Análisis del Observatorio de Ciudades de la Universidad Católica, Pobreza en Santiago: lejos de la cultura, las áreas verdes y los centros comerciales
(El Mercurio, 20/07/2010)
por Manuel Fernández Bolvarán
La ciudad de ese 11,5% de población pobre que detectó la Casen 2009 no es igual a la del resto de los capitalinos. Sin acceso a polos de desarrollo, este grupo debe lidiar con cárceles y basurales.
Si bien la Encuesta Casen 2009 mostró que el índice de pobreza en Santiago está bajo el promedio nacional (15,1%), la capital no escapa a la tendencia nacional al alza, pasando de 10,6% en 2006 a 11,5% el año pasado.
¿Qué oportunidades ofrece la urbe a sus habitantes más desfavorecidos? Los investigadores Luis Valenzuela, Ricardo Truffello, Estefanía Rojas y Daniel Opazo, del Observatorio de Ciudades de la UC (OCUC), hicieron un estudio que permite ver cómo se distribuye la población según su nivel de ingreso.
El trabajo, que aparecerá en la publicación “SCL Urbano 2010”, de la Facultad de Arquitectura UC, revela que la pobreza se concentra en las comunas del sector norponiente y sur y en puntos focalizados de comunas precordilleranas. También se aprecia que zonas que antes fueron de bajos recursos empiezan a subir sus ingresos, como áreas de Quilicura, La Cisterna y La Florida. Según los investigadores, estos lugares han sido ejes de desarrollo surgidos de la mano de infraestructura de transporte y servicios de comercio.
Segregación
El ejercicio muestra la desigual manera en que se distribuyen ciertos servicios en la ciudad. La oferta cultural, por ejemplo, sigue alejada de los barrios más pobres. “Cines, galerías de arte, museos, bibliotecas, salas de concierto, universidades y teatros se concentran en el centro y en lugares como Plaza Egaña, el eje Kennedy y algunos malls. Desde el punto de vista cultural, estamos produciendo una segregación”, dice el director ejecutivo del OCUC, Luis Valenzuela.
Añade que los nuevos sectores que se han incorporado a la vida cultural de la capital, como el paradero 14 de Vicuña Mackenna, no rompen la tendencia: “Surgen en lugares que están alcanzando mayores niveles de ingresos”. Una lógica similar a la de los preuniversitarios y también los malls, que se han convertido en polos de desarrollo en La Florida y Cerrillos. Los que rompen la tendencia son los supermercados. “Están al alcance de grupos socioeconómicos altos, medios e inclusive bajos en algunos casos”, dice Valenzuela.
Las áreas verdes también se relacionan directamente con el nivel de ingresos, concentrándose en las zonas centro y oriente. Sin embargo, Valenzuela aclara que hay potencial en los sectores de menos ingresos para crear parques. “Hay espacios, avenidas con bandejones al medio y terrenos que podrían aprovecharse. El punto es que hay que destinar recursos para realizarlas y mantenerlas”, afirma el arquitecto.
Un símbolo de la inequidad es que casi todos los usos de suelo “no deseados”, como cárceles, rellenos sanitarios, pozos de escombros y puntos de transferencia de basura se ubican en los sectores más pobres. “La única forma de cambiar eso es con planificación urbana y más fiscalización”, subraya Valenzuela.
Más equitativos
Hay servicios que sí se reparten más equitativamente en la ciudad. Por ejemplo, las ferias libres: según el OCUC, hay casi 400 de ellas en Santiago, que sumadas darían una extensión de 240 km y se enfocan, principalmente, en sectores de bajos ingresos.
Otro ejemplo es lo que pasa con los servicios de educación preescolar, que son claves para el acceso al mundo laboral, sobre todo entre las mujeres. “La cobertura que han alcanzado los jardines infantiles y salas cuna es alto. Incluso es posible pensar que nos encontramos en un extremo en que hay una sobreoferta, al contrastar la localización”, manifiesta el director ejecutivo del OCUC, Luis Valenzuela.