Waterfronts: éxitos y fracasos de íconos de regeneración urbana
Waterfront Reggio Calabria, Zaha Hadid
Los frentes de agua (waterfronts) se han convertido en el principal eje de interés de una serie de ciudades que buscan posicionar su imagen a través de estrategias de marketing urbano. Resulta ser preocupante de que múltiples intervenciones hayan fracasado debido a una proyección aislada que no considera las dinámicas urbanas locales y que poseen una visión limitada de su desarrollo estratégico como pieza dentro de una estructura urbana mayor. Actualmente, casos exitosos demuestran cómo la inversión en condicionantes cómo la calidad del medioambiente, la identidad local y garantías de acceso y uso público, potencian un diseño de mayor rentabilidad a nivel económico y social.
Con el anuncio de la primera conferencia “Waterfront Synopsis” en la ciudad portuaria Stavanger en Noruega, del 15 al 17 de Septiembre del presente año, el concepto de frente de agua ha resurgido en la discusión pública, en la evaluación y seguimiento de distintas prácticas internacionales.
El síntoma que sufren simultáneamente una serie de ciudades que cuentan con mar o río navegables es una tensión transicional. Estos sectores portuarios solían ser históricamente estratégicos como espacios de intercambio de mercancías y donde ocurrían fenómenos de transculturalización. Con la llegada de la era post-industrial, las principales actividades económicas ahí espacializadas emigran hacia el interior, en la búsqueda de infraestructura más flexible, eficiente y rentable. Los waterfronts, tratándose de ejes que esencialmente se habían comportado como estructurantes del tejido urbano, acaban por entrar en obsolescencia, perdiendo vínculos con la ciudad que solían sostener. El diagnóstico percibe tanto su alarmante deterioro como su estratégica espacialidad dentro de la ciudad: inmediatamente se indexa a los principales planes de desarrollo urbano como pieza clave de regeneración y retorno a los centros urbanos.
Talesnik y Gutierrez anuncian el peligro de la respuesta que han dado ciertas localidades, adoptado diseños estandarizados, con la misma lógica de la cadena norteamericana de café Starbucks, que globaliza la experiencia de consumo despreciando los valores locales. Actualmente, se puede distinguir en variados puertos de distintas características locales los mismos diseños seriales que acaban por ser disonantes con su entorno más próximo.
La organización Project for Public Spaces [PPS] ha evaluado variados proyectos en frentes costeros, diferenciando aquellos que responden exitosamente a condicionantes locales de los que pecan de limitarse a exportar una imagen deseada y se acusan en su sobredimensionamiento y escasa correspondencia con el tejido. Dentro de esta última clasificación, un caso altamente discutido es la proyección del Forum de Barcelona el año 2004, etiquetado como un gueto sobrescalado frente al agua que fragmenta el territorio físico y social. El extenso espacio está coronado con el icónico edificio de Herzog & de Meuron, que se muestra discursivamente como una película de agua continua y se ha mediatizado como tal por su calidad arquitectónica. Fácilmente ha posicionado su galardonado escorzo punzante en las postales de Barcelona, en cuyas imágenes dudosamente se puede discutir o apreciar un uso público social y económicamente activo, principal pronóstico de un proyecto de regeneración urbana exitoso. Casos similares registran localidades como Quadracci Pavilion en Milwaukee, Wisconsin, cuyo llamativo diseño de Santiago Calatrava lo ha consolidado como postal de la ciudad debido a su condición escultórica que dista de colectivizar un verdadero imaginario local. A pesar de rematar un sector céntrico y próximo de la ciudad, se expulsa de ella, limitándose a proveer accesibilidad desde el automóvil. Un conflicto de escala y falta de integración del icónico edificio al tejido urbano ha generado pérdidas de su sublime potencial como centro cívico.
1. Milwaukee Art Museum/ 2. Opera House Tenerife, Islas Canarias
Casos exitosos postulan un diseño desde el inverso, donde la presencia global no es la estrategia y fin, sino el resultado garantizado por un óptimo desarrollo local. El caso del puerto de Sydney retrata una ciudad que ha volcado su actividad al borde costero, entre piezas como el Circular Quay y el Jardín Botánico que activan el recorrido y permanencia en su extensión, facilitado por el acceso peatonal y vía ferry. La opera de Sydney de Utzon se alza como monumento icónico que complementa, y no busca así competir, con la actividad que se extiende en el eje costero. En este sentido, el emblemático edificio de la opera de Sydney, opera potenciando el valor del espacio público asociado al waterfront, activando su recorrido y uso.
Circular Quay y remate opera Sydney
En Copenhaguen el People´s Park en Islands Brygge destaca por su desarrollo que reacciona sintomáticamente al constante uso y demanda por espacios públicos en los frentes de agua. Su crecimiento ha sido orgánico y su éxito ha ido construyendo y expandiendo su diseño, en un inminente acto de acople a las necesidades locales. Su actividad vibrante ha atraído la mirada de aquellos que buscan invertir en un espacio que se ha valorizado en uso, incluso atrayendo la atención dentro del escenario global.
La Città d’Acqua postula 10 principios para el desarrollo sostenible de los Waterfronts urbanos:
1. Asegurar la calidad del agua y el medioambiente
2. Desarrollar la relación entre los “waterfronts” y la estructura urbana
3. Respetar la identidad del lugar
4. Promover la diversidad de actividades, tanto en tierra como en el agua
5. Garantizar el acceso público al waterfront
6. Facilitar la colaboración entre el sector público y privado
7. La participación pública como elemento de sostenibilidad
8. La recuperación de los waterfronts son proyectos a largo plazo
9. La revitalización de los waterfronts es un proceso continuo
10. Las operaciones en los waterfronts proporcionan beneficios a través de redes internacionales de conocimiento
Los últimos tres puntos realzan el valor del largoplacismo de la intervención y la importancia de un diseño flexible que pueda integrar escenarios locales cambiantes. Redes internacionales activas e instancias de concertación y benchmarking son de gran utilidad para el impulso y seguimiento de los distintos proyectos, reconociendo diversas experiencias internacionales que minimizan los riesgos de obsolescencia y buscan potenciar un uso activo de los espacios proyectados. Finalmente es el uso y el capital social y económico que este provee como espacio local, el que en última instancia revela el éxito o fracaso del proyecto y el consiguiente reconocimiento de un verdadero ícono, formal y simbólico, dentro de las redes globales.