Carta destacada de la semana “Transantiago”
El Transantiago ha sufrido diversas modificaciones desde su implementación original, pero sus problemas aún no terminan. Los actuales encargados del sistema de transportes todavía siguen trabajando para que éste mejore el servicio entregado a sus usuarios.
Les dejamos a continuación una carta del ex Ministro de Transportes, René Cortázar, enviada a El Mercurio el lunes 21 de junio, en respuesta a un reportaje publicado por ese diario el domingo 20 de junio, en donde se hablaba de ‘los pecados’ del Transantiago.
Señor Director:
En el cuerpo Reportajes del día de ayer domingo 20 de junio se entrega un conjunto de información que debo rectificar:
Primero, se señala que se aumentó el número de buses durante las últimas semanas del año 2009, a propósito de la “campaña presidencial”. La razón no fue ésa, sino las extensiones de las líneas del Metro. La línea 1 (a Los Dominicos) en diciembre, y la 5 (a Pudahuel), en enero. Se mantuvieron, durante algunas semanas, los recorridos antiguos, mientras los usuarios se habituaban al trazado de los recorridos nuevos como un modo de asegurar un buen servicio.
Segundo, se “denuncia” que se aumentó el personal “desde 10 personas en 2003 (cuando no existía el Transantiago), a 151 personas en 2010”. Este personal, autorizado por la Ley de Presupuestos, era indispensable para lograr los aumentos de calidad en el servicio, los que se alcanzaron.
Tercero, se afirma que se le paga al AFT “un monto fijo de 56% de los ingresos por pasajero”. La verdad es que se le paga cada mes un monto, según el grado de cumplimiento de su contrato, el que es determinado por un panel de expertos técnico y autónomo.
Cuarto, se cuestiona la renegociación de los contratos, y en particular el hecho de que se les hagan descuentos a los operadores cuando no cumplen con las frecuencias comprometidas. Fueron precisamente dichos cambios los que permitieron una mejora radical en la calidad del servicio que reciben las personas. En todo caso, los cambios en los contratos de los operadores fueron siempre transparentes, y publicados en la página web del ministerio.
Quinto, se señala, además, que hubo un trato especial a la empresa Alsacia. Esto no es efectivo. Cuando existían impugnaciones, se producían reliquidaciones, las que dependiendo del monto adeudado se podían cancelar en cuotas.
Sexto, se afirma que frente a la consulta del 26 de febrero, del panel de expertos autónomo, yo habría respondido dentro del plazo legal, pero no de inmediato, para que el alza tarifaria se diera “en la nueva administración”. La verdad es que el aumento de tarifas ocurre 30 días después de que el panel de expertos resuelve; por lo cual, cuando hizo la consulta el 26 de febrero era ya inevitable que el aumento se produjera “en la nueva administración”.
Séptimo, efectivamente hubo -en la Coordinación de Transantiago- algunos profesionales que sin ser titulados eran competentes en sus cargos, la mayoría de los cuales, por lo demás, fueron confirmados en sus puestos por el actual Gobierno.
Octavo, se afirma que hubo duplicidad de estudios y asesorías, así como “licitaciones por hora/hombre sin claridad en los servicios”, pero sin dar un solo ejemplo para demostrarlo.
Noveno, es falso que no existieran indicadores de gestión. Los hubo en todos los campos relevantes para la evaluación del sistema, y muchos de ellos se incorporaron a los contratos de los operadores. Por lo demás, esto les consta a todos quienes desde el Congreso u otras instituciones los requirieron.
Por último, muchos de los errores que presenta el artículo se habrían evitado si se nos hubiera consultado antes de publicarlo.
RENÉ CORTÁZAR
Ex Ministro de Transportes
