Carta – Cumbre de Copenhague
(La Tercera. 23/12/2009)
Señor director:
Finalmente, la Cumbre de Copenhague fue una desilusión, particularmente por las expectativas de alcanzar un pacto que algunos llamaron “FAB”: Justo (Fair), Ambicioso (Ambitious) y Vinculante (Binding). El texto del acuerdo, en que participaron 119 jefes de Estado y gobierno, está lejos de aquello y nos podemos declarar decepcionados y defraudados de los líderes mundiales.
Lo más grave es que el acuerdo no considera cómo hacer vinculantes los compromisos para contener el ascenso de la temperatura en un máximo de dos grados. El texto no establece la concentración de dióxido de carbono para lograr ese objetivo, el año del máximo de emisiones -entre 2015 y 2020-, ni la necesidad de que en 2050 sean la mitad que en 1990.
Este acuerdo es totalmente insuficiente, irresponsable e injusto, porque no dice ni obliga a nada concreto, y cabe hacer notar que se han destinado demasiados recursos para una reunión que sólo sirvió para evidenciar la falta de compromiso con este problema.
Pero hay que ser cuidadosos con este fracaso, especialmente porque, como dijo la canciller de Alemania, Angela Merkel, “aquellos que sólo critican Copenhague se alinean con los que frenan la lucha contra el calentamiento”. En nuestro caso, de ninguna manera debería implicar que nos olvidemos de la urgente necesidad de diversificar la matriz energética chilena, además de todas las mejoras que tengamos que hacer para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.
Nora Au Díaz
Vicedecana Facultad de Ingeniería Universidad del Desarrollo