Sociedad civil y los medios en el futuro de la reconstrucción
Tras la renuncia de Carmen Fernández a la ONEMI y sus declaraciones a la prensa, hubo una frase que me quedó dando vueltas, “esa presión periodística por buscar culpabilidades” . Creo que las críticas al papel de los medios de comunicación son necesarias y muy bienvenidas, como la realizada por uno de los editores de Plataforma Urbana el día 3 de marzo y algunas otras, como la de Fernández que hoy nos incita en esta reflexión.
A casi quince días del terremoto del centro sur de Chile creo que es necesario enfocarse en el proceso de reconstrucción de nuestro país. Es cierto y justo que se deben realizar las investigaciones pertinentes en los organismos e instituciones que fallaron, pero esa investigación no se resolverá en dos días, ni con una “cuña” de los involucrados. Volviendo al tema de la reconstrucción, esta tarea no debiera ser un proceso integrado solamente por calculistas, ingenieros y arquitectos, sino que por todos los ciudadanos que quieren volver a levantar sus hogares y reconstruir sus identidades. Es ahí donde el periodismo tendrá nuevamente un rol fundamental.
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Muy necesarias fueron las imágenes inmediatas y los enlaces en directo, la población reaccionó, y junto al gobierno hicieron sus mejores esfuerzos para llegar en ayuda a las zonas afectadas. Pero cuando el país vuelve, entre réplica y réplica, lentamente a las actividades normales y se comienzan a organizar los planes de reconstrucción, los medios deben buscar una nueva forma de abordar el tema. Ya no sirven los lacrimosos testimonios o la opinión de las “fuentes” políticamente más relevantes. Desde hoy en adelante los medios deberían contribuir a fortalecer la discusión pública y a incentivar la participación activa de los ciudadanos durante la reconstrucción. Si muchas veces las organizaciones de la sociedad civil, tan importante en estos momentos, no alcanzan a participar en la agenda pública o no son dignas de titulares, este es el tiempo en que la reconstrucción esté muy presente en la agenda informativa.
Las redes sociales y el periodismo ciudadano, no sólo deberían velar por una mayor participación colaborativa de las personas, sabemos que poco y nada modifican las pautas (los temas a reportear) de las grandes redacciones, a excepción de casos puntuales, pero sí pueden ser grandes viralizadores de movimientos ciudadanos, canalizar las demandas de los afectados y promotores de la paticipación ciudadana.
Colombia 1999: Terremoto grado 6.4 en la ciudad de Armenia
El terremoto del denominado eje cafetero en Colombia, el año 1999, me parece un caso digno de imitar. El gobierno colombiano se organizó para reconstruir con la colaboración conjunta del Estado y de diversas ONGs, que lamentablemente no estaba funcionando de manera incluyente con los ciudadanos. Debido a esto un grupo de investigadores en Comunicación Urbana (ojo con el área de especialización de estos periodistas) comenzaron un proyecto de periodismo público, con el fin de incentivar el debate y la participación de los pobladores de las localidades debastadas. Así surgió “Voces Ciudadanas por la reconstrucción” que contempló procesos de foros, grupos de discusión, entrevistas, estadísticas y otras artes pertinentes en ese momento, que se basaron en tres ejes temporales: la ciudad -desastre, la ciudad-memoria y la ciudad reconstruida.
Voces Ciudadanas a partir de una gran plan estratégico para la reconstrucción, que incluyó no sólo los medios locales, sino también participación en los conglomerados nacionales logró hacer participe las demandas de los ciudadanos directamente en la Gerencia de Comunicación del Fondo de la Reconstrucción (FOREC) del gobierno colombiano, tanto así que un año después la Contraloría General de la República llamó a una convocatoria para desarrollar estrategias de capacitación en Periodismo Público en ocho departamentos del país.
Un nuevo rol para el periodismo tradicional que vale la pena considerar ¿No creen?