Cartas destacadas de la semana: Ciudad Parque Bicentenario
En esta oportunidad hemos querido destacar dos cartas de esta semana.
El tema es el Parque Ciudad Bicentenario. La primera fue escrita por Sergio Galilea Ocón ex Intendente Metropolitano y Director de Ciudad Parque Bicentenario. La segunda es una respuesta a esta carta, realizada por Jonás Figueroa Salas Profesor de la USACh, ambas fueron publicadas en El Mercurio.
El Mercurio
Martes 25 de Mayo de 2010
Ciudad Parque Bicentenario
Señor Director:
Que la Federación Aérea de Chile insista en la apertura del aeródromo de Los Cerrillos no me sorprende, pero lo que asombra es que la ministra de Vivienda, Magdalena Matte, haga suya sus argumentaciones sin antes informarse adecuadamente. Ciudad Parque Bicentenario (CPB) es un proyecto de Estado, y por tanto, una autoridad no puede emitir opinión hasta no tener claridad de todos los antecedentes técnicos.
Parece liviano afirmar que en nueve años no se ha hecho nada. Es bueno recordar que recién en 2006 se inició la ejecución del proyecto y que esta decisión fue adoptada sólo después de cinco años de serios estudios, entre ellos el plan maestro, todos los diseños de los espacios públicos, el cambio normativo y los estudios ambientales y de eficiencia energética.
De esta forma, se construyó el recinto de áreas verdes (50 ha) más grande materializado en los últimos cien años en el país, que beneficia a 1.500.000 habitantes, y que el Presidente Piñera podrá inaugurar este año en la fiesta del Bicentenario.
Lo que hace CPB es aprovechar eficazmente una superficie única para la recuperación inteligente y creativa de la metrópolis, que se integra con las redes de transporte y con futuras líneas del metro de Santiago. Todo lo anterior es independiente de los orígenes de esta iniciativa, que siendo intendente de Santiago compartí con el Presidente Lagos, el ministro Ravinet y el alcalde Almendares (RN).
Siempre ha habido opositores al proyecto, como es el caso de la Federación Aérea, cuya arremetida judicial buscó en varias oportunidades paralizarlo, sin lograr su objetivo. Ejemplo de ello es la existencia del parque, la vialidad construida, la venta de un predio a Cencosud y la actual construcción del complejo institucional de la Fach. Bastaría que el alcalde repusiera el plan regulador para que se comenzaran a construir de inmediato los complejos habitacionales.
Finalmente, el valor de los estudios, concursos, programas, proyectos, plan maestro, redes básicas y el parque ha sido efectuado a un costo estatal que no es ni la mitad de la mayor valorización urbana para la ciudad y sobre todo la rentabilidad social para los sectores medios de la población, reales protagonistas de esta importante intervención. Seamos serios: antes de emitir una opinión hay que informarse.
Sergio Galilea Ocón
Ex Intendente Metropolitano y Director de Ciudad Parque Bicentenario
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El Mercurio
Jueves 27 de Mayo de 2010
Ciudad Bicentenario
Señor Director:
Me refiero a la carta de Sergio Galilea publicada el martes 25, uno de los autores intelectuales de la aventura de reconvertir los usos del aeropuerto de Los Cerrillos y cuyos costos de destrucción y reposición, de unos 630 millones de dólares, deberán solventar los contribuyentes.
Y la tildo de aventura porque es demostrativa de un error de estrategia. Si el propósito era resolver el problema de vivienda, se debió actuar sobre al menos dos mil hectáreas del cono de aproximación aérea, y en donde no sólo caben los posibles 75 mil habitantes del aeropuerto, sino que se resuelven las necesidades habitacionales de los próximos veinte años de Santiago. Entonces, el aeropuerto hubiese quedado como un moderno parque de aviación para servicios civiles, de emergencia y helicópteros de la FACh, cuyo funcionamiento persistió hasta días antes del terremoto.
Estas dos mil hectáreas debieron haber sido incluidas en el proyecto urbano hoy inexistente, el que debió formular el gobierno a instancias del Estado, Estado del que equivoca el señor Galilea al confundirlo con el gobierno de la Concertación, y dejar fuera la participación de la ciudadanía y de los otros poderes de la República que cuestionaron el proyecto.
Pero la Concertación se mareó de mayorías, y creyéndose en tiempos de Luis XIV operó con absolutismo sobre el territorio, aplicando un urbanismo primario propio del siglo XIX, en el que la única opción era ocupar el suelo a como diese lugar, sin proyecto de inserción ni plan estratégico de corrección de los viejos conflictos ambientales y socioeconómicos del sector, causados por la industria química de Cerrillos y presentes en las terrosas plantaciones de infravivienda de Pedro Aguirre Cerda.
Jonás Figueroa Salas
Profesor USACh
