Las constructoras e inmobiliarias que nos dejaron en el suelo, y los intendentes de la reconstrucción
Tras el terremoto del 27 de febrero, grupos de diversa naturaleza se han organizado para ayudar, catastrar, organizar, e informar a la población del país, inmersa en situaciones de precariedad, desamparo, escasez, y también de impotencia en la búsqueda de culpables por lo ocurrido. Si bien el terremoto no tiene culpable, las negligencias en coordinación y el colapso físico de estructuras, si lo tienen. En ese sentido, es imposible no ver que junto con antiguas y en algunos casos precarias estructuras de adobe u otros materiales, los mayores daños se hayan registrado en estructuras de menos de 10 años de antigüedad, como son algunas autopistas y edificios de recientes negocios inmobiliarios. CIPER Chile publicó en su web la información de las inmobiliarias y constructoras de los edificios más dañados en Santiago, información que agradecemos profundamente.
El listado de éstas es el siguiente:
Paz Corp (en Ñuñoa)
Ebco y Banmerchant (en Ñuñoa)
Sigro y Viva (en Ñuñoa y Macul)
Ingevec y Simonetti (en Ñuñoa)
Vital y Penta (en Ñuñoa)
Concreta y Santiago Tres (en Ñuñoa)
Novatec y El Bosque (en Santiago)
DLP y General (en Santiago)
Mujica y González Limitada, Francisco de Aguirre e Independencia S.A. (en Maipú e Independencia)
Origen y Konhill (en Maipú)
Francisco Lorca (en San Bernardo)
FGS S.A. (en Huechuraba)
Echeverría Izquierdo y Altos de Huechuraba (en Huechuraba)
Jahuel Ingeniería y Quinched (en Huechuraba)
Nollagam Limitada (en Independencia)
Viviendas 2000 y Fe Grande (en Conchalí)
Planes y Los Vilos (en Maipú)
Hermanos Carrera (en Maipú)
Esta completa lista se puede visitar en un mapa elaborado por CIPER sobre Google maps en este link. La información contempla sólo los proyectos afectados en Santiago, a lo que habrá que sumar luego la información levantada en regiones, donde seguramente inaugurará la lista la constructora Socovil, a cargo del edificio Condominio Alto Río que se desplomó el día del terremoto en Concepción, y cuya publicidad de venta es la siguiente:
La investigación sobre la organización de cada una de estas empresas está muy desarrollada en el sitio de CIPER. Quisiéramos detenernos aquí en el caso particular del edificio Altos de Huechuraba, a cargo de la constructora Echeverría Izquierdo, no porque haya sido especialmente desastroso en relación al resto, sino porque involucra a actores relevantes de la futura reconstrucción de nuestras ciudades. El caso de esta constructora es presentado en CIPER de la siguiente manera:
El 4 de noviembre de 2008 se modificó el Consorcio de Ingeniería y Construcción VEI Limitada, sociedad que data de 1996 y en la que participa la empresa “Echeverría, Izquierdo, Ingeniería y Construcción S.A.” así como “Echeverría, Izquierdo S.A.”, además de “Ingeniería y Construcción Vial y Vives Limitada” e “Icafal Ingeniería y Construcción S.A.”. El capital social aumentó a $2.487.965.171, aportado en proporción de un 33,33% por cada una de las empresas asociadas. Como representantes de Echeverría Izquierdo S.A. aparecen Fernando José Echeverría Vial o Álvaro Gabriel Izquierdo Wachholtz. Esta constructora tiene además otra sociedad, “Echeverría, Izquierdo, Montajes Industriales S.A.”, la que en diciembre de 2006 constituyó la sociedad de responsabilidad limitada “Consorcio Echeverría Izquierdo, Parés y Alvarez Limitada” o “CONSORCIO EIMI – P&A LTDA.”, siendo representada por Darío Arturo Barros Ramírez, Bernardo Alberto Echeverría Vial y Álvaro Gabriel Izquierdo Wachholtz. Su socia, “Parés y Alvarez Ingnieros Asociados Limitada”, está representada por Javier Álvarez Pérez.
Pues bien, Fernando Echeverría Vial será, a partir de este jueves 11 de marzo, el intendente de la Región Metropolitana. Echeverría fue, además, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción en años anteriores. Junto con él, en la lista de los 5 intendentes ya anunciados en la página oficial del nuevo gobierno, se nombra a Rodrigo Galilea, de la constructora Galilea S.A., como intendente de la región del Maule.
En el proceso de reconstrucción que se aproxima, las inmobiliarias y los intereses de la Cámara Chilena de la Construcción sin duda que van a jugar un rol importante, y si en las últimas semanas ha habido denuncia por parte de algunos sectores respecto a evidentes conflictos de interés de miembros del nuevo gobierno, sin duda estos nombres vienen a ser parte de eso mismo, y de manera absolutamente evidente.
La destrucción de los centros de ciudades intermedias, así como el aumento del déficit habitacional, abre un importante debate en torno a cómo se reconstruyen las ciudades, y sobre todo de quién se hace cargo del proceso y se apodera de las ganancias; entendiendo que la emergencia puede hacernos querer actuar rápido, parece importante también detenerse a pensar en las consecuencias a largo plazo de aquello que se construya. En un modelo descarnadamente neoliberal en que el suelo es un bien de cambio más, la actual situación presenta un escenario de eventual expulsión importante, que reabrirá y agudizará un debate sobre segregación y derecho a la ciudad que en la práctica nunca se ha cerrado, teniendo como principal protagonista la importancia del suelo. Las inmobiliarias como juez y parte, incluso con edificios a medio caer, hacen que sea imperioso construir esta agenda desde la propia ciudadanía, organizada e informada, desde ya.
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