Editorial – ¿Moles o esculturas?
(La Tercera. 21/12/2009)
Más incluso que la política, el mundo del arte ofrece polémicas sabrosas. Ahí está la disputa entre La nana y Dawson Isla 10 por cuál es la mejor representante del cine chileno en el exterior.
Ahora asoma otra disputa, iniciada por unas palabras críticas del artista Gaspar Galaz, quien dijo que la vanguardia ya no se expresa a través de la escultura, sino por medio de la instalación o el arte conceptual. “Hasta cuándo los escultores van a seguir haciendo objetos tridimensionales estéticos para decorar plazas. La escultura como arte ya no es capaz de interrogarse críticamente sobre los grandes problemas y preguntas del mundo”, disparó Galaz.
Con eso ardió Troya. Sus palabras fueron retrucadas por diversos escultores que reivindicaron su arte y la expresividad de éste.
El problema es que, al parecer, justo lo que a Galaz le parece abominable -eso de andar poniendo esculturas que a pocos interpelan en parques, malls y la vía pública- es lo que muchos escultores consideran precisamente como la mayor gracia de sus obras: su capacidad de interactuar con la gente al ocupar espacios públicos de manera novedosa y cercana. Para algunos de ellos, la crítica de Galaz es “anacrónica”.
Mientras este debate tiene lugar, la ciudad se va llenando de volúmenes, formas y colores. Es cierto que muchas veces la gente pasa al lado de ellos sin entender mucho. Pero también lo es que más de alguna vez nos hemos quedado mirando esas estructuras, tratando de interpretarlas y de dialogar con ellas. (IIS)