Cumbre del clima termina con un acuerdo tibio y deja para enero definir la meta de reducción de emisiones
(El Mercurio. 19/12/2009)
Urgentes negociaciones entre EE.UU., China, India, Brasil y Sudáfrica permitieron alcanzar un consenso. El texto final no es vinculante, apela a la voluntad de los países para bajar niveles de polución.
Doce horas de negociaciones entre líderes mundiales resultaron anoche en un acuerdo sobre el cambio climático que dista mucho de las ya modestas ambiciones iniciales de la Cumbre de Copenhague. Estados Unidos y China lograron acercar posiciones, tras días de acusaciones mutuas. Junto a Brasil, India y Sudáfrica acordaron una forma para monitorear y verificar los recortes de las emisiones de carbono en naciones en desarrollo, y se comprometieron a declarar las acciones que tomarán para reducir la polución global en cantidades específicas, pero sin mencionar esas cifras.
Además, deja para enero de 2010 el establecimiento de las metas de reducción de dióxido de carbono (CO2), el mayor gas contaminante de efecto invernadero. Este objetivo era uno de los principales de la cumbre.
El acuerdo -que salió de las reuniones multilaterales de estos cinco países- no es vinculante y apenas hace algunas menciones a emprender un esfuerzo, voluntario, para que la temperatura del globo no suba de 2°C y promete ayuda monetaria para que los países pobres del planeta luchen contra el calentamiento global.
En la “Declaración de Copenhague” los países ricos se comprometen a un objetivo conjunto de reducción de gases de efecto invernadero en al menos 80% para 2050, para poder mantener así el objetivo de los 2°C (como máximo) de incremento de la temperatura global.
Eso sí, confirmaron que habrá fondos de ayuda de los países ricos para que los menos favorecidos puedan luchar contra el cambio climático, que se elevarán a US$ 30 mil millones de dólares para los tres próximos años y a US$ 100 mil millones de dólares anuales en 2020.
El ambiente de pesimismo marcó la cita ayer, consignó la DPA. El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, no ocultaba su decepción al afirmar, ante una nube de periodistas, que “se han hecho muy pocos progresos, China sigue empeñada en que la verificación de sus emisiones por parte de terceros supone una injerencia en su soberanía, no entiendo por qué”, afirmaba. Francia, como algunos de sus socios de la Unión Europea, querían metas más audaces y prometieron recortar sus emisiones en 20% o en 30% si otros países se les unían.
El tema de las inspecciones era el nudo gordiano que debían cortar ayer Obama y el Primer Ministro chino, Wen Jiabao. Estados Unidos había hecho el jueves un gesto simbólico, al comprometerse a aportar al fondo internacional para los países pobres. A cambio de su oferta económica, Washington esperaba un movimiento paralelo de Beijing. El gigante asiático valoró como “positivo” ese gesto estadounidense, pero siguió negándose a que sean organismos internacionales, por ejemplo equipos de Naciones Unidas, quienes verifiquen los recortes de sus emisiones futuras, que abarcarían hasta un máximo del 45% en función de su PIB.
El eje central de la disputa es el exponencial crecimiento económico chino, con una previsión de casi el 9% para 2010, según varios estudios. Beijing, apuntan los analistas, no quiere comprometer en exceso el éxito de ese “milagro económico”.
Obama aseguró que el acuerdo es un avance significativo y sin precedentes, aunque admitió que no es suficiente para combatir el calentamiento global. Mientras que otros, como los miembros de la delegación brasileña, decían estar “decepcionados” por el acuerdo.
“No es el acuerdo que esperábamos pero al menos es un acuerdo que nos permitirá salvar algo y seguir negociando el año próximo las cifras que no han podido cerrarse”, dijo el embajador brasileño, Sergio Serra.
El diplomático, según EFE, criticó también la falta de compromiso de los países ricos y el hecho de que “no pusieran cifras definitivas sobre la mesa” como causa de que las negociaciones en Copenhague no vayan a arrojar un acuerdo vinculante.
“El cambio climático es un peligro creciente. Este riesgo no es ficción, sino ciencia (…) Mientras nadie pone en duda el cambio climático, nuestra habilidad para actuar sí que lo está”.
BARACK OBAMA
Presidente de EE.UU.
“La cumbre no debería ser un juego de póker, en el que algunos se guardan un as en la manga y juegan según sus intereses”.
LULA DA SILVA
Presidente de Brasil
“Aborda las necesidades de los países en desarrollo. Era lo único disponible en Copenhague”
VOCERO DE LA COMISIÓN EUROPEA
“Es un fiasco total, y un paso atrás respecto al Protocolo de Kioto. Si un Jefe de Estado intenta decir que fue un éxito, ganará la Palma de Oro a la comunicación más mentirosa del año”
PASCAL HUSTING
Director general de Greenpeace