Nueva alianza chileno-española quiere sacarle partido a Chiloé: “El patrimonio es una mina de oro”
(El Mercurio, 30/06/2010)
por Romina de la Sotta Donoso
Lo dice Juan Carlos Prieto, director general de la Fundación Santa María la Real, que ahora tendrá un activo brazo chileno. La iniciativa será comandada por el arquitecto Claudio Martínez.
Es una de las más exitosas instituciones a nivel internacional, en términos de gestión del patrimonio, y ahora contará con representantes en Chile. Después de haber recuperado cientos de iglesias románicas y haber formado como técnicos restauradores a 700 mil jóvenes, la Fundación Santa María la Real, de España, exporta su exitoso modelo a Chile.
“Con unos socios chilenos teníamos la idea de poner en marcha una empresa para gestión, puesta en valor y desarrollo del patrimonio”, comenta Juan Carlos Prieto, director general de la Fundación Santa María la Real.
“En Chile hay sitios patrimoniales excepcionales y hay también organizaciones que están empezando a trabajar, como las fundaciones de amigos de las Iglesias de Chiloé, de las salitreras o de las iglesias del altiplano, que tienen muchas ganas, pero carecen de experiencia en gestión”.
Para responder a esta necesidad, explica, es que le darán la representación de la fundación española en nuestro país a la naciente Santa María la Real-Chile. “Su director, Claudio Martínez, es arquitecto doctorado en patrimonio en la Universidad de Sevilla, es profesor universitario y fue agregado cultural de Chile en España. Y su socio, el economista Álvaro Briones, es un experto en gestión, con visión internacional”, comenta Prieto, y añade: “No hemos venido aquí a recolonizar el patrimonio. Esta empresa es chilena; vamos a aportar un poquito de capital y nuestro know how “.
Santa María la Real-Chile, en todo caso, es una empresa. “Somos una sociedad anónima cerrada, pues ésta resulta mucho más ágil en Chile que una fundación, que suele entrabarse en mecanismos burcráticos. Prestaremos servicios; exploraremos y activaremos todas las opciones de financiamiento que existen, para transferir a Chile el modelo de Santa María la Real”, dice Martínez, ex director de Gendarmería.
Prieto, en tanto, invita a abandonar prejuicios: “Tiene que haber un negocio para que un proyecto patrimonial sea sostenible. No hay que tenerles miedo a los temas económicos en la cultura. Se pueden hacer empresas muy responsables que le devuelvan a la sociedad un beneficio multiplicado por ene veces. El patrimonio es una mina de oro. En Castilla y León, el 10% del PIB es turismo cultural. Ahora, debemos formarnos como auténticos gestores, educarnos en management y habilidades directivas, como cualquier otra empresa”.
Y en esa línea es que ya tienen un proyecto en ejecución. Están a punto de firmar un convenio con los Amigos de las Iglesias de Chiloé.
“Chiloé es uno de los parajes de mayor valor patrimonial que uno puede encontrar en el mundo, y es susceptible de convertirse en un auténtico modelo de desarrollo económico”, apunta Prieto.
Sus iglesias, únicas en el mundo, se articulan con un entorno extraordinario como es el archipiélago. “Primero hay que hacer un estudio y restaurar todas las iglesias, no sólo las 16 que se declararon Patrimonio de la Humanidad. Luego hay que poner en valor el territorio, a través de pequeñas iniciativas, para que haya un retorno de esas inversiones, porque lo más importante es el factor social, que mejoremos la calidad de vida de sus habitantes porque encontrarán trabajo”, sentencia.
Esto no es caridad
“No hay que pedir dinero como si fuera caridad. Esta inversión les hace ganar aun más plata a las empresas”, asegura Juan Carlos Prieto, de la Fundación Santa María la Real. Y como ejemplo, menciona cómo lograron financiar su próximo proyecto para restaurar una serie de iglesias en el norte de Portugal: “Le dijimos a una gran empresa eléctrica que va a hacer grandes represas ‘si usted dedica parte de su beneficio a la recuperación del patrimonio, será bienvenido por la comunidad'”.