Bogotá lucha contra la basura. ¿Y cómo andamos por casa?
En general en Latinoamérica no hay cultura de reciclaje. La frase es categórica y repetida, pero no menos cierta. Y un claro ejemplo ha sido la capital de Colombia, Bogotá, en donde el 90 por ciento restante de los residuos terminan arrojados en rellenos sanitarios y botaderos ilegales de basura. O sea, sólo se aprovecha un 10% en reciclaje de las 500 toneladas diarias que botan los bogotanos. Pero este 10% no deja de ser un avance.
Uno de los principales problemas que tienen en Bogotá, es el manejo de los residuos de construcción y demolición de obras públicas o privadas. La situación era grave, y así lo entendieron las autoridades, quienes llamaron a licitación para combatir uno de los problemas sanitarios y medioambientales más graves de la capital cafetera.
Será un consorcio de empresas de Brasil, Canadá y Colombia quienes estarán a cargo de administrar por once años el manejo de las basuras sólidas que se producen en Bogotá, gracias a esta licitación que ganaron por alrededor de 127,7 millones de dólares.
Más calidad a menores costos
El mejor tratamiento de los desechos genera también un alivio para el bolsillo de los ciudadanos. Con la nueva licitación en Bogotá, se estima que las tarifas de aseo que pagan los ciudadanos bajarán en un 12% a contar de noviembre de este año.
De hecho, la oferta económica, la vinculación de asociaciones de recicladores, aprovechamiento de residuos sólidos y mano de obra calificada fueron factores determinantes para ganar la licitación. Es por eso que existe un mal entendido entre la gente que piensa que ciertos avances sanitarios y ecológicos básicos son más caros, y por ende, irrealizables.
Colombia no es el único país de Latinoamérica que está desarrollando una mayor y más eficaz cultura de reciclaje. Brasil es el único lugar donde las cifras son más esperanzadoras que en Colombia, ya que allí el nivel de aprovechamiento de desechos reciclables en ciudades como Sao Paulo llega al 20%.
¿Cómo vamos por casa?
En Chile aún no existe una política contundente con respecto al reciclaje de la basura. Por ejemplo, se estima que en Santiago los desechos ascienden a 210 mil toneladas al mes. Cada santiaguino produce 1,4 kgs. de basura diaria.
En el país existen 246 vertederos, la mayoría no son legales, y muy pocos cuentan con evaluación del impacto ambiental, son a cielo abierto y no tienen control sanitario.
Las actividades de recuperación de materiales son mayoritariamente de tipo informal, como es el caso de los llamados “cartoneros” de Santiago que recorren las calles con sus bicicletas. Esto ocurre porque aún los ciudadanos chilenos no tienen interiorizado el concepto de reciclaje, y por ende no lo aplican a su vida cotidiana. Por lo mismo, Bogotá podría servir como referente para que desde la institucionalidad se vaya generando este cambio tan necesario.