Limpiadores de grafitis, el nuevo oficio urbano
(La Tercera – 18/08/2010)
Cinco pintores han sido contratados por municipalidades santiaguinas para ir de muro en muro borrando rayados.
El oficio de Fernando Madariaga Venegas (45) consiste en borrar grafitis en el Barrio Alto. Antes, cuando recién llegó a la empresa que realiza este servicio, su labor era barrer calles, pero después de un tiempo fue ascendido a pintor. Fernando y cuatro maestros más salen todas las mañana, a partir de las 8, a recorrer la zona y “pesquisar” rayados, como ellos dicen. A veces, se separan en dos grupos para abarcar más rápidamente todos los sectores.
El borrador de grafitis es un oficio relativamente nuevo. Si bien en las empresas no está catalogado como tal, su tarea se basa única y exclusivamente en borrar este tipo de rayados de los muros de la ciudad, lidiando con vecinos que se oponen a que pinten sus paredes con esmalte barato o con colores que no son de su agrado, y con otros que, por el contrario, piden todos los días que les retoquen sus casas a la más mínima mancha.
Rodrigo Reyes, inspector encargado de fiscalizar que se eliminen todos los grafitis de la comuna de Vitacura, explica: “Fue una necesidad. Cada vez había más y más muros rayados y la comuna no se veía bien. Al principio eran los propios funcionarios de la municipalidad los que hacían ese trabajo, o los vecinos, pero después se optó por contratar a una empresa, porque se convirtió en una necesidad de primera importancia”.
Los lugares más apetecidos por los grafiteros, según Madariaga, son los gaviones de la ribera del Mapocho, las calles Padre Hurtado, Manquehue, Escrivá de Balaguer, los paraderos del Transantiago y los pilares de puentes. “Los gaviones los rayan casi todos los días, uno borra y esa misma noche está rayado otra vez. Más encima, ahora están usando pinturas que nosotros no somos capaces de borrar y nos complican la pega, porque hay que darle como cuatro manos a una muralla para que se vaya el mono. Usamos diluyente y no pasa nada”, explica el pintor.
Guerrillas de spray
Actualmente, las calles de Santiago se han transformado en una verdadera trinchera, donde se enfrentan grafiteros y borradores. Los primeros, en ocasiones, ni siquiera dejan secar la pared antes de volver a dibujar. “A veces pasa que los colegas están yéndose recién con las herramientas después de haber dejado un pared impeque, y en el camino se cruzan con estos chiquillos que vienen con los spray, y los tarros de pintura haciéndose los lesos, pero apenas desaparecemos se ponen a dibujar. Después nos llaman al otro día para ir a borrar la misma pared que habíamos pintado el día anterior. Igual nosotros no podemos hacer nada, ni ponernos a pelear ni nada de eso, por eso los cabros nos agarran pal tandeo”, cuenta Fabián Pinilla, supervisor de los pintores.
Asimismo, los borradores de grafitis creen que los vecinos muchas veces se aprovechan de su trabajo para que les pinten los muros completos. “A veces son rayitas hechas con lápiz de mina y ellos dicen que es un grafiti. También, como ahora ha salido tanto en la televisión que los bandidos marcan las casas para robarlas, entonces los vecinos ven cualquier rayita y se asustan. Entonces llaman altiro para que les borren todo”, finaliza Fernando Madariaga.