(El Mercurio. 19/12/2009)
Señor Director:
Mucho se ha hablado de los efectos de la inundación que producirían los embalses proyectados con motivo de la implementación del proyecto de centrales hidroeléctricas en la Patagonia chilena. Se ha discutido sobre si la superficie de inundación de las represas de HidroAysén es mayor o menor que la de otros proyectos exitosos implementados con anterioridad en Chile y otras latitudes lejanas, poniendo sobre el tapete este asunto como uno de los puntos críticos que hacen o no ambientalmente sustentable el proyecto.
En la discusión nos hemos olvidado de un tema muy sensible que tiene que ver con la entrega de los embalses, es decir, las aguas que salen de las turbinas devueltas a los ríos una vez generada la energía. Sabemos que la demanda por energía es variable durante la jornada diaria; por lo tanto, la generación de energía y la consecuente entrega de los embalses también lo serán. En algunos tramos de las cuencas de los ríos Baker y Pascua los caudales máximos y mínimos históricos llegan a los 1.200 m {+3} /seg. y 600 m {+3} /seg., respectivamente. Pues bien, al entrar en operación las centrales hidroeléctricas del proyecto HidroAysén estos caudales máximos y mínimos históricos se producirán diariamente, generando un impacto fuerte en el comportamiento natural, biológico y físico de dos de las cuencas más valoradas a nivel nacional y mundial, tanto por su belleza como por los recursos naturales que entrega.
Al parecer, como hubiera dicho un querido profesor, estábamos mirando aguas arriba, y debíamos mirar aguas abajo.
Juan Luis Hernández Viera
Ingeniero Civil UC