El pasado, presente y futuro de la Villa Olímpica
Durante estos días hemos visto como en varios medios de prensa se ha ido mostrando la realidad de algunos de los vecinos de la Villa Olímpica, conjunto residencial construido hace más de 40 años en la comuna de Ñuñoa, donde familias completas han ido desalojando sus inmuebles ante el miedo del colapso de las estructuras de algunos edificios.
Sin embargo, varios de los problemas que presentan las edificaciones no son nuevos. Tras el terremoto del ‘85 se efectuaron reparaciones que permitieron habitar las viviendas, las cuales evitaron el colapso de las estructuras durante años. Hoy el panorama es similar al de esos años luego del terremoto, sin embargo, puede ser que en la actualidad los costos de reparación se incrementen respecto los que se hicieron en el pasado, por la evidente razón del paso del tiempo y antiguedad de las edificaciones. ¿Qué hacer con la Villa Olímpica? A continuación algunas claves en relación al pasado, presente y futuro de esta.
El pasado
No es primera vez que la Villa Olímpica se ve afectada por un sismo de gran intensidad. A pesar de sus años -fue construida con motivo del mundial del 62 y ampliada en los años posteriores-, la mayoría de los blocks resistieron al terremoto del año ‘85. Algunos tuvieron que ser reparados y otros derribados o “cortados” según sus tipologías y daños.
(Fotografías tomadas luego del terremoto del 27 de Febrero 2010)
Originalmente la sección del edificio que se muestra en la primera imagen, constaba de dos departamentos. Tras el terremoto del ’85 y el colapso de uno de los pilares estructurales del edificio en el primer nivel, se eliminó la última corrida de departamentos. En el sector de las pasarelas, se instalaron también en esa época marcos de acero que sostuvieran esas estructuras, de manera de evitar un colapso ante otro eventual terremoto. Las pasarelas resistieron (aunque no de la mejor manera) el terremoto del pasado 27 de Febrero.
El presente
Hoy, una de las principales inquietudes de los residentes, es saber si sus viviendas son habitables después del terremoto y tras las constantes réplicas que lo han seguido. Ante esta incertidumbre, varios han optado por dormir con sus familias en carpas en las plazas del sector, hasta tener una información oficial que asegure la habitabilidad o no de sus viviendas.
Esta semana la Municipalidad, apoyada por un grupo de técnicos, han catastrado todos los blocks y la mayoría de los departamentos para ver los daños al interior de estos y en las estructuras de los edificios. De esta manera y junto a un grupo de ingenieros, se han ido elaborando informes que señalan los prinicipales daños en las estructuras de los edificios a nivel general, recomendaciones sobre su habitabilidad o posibles desalojos ante graves daños estructurales.
El futuro
Respecto a lo que viene en el futuro, creo que hay dos escenarios claves que hay que analizar. El primero tiene que ver con las medidas inmediatas a tomar por parte del municipio y los equipos técnicos que lo están apoyando: información y resguardo de la seguridad de los vecinos respecto a la habitabilidad de las viviendas, y el consecuente apoyo a los que deben ser desalojados de sus casas para su relocalización en otros lugares, junto a la facilitación de medios para trasladar sus pertenencias. Varias de estas acciones ya están en curso, ya que numerosas familias se han trasladado, ya sea por decreto municipal o por voluntad propia ante la inseguridad provocada por la poca certeza de la resistencia de las estructuras.
En un segundo momento, y como paso siguiente al catastro de daños que se ha ido llevando a cabo, es importante evaluar el grado de reparación de los distintos edificios. No todos los blocks han sido afectados en un mismo grado, ya que mientras algunos presentan daños menores sobretodo en muros de albañilería, hay otros que requerirán de una importante reparación a nivel de elementos estructurales.
Según la opinión de los ingenieros, muchos daños que se han catastrado son reparables, sin embargo, es evidente que ante el aumento en el nivel de deterioro, aumenta los costos de reparación. ¿Hasta cuánto va a estar dispuesto a gastar el municipio o las entidades públicas en la reparación de una de las obras de infraestructura que recibió la distinción de la Comisión Bicentenario por ser un aporte en el desarrollo urbano del país? ¿Quiénes serán los responsables de llevar a cabo dichas reparaciones? ¿Cuánto esperar?
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