Equidad participativa entre la Planificación Territorial y la Gobernabilidad Local
Fuente Imagen: www.ciudadviva.cl
El concepto de la equidad está generalmente asociado a la eficiente distribución de los recursos económicos en una región, de manera de satisfacer los requerimientos de transporte, comunicaciones, actividades productivas, industriales y de servicios, de todos los habitantes. Sin embargo, la equidad no sólo se inscribe dentro de los marcos económicos, sino que en relación al concepto de gobernabilidad, se vincula con la posibilidad de acceso a los sistemas de poder administrativo que significarán una participación efectiva de la totalidad de los agentes que coexisten en la ciudad, en los procesos de transformación de ésta.
¿De qué manera responde la Planificación territorial al desarrollo de las imágenes objetivo de los Planes locales? Y desde el frente contrario, ¿qué rol activo juegan las organizaciones sociales, comunales y locales en la Planificación territorial?
El término “gobernabilidad” es reciente, y se relaciona con la capacidad de proponer una respuesta positiva en el tiempo, a través de “la organización de las relaciones entre Administraciones a distintas escalas, tanto desde un territorio respecto a las instancias administrativas superiores, como respecto a la organización de la Administración interna del territorio1 ” De esta manera, se vincula el análisis de la gobernabilidad al reconocimiento de las problemáticas generadas a partir de la jerarquización de las instancias de poder involucradas en la Planificación Territorial, transformándose esta última en piedra de tope para el desarrollo y cohesión con la escala local de desarrollo.
Arturo Orellana en su artículo “La gobernabilidad metropolitana de Santiago: la dispar relación de poder de los municipios2 ”, sintetiza uno de los principales problemas que existen en torno a la gobernabilidad y la imposibilidad de responder a ella mediante instituciones jerárquicas que ejecuten acciones de planificación de la ciudad desde las cúpulas del poder central, ya que se actúa a favor del equilibrio y en desmedro de la conformación y desarrollo de gobiernos locales; “en ausencia de un gobierno metropolitano, las grandes ciudades que sostienen la problemática de una gestión multinivel, es decir, donde se sobrepone la acción del gobierno central, regional y de un conjunto significativo de municipios, generan un escenario complejo para la gobernabilidad en pro de un desarrollo urbano y territorial equilibrado3 ”
Byker Wall – Jane Jacobs
Dentro del último siglo, se han presentado casos en los que la sociedad civil, perteneciente ciertamente al escalón de la comunidad local, se ha rebelado contra las instancias de poder superiores, determinando acciones sobre el territorio que han afectado los intereses de estos grupos. Cabe mencionar el caso de Byker Wall en los años ‘70, propuesto por Ralph Erskine, o el movimiento impulsado por Jane Jacobs4 en Estados Unidos en los años 60 que defendía la densificación en altura y los usos mixtos de suelo, enfrentándose tanto al movimiento Corbuseriano como al Howariano de la ciudad jardín.
Chile, si bien es joven en cuanto a su experiencia, no se ha quedado atrás en lo que significa la conformación de agrupaciones locales y ciudadanas a favor de una activa participación. Tal es el caso de la agrupación Ciudad Viva, Defendamos la ciudad o Vecinos por Vitacura en el último tiempo, con lo cual no es difícil hacerse una idea de la importancia de la sociedad civil respecto a la elaboración de nuevas pautas que determinan nuevos imaginarios sociales y culturales, como apertura de espacios nuevos en la ciudad.
Movimiento Domicidio Bellavista – Vecinos por la defensa del Barrio Yungay – Salvemos Vitacura
La equidad participativa dentro del ejercicio de la Planificación Urbana es indispensable para que el traspaso hacia la forma construida tenga una coherencia lógica. Tanto los actores de las cúpulas centrales y territoriales, como los actores -con o sin institucionalidad-, de los gobiernos locales deben pertenecer y participar activamente de la componente política asociada al ejercicio de la Planificación.
El rol de los planificadores urbanos debe posibilitar la promoción del diálogo entre estos dos extremos de la multi-escalaridad, de manera que los grandes lineamientos de planes metropolitanos logren entrar a los nichos de las imágenes-objetivo de los planes locales. Por otro lado, se hace necesario un empoderamiento no sólo de las estructuras institucionales por parte de los actores de la gobernabilidad local -incluyendo en esto a los municipios de todos los sectores socio-territoriales-, sino que un empoderamiento espacial desde los imaginarios comunes. Depende de ambos extremos la conformación de una identidad inclusiva desde la escala barrial hasta el territorio.
- DE MATTOS, Carlos. Gobernanza, competitividad y redes: la gestión en las ciudades del siglo XXI. Santiago, Chile. Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales, 2005. Pág. 237 [↩]
- En: EURE vol. XXXV nº 104. Gobernanza urbana y regional: problemas y desafíos [↩]
- ORELLANA, Arturo. La gobernabilidad metropolitana de Santiago: la dispar relación de poder de los municipios. En: EURE vol. XXXV nº 104. Gobernanza urbana y regional: problemas y desafíos. Pg. 101 [↩]
- Puedes revisar su bibliografía en: http://www.pps.org/jjacobs-2/ [↩]