Expertos haitianos plantean un osado plan de reconstrucción para descentralizar Puerto Príncipe
Con la creación de polos de atracción económica, además de solucionar los problemas derivados de la catástrofe del 12 de enero, se corregirían males urbanos que se arrastran por un siglo. The New York Times
Un grupo de planificadores urbanos de la entidad gubernamental a cargo del desarrollo de Haití tienen un plan de reconstrucción basado en una idea central osada: redistribuir grandes sectores de la población de Puerto Príncipe en ciudades más pequeñas, a una distancia segura de las áreas más vulnerables ante desastres naturales.
El plan transformaría a Haití, que pasaría de ser un país dominado por una sola metrópolis a lo que los expertos llaman una red de “polos de crecimiento” urbanos más pequeños.
Las pautas todavía están en una etapa inicial, y el destino de la nación finalmente tendrá mucho que ver con los acontecimientos políticos y económicos que están fuera del alcance de los planificadores.
Además de la reconstrucción, el plan serviría para resolver muchos de los males urbanos que han plagado el país por décadas y que tienen su origen hace un siglo.
Haití era principalmente rural en el pasado, y su importante actividad económica se distribuía entre varios puertos a lo largo de las costas del norte, del oeste y del sur. Pero después de la invasión de Estados Unidos en 1915, los estadounidenses empezaron a concentrar la mayor parte de las operaciones comerciales en Puerto Príncipe, el sitio donde estaban sus cuarteles militares. El puerto fue dragado para hacer espacio para los grandes y nuevos barcos a vapor; otros puertos importantes, en el norte y el oeste, empezaron a decaer.
A mediados de la década de 1960, Francois Duvalier cerró los otros puertos para concentrar su base de poder en la capital. El crecimiento de Puerto Príncipe se aceleró en medio de la agitación política después que el hijo y heredero de Duvalier, Jean Claude, huyera del país en 1986. Durante los siguientes 20 años, la población casi se duplicó, a cerca de 3 millones de habitantes.
El efecto fue un desastre urbano que puso cada vez más presión a la capital y se privó a las provincias de una oportunidad económica.
“Hay que recuperar el equilibrio”, señaló Leslie Voltaire, planificador urbano y enviado especial a Naciones Unidas. “Si no hacemos nada, se espera que Puerto Príncipe crezca a 6 millones de habitantes en los próximos 15 años. Llegará a ser una incubadora para más crímenes y violencia. Nuestra ventaja económica está en la agricultura y el turismo, y por naturaleza éstos están descentralizados”.
Miles de edificios públicos en la capital resultaron destruidos en el terremoto. Alrededor de 600 mil sobrevivientes han escapado desde entonces hacia otras ciudades.
Con la reubicación de varias escuelas y hospitales en ciudades más pequeñas, los planificadores esperan crear un incentivo económico para evitar que la gente regrese a Puerto Príncipe una vez que empiece la reconstrucción. Las nuevas edificaciones se podrían organizar en torno a las plazas y parques públicos para que proporcionen centros cívicos a las comunidades que carecen de ellos.
“Esto sólo funcionará si estos polos se convierten en imanes de atracción, con agricultura, turismo, industria y especialmente empleos”, explicó Voltaire. “De lo contrario, estas personas van a regresar”.
La ventaja económica de Haití está en la agricultura y el turismo, y por su naturaleza están descentralizados.