Opinión – Línea 6: una indispensable
(La Tercera, 5/1/2010)
Por Clemente Pérez
Las ciudades europeas se caracterizan por sus excelentes sistemas de transporte público. En ellas, uno puede combinar metro, buses y trenes de cercanía con gran facilidad y rapidez. Ese es el objetivo principal de la futura Línea 6 de Metro, recientemente anunciada por la Presidenta: mayor flexibilidad en la red, no depender de una sola línea (como ocurre hoy con la Línea 1) y mayor facilidad para combinar con otros medios de transporte.
De este modo, se beneficia no sólo al vecino de San Joaquín o Pedro Aguirre Cerda, que tendrá una estación cerca de su casa, sino también al de San Bernardo o Buin, que dispondrá una alternativa atractiva (tren-metro) para llegar a Santiago. Esta nueva línea también conectará a cuatro corredores de buses y cuatro líneas de Metro, lo que la transformará en un gran articulador del transporte público en la ciudad. Una especie de megatroncal.
Tal vez nunca antes se había dispuesto de tanta información para tomar la decisión más correcta. Además de los tradicionales análisis comparativos de rentabilidad social, que miden los ahorros de tiempo de los beneficiarios, esta vez también se consideraron otros aspectos, como la capacidad de descongestionar la Línea 1 y el aporte urbanístico.
En este último punto, destaca el estudio realizado por los profesores Iván Poduje y Oscar Figueroa, de la UC, quienes desarrollaron un “Análisis Multicriterio” que considera factores tales como densidad poblacional, conectividad, cobertura de la red actual, homogeneidad de carga y actividad económica.
Es interesante, entonces, señalar que, de acuerdo a este estudio, la Línea 6 tiene un enorme potencial reactivador, pues, además de cubrir un sector poblacional muy relevante, atraviesa sectores deprimidos, lo que constituye una gran oportunidad de generación de nuevas zonas residenciales y comerciales.
Esta Línea 6, tal como lo señaló la Presidenta, viene a sanar una herida; viene a cerrar esa frontera entre comunas más pudientes como las construidas al norte del Zanjón de la Aguada y las más humildes que están hacia el sur de ese límite. Ello, porque el zanjón fue la frontera natural de Santiago por muchos años, transformándose, simbólicamente, en una barrera social. La nueva línea generará integración, acceso a un transporte moderno, rápido, limpio y eficiente; así como a muchos servicios que Metro presta a sus usuarios -ligados a la cultura, la educación y el comercio- o que surgen entorno a las estaciones.
Ante anuncios de nuevas líneas siempre es esperable recibir críticas de aquellos que esperaban un trazado cercano a sus municipios o zonas de residencia. También de los que todo lo ven con una mirada electoral. La verdad es que decisiones de este tipo toman tiempo, casi tanto como construir una línea.
Afortunadamente, se ha hecho tradición que cada vez que se termina una etapa se anuncia una nueva, lo que le ha permitido a esta empresa tener claridad en su expansión, retención de equipos de ingenieros y empleo a miles de obreros de la construcción. Alegrémonos de que los planes se van cumpliendo, en tiempo y presupuesto, lo que no es obvio cuando se trata de inversiones tan importantes.
A pocos días de la inauguración de la extensión de Línea 1 hacia Los Dominicos y de Línea 5 hasta Pudahuel, podemos estar contentos, porque esta red, que es patrimonio de todos los chilenos y a la que todos los gobiernos han colaborado, no sólo aportando recursos, también definiendo los nuevos proyectos a realizar, seguirá creciendo a paso firme, aumentando la productividad y la calidad de vida de millones de personas.