Qué reconstruir: el riesgo de las ciudades fantasmas
Calle Serrano en Valparaíso – imagen original de flickr.com/photos/infinite_sadness
No es fácil introducir esta discusión. La principal razón es que la imagen más clara del terremoto corresponde, evidentemente, a las edificaciones destruidas. Luego vienen las historias como la del alcalde de Peralillo y las lágrimas frente a su municipalidad en el suelo, o el Zafrada frente a su escuela. Es evidente que cuando pensamos en reconstrucción imaginamos recuperar o renovar las edificaciones que están en el suelo. Sin embargo, tanto la experiencia post-desastre en Chile como a nivel internacional señalan la importancia de partir por la recuperación del trabajo. En este punto resulta fundamental ligar las discusiones sobre cómo financiar la reconstrucción – una discusión que puede resultar demasiado abstracta – con la realidad concreta de nuestras ciudades y la recuperación del cliché llamado “vida urbana”. A continuación haremos un intento por esclarecer estas relaciones.
¡TRABAJO, TRABAJO, TRABAJO!
En el World Urban Forum realizado en Río de Janeiro a fines de marzo de este año, hubo varias oportunidades en las que se discutió sobre cómo reconstruir después de desastres naturales. Casos como el tsunami de Asia el 2004, Katrina 2005 o Haití y Chile este año proporcionan la fuente de experiencias que ahí se compartieron. Prácticamente todas las instituciones que acumulan experiencia en procesos de reconstrucción (como Cooperative Housing Foundation International, US AID, Habitat for Humanity, Red Cross and Red Crescent International Federation) señalaron enfáticamente que la prioridad, además de brindar alojamientos de emergencia, es destinar programas para recomponer el tejido productivo.
Algo similar es posible concluir de la experiencia local, muy bien ejemplificada a pequeña escala en el desastre de la Calle Serrano en Valparaíso, ocurrido el 2007. De la experiencia de la reconstrucción se aprendió que no sirven inversiones públicas en infraestructura y espacio público si es que no hay un programa potente de fomento productivo. Miembros del equipo que participó en esa recuperación han llegado a decir que se construyó una “calle bonita”, pero que permanece abandonada a tres años del suceso. ¿Se corre este riesgo en las ciudades que se intervendrán?
El equipo actualmente a cargo de la reconstrucción en el MINVU ha señalado que las líneas de acción que se están implementando son tres: redefinición de áreas de riesgo en bordes costeros, reposición de vialidad urbana y la elaboración de planes maestros en las ciudades dañadas de mayor tamaño. Es esta última la instancia donde se pensará la reconstrucción en específico de cada una de las principales ciudades afectadas. Los planes deberán generar, en un plazo de 90 días, básicamente tres productos: (1) Un ejercicio de proyectar la imagen urbana de la reconstrucción y generar sugerencias a los Instrumentos de Planificación Territorial (IPT), (2) una cartera de proyectos de inversión pública y (3) una obra seleccionada para estar financiada y en ejecución en octubre.
Queda claro, en este sentido, que los planes del MINVU no incluyen este aspecto. La razón evidente que puede esgrimirse es que este aspecto corresponde al Ministerio de Economía, y de hecho, ya se han realizado anuncios. El 21 de abril pasado el presidente Piñera entregó a la luz pública un plan de apoyo a las PyMEs, que incluyó un apartado para la reconstrucción. El anuncio no estuvo exento de polémicas, puesto que en el rubro hubo diferencias de opinión frente al anuncio, “siendo la principal crítica el que no se especificara cuándo ni cómo se ejecutará todo lo anunciado”. El director de diariopyme.com, Leonardo Meyer, señaló que “no hay nada nuevo en declarar que el rol de Corfo y BancoEstado es apoyar a las empresas de menor tamaño, como tampoco anunciar un incentivo tributario a quienes inviertan o contraten, pues son temas que se arrastran de la anterior administración y ahora lo que queda es que se ejecuten”. También se señaló que la mayor parte de las medidas de apoyo ya fueron incluidas por el gobierno pasado en el Estatuto Pyme promulgado en febrero pasado.
Las críticas anteriores se refirieron al plan de apoyo general, al que se sumaron algunas medidas orientadas a las zonas afectadas. El primero es un subsidio administrado por Sercotec que “involucrará US$40 millones y beneficiará a 5 mil microempresarios, quienes para acceder al subsidio deben acreditar ventas anuales inferiores a 2.400 UF y daños causados en sus negocios. Operará con la modalidad de cofinanciamiento, donde el beneficiario también efectuará un aporte”. También habrá un “Fondo de Cobertura para la Reconstrucción administrado por Corfo, con US$120 millones para garantizar crédito de hasta US$1.000 que las instituciones bancarias y no bancarias entregarán a la Pyme que necesiten financiar sus reconstrucción”, además de “US$20 millones que serán administrados por las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR)” para generar mayor competencia entre las entidades financieras.
PENSAR LA CIUDAD DESDE EL TRABAJO: UNA TAREA PENDIENTE… Y URGENTE
Aparentemente no existe ni coordinación entre los planes del MINVU y el MINECON, ni planes específicos de fomento productivo por ciudades. Este punto es crítico puesto que las bases económicas originales de las ciudades afectadas son profundamente diferentes: Constitución absorvida por las empresas de celulosa de Arauco; Talca eminentemente comercial; tantas otras asociadas a la agricultura de exportación. Todo esto ha quedado destruido. Un recientemente publicado artículo de CIPER retrata de manera muy clara la situación en la ciudad de Talca: “La gente ha quedado sin casa y sin trabajo. Hemos contabilizado 1.200 personas que no recibieron sus sueldos en marzo”. Aparte de las casas de adobe que se han venido abajo, posiblemente lo más visible en Talca es el cierre de muchos locales comerciales de todo tipo. La coordinación inter-sectorial para operar en el ámbito urbano había sido una bandera de lucha del equipo programático de la actual administración; éste seríael mejor momento para cumplir con lo entonces señalado, y no seguir con las descordinaciones ya tan bien conocidas por nuestra historia urbanística reciente.
Mientras tanto, quienes pueden, están buscando recuperar su fuente de actividad comercial. El reportaje de CIPER señala: “Son tantos los locales que quedaron en el suelo, que los comerciantes están desesperados por volver a funcionar en otra parte del centro”. Esto ha desencadenado un problema gigantesco de precio de suelo que es difícil de abordar. “La presión por los arriendos ha disparado los valores. En parte se debe a que los servicios públicos han salido con urgencia a buscar locales, porque no pueden dejar de funcionar. Y no es que los propietarios hayan subido los precios, sino que hay gente que ofrece hasta el doble de lo que tú pides con tal de que le reserves”.
Para una ciudad comercial como Talca, parece una calle sin salida. Dado que no se trata de actividades industriales, la principal variable de valorización para el comercio es la ubicación, la cual muchas veces estaba determinada por los arriendos. El tejido socio-productivo era una compleja y fina red tremendamente frágil, que funcionaba a través de antiguos dueños empobrecidos que arrendaban, rentas para sobre-vivir, familias vulnerables que participaban de este tejido para estar cerca de los servicios…¡y del trabajo! Cualquier intervención en este sentido es tremendamente complicada: los precios de suelo se determinan por la disponibilidad de la oferta y sobre todo por la capacidad de pago de la demanda, por lo que alternativas como subsidios para los comerciantes sólo agrabarían el problema, subiendo más los precios de suelo. La situación de los comerciantes podría indicar que no habrá recuperación; cada negocio implica una cadena de patrimonio destruido que va sumando y sumando familias, otras empresas que viven de servicios prestados a quienes están quedando arruinados… hasta llegar a gran parte de la ciudad sin sustento económico.
Esta gran complejidad siempre está presente en este tipo de situaciones, por lo que la experiencia internacional ha desarrollado alternativas interesantes. Una de ellas, presentada en el World Urban Forum, corresponde a los Community Resources Center desarrollados por Habitat for Humanity, que están siendo implementados actualmente en Haití. En este caso, en HfH desarrollaron una metodología de trabajo centrada, mucho más que en la unidad de vivienda completada, en ser facilitadores del proceso de reconstrucción entendiendo la cadena de valor en torno a la vivienda, en base al proceso de “construcción social del hábitat”. Se trata de centros de provisión de servicios en forma de “clusters” que incluyen:
Land
• Technical assistance for:
• Secured tenure
• Land rights
Materials
• Production
• Recycling
• Salvaging
• Pre-fabrication
Labour
• Skills Training
• Contract facilitation
Design
• Risk reduction (mitigation)
• Information sharing
• Appropriate/new technologies
Finance
• Selection/allocation
• Loan processing
• Micro-finance
• Save & Build
En la presentación hecha por Steven Weir (Vice President Global Programs Development and Support HfHI) en Río, se agregaban labores de incubadora de pequeños negocios, especialmente en el caso de Haití donde con urgencia se busca componer un tejido productivo prácticamente inexistente. En Haití se está desplegando una estrategia geográfica, donde los HRC se instalaban en base a “áreas de influencia” cubriendo todo el territorio afectado, pensados para moverse a otro lugar cuando los procesos a nivel local lograran una autonomía adecuada. En la presentación son enfáticos en que no se trata necesariamente de un “lugar físico”, más que cuando se incluyen procesos que requieren de ser centralizados (en el fondo, antes que un lugar el HRC es una metodología y una paleta de recursos tanto materiales como de servicios disponibles). Otras instituciones como la Cooperative Housing Foundation, con más de 50 años de experiencia, señalan que la reconstrucción es una oportunidad para re-distribuir riqueza al aprovechar la demanda para conformar pequeñas empresas familiares, por ejemplo, en vez de aniquilar sus oportunidades entregando los procesos a los “gigantes de la industria”, generando de paso mayor concentración económica y desigualdad.
¿EL REMEDIO PEOR QUE LA ENFERMEDAD?…TEMERLE A SANTIAGO
Hasta el momento, este tipo de enfoques no se escucha en el caso chileno. Constituitía una alternativa para la aplicación concreta de medidas genéricas del gobierno. Uno de los aspectos que se señalan los Community Resources Center es el apoyo técnico respecto a la propiedad del suelo, tema que ha intentado ser implementado en Talca por diversas organizaciones de la sociedad civil. Existen instituciones intentando impulsar este enfoque (el autor del artículo participa apoyando a la sociedad civil en Talca a través de la organización Reconstruye como Coordinador General, incluida en el Consorcio Técnico que presentó un plan al Concejo Municipal centrado en la recuperación integral, lo que incluye el tema productivo y la distribución equitativa de las plusvalías), sin embargo, no hay agendas gubernamentales claras que incluyan estas acciones.
El tejido socio-productivo se basa en cadenas de valor y patrimonios inter-relacionados que igualmente están afectados y bajo amenaza de ser arrasados. El reportaje de CIPER incluía el testimonio de un vecino y comerciante: “Me han hecho tres ofertas. Viene gente que no se identifica. Me ofrecen 60 millones de pesos, pero ya estaba tasada en 150 millones. No vamos a aceptar. Pero yo entiendo a los vecinos que están pensando vender, aunque sea a los precios que ofrecen pagar. Acá mismo, al lado, la señora vivía del local que arrendaba en el frontis de su casa. Todo eso se cayó. Tuvo que irse de allegada. ¿De qué va a vivir?”. Aparte de los esfuerzos realizados por la sociedad civil, no hay ningúna iniciativa oficial al respecto, y alternativas como la Corporación de Asistencia Judicial no tienen la misma capacidad de Santiago instalada en regiones.
Los planes presentados por el MINVU, como el de Arauco para Constitución o la información indicando que Cencosud financiaría el plan de Talcahuano, generan algunas dudas al no señalar el papel de los grandes grupos económicos luego de los 90 días de trabajo. ¿En qué posición queda Cencosud luego de haber definido la imagen objetivo y la cartera de inversiones, para potenciar la instalación del Retail? Está empíricamente comprobado que un Supermercado genera una oferta contra la cual el pequeño comercio no puede competir. Si bien el argumento de generar trabajo puede servir para apoyar la instalación de locales de Cencosud, ¿cuáles son sus consecuencias en términos de la sostenibilidad del tejido socio-productivo? ¿Cuántos trabajos, fundamentalmente PyMEs, dejarán de tener sustento a cambio de los empleos de cajeros, reponedores y trabajos de limpieza generados en un Jumbo o Easy? Los niveles de información entregados dejan esas dudas instaladas, y lamentablemente alimentan desconfianzas por parte de la ciudadanía, que no ve un alivio en los planes de reconstrucción, sino quizá todo lo contrario.
En ciudades como Talca, la evidencia presentada por CIPER indica que hay grandes capitales de Santiago que están presionando operaciones a través de intermediarios para obtener suelos céntricos a mitad de precio. Por otro lado, el grueso de las empresas constructoras e inmobiliarias se sostiene sobre la base del negocio de la expansión urbana, sin que la densificación del Centro haya sido una alternativa demasiada usada hasta ahora. Ya existían críticas al nuevo plan regulador y existe poca claridad respecto las empresas que apoyarán el plan en Talca bajo el modelo MINVU, aunque el Alcalde Juan Castro (UDI) dijo que de parte de ellas “se eligió a Talca porque el grupo Hurtado y Vicuña tiene relaciones empresariales con la comuna y la región” (Diario El Centro, 28 de abril).
Independientemente de la poca información respecto a los objetivos específicos, metodologías y alcances de los planes descritos arriba, lo cierto es que el panorama probable para una ciudad como Talca es que la oferta más rapida de viviendas se dará en la periferia – y por lo tanto la demanda encontrará alternativas prácticamente en forma exclusiva por esta vía, al menos durante el 2010 -, y, en contraste, tendremos un Centro con terrenos vacíos comprados por grandes inversionistas inmobiliarios, en estado eriazo mientras “engordan” a la espera de la rentabilidad adecuada para construir. Para cerrar el círculo, un centro abandonado es el golpe que remataría a cientos de comerciantes.
Como siempre, todos cordialmente invitados a seguir discutiendo en la semana vía twitter (http://twitter.com/valenzuelalevi)
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