BRASILIA: Culminación del movimiento moderno
Por Alberto Martínez García. Estudiante de la Escuela Técina Superior de Arquitectura de Madrid.
1. EL CONCEPTO:
Brasilia es el paradigma de los conceptos urbanísticos del movimiento moderno. El es ejemplo perfecto de transición desde un modelo teórico utópico hacia un ejercicio proyectual real aplicando unas ideas específicas y adaptándolas posteriormente a una realidad como la de Brasil. Es la conclusión del entendimiento de un modelo formal, funcional y social muy claro (Las ideas urbanísticas de Le Corbusier teorizadas en varios de sus trabajos como “La Ville Radieuse son trasladadas a Brasilia; cuando uno pasea por la explanada de los ministerios puede sentirse como en su ciudad para tres millones de habitantes) y combinarlas con un clima muy específico, con el orgullo brasileño por su país y con la pintoresca forma de vida de sus habitantes.
Brasilia es un prototipo, un experimento de cómo debía ser la ciudad del futuro, pero paradójicamente es el final de una forma de vida y de pensamiento, la culminación del modelo urbano del movimiento moderno: su mayor logro y a la vez su mayor fracaso.
2. EL PASADO
En 1956 Juscelino Kubitschek comienza a llevar a cabo su promesa electoral de construir una nueva capital para Brasil en el centro del país. Esta promesa, que creó estupor y espasmo en los habitantes brasileños fue debido al intento de colonizar el centro del país y de repartir el peso político y económico del mismo, situado hasta ese momento en la costa Oeste. Nadie creía que esta ciudad, esta utopía llegara a ser verdad.
Para la adjudicación del proyecto se convocó un concurso que ganó el urbanista Lucio Costa. Su proyecto destacó por el diseño en planta con forma de cruz (más adelante modificado hasta alcanzar una forma semejante a la de un avión). En el ala este-oeste de esta cruz (denominado El Eje Monumental) se situaban todos los edificios gubernamentales y representativos del la capital. Mientras tanto en el ala norte-sur quedaría disponible para viviendas, hoteles y edificios empresariales. En el punto de encuentro de estas dos alas sería el centro de conexión de toda la ciudad. Este gran catalizador de la ciudad actuaría como punto de distribución de personas y vehículos. Consta del principal intercambiador de autobuses de la ciudad y de dos importantes centros comerciales al más puro estilo occidental.
La ciudad fue planeada para la vida de 500.000 personas siendo planificada para que los movimientos urbanos fueran de la manera más funcional posible. Esta hipótesis marca el sentido en cruz de la planta. Lucio Costa intentó solucionar a priori todos los problemas que comenzaban a destacar en los nuevas metrópolis (tráfico, tiempo excesivo en el transporte urbano, una ciudad higiénica y luminosa, etc.) sin embargo como hablaremos más adelante estos problemas no han conseguido solucionarse por completo y otros problemas más contemporáneos vienen a sumarse a los anteriores.
Tras casi cuatro años de trabajo intensivo, en 1960, Brasilia comienza a ser una realidad física. Es inaugurada por el presidente J.K. y poco a poco se van transfiriendo desde Río de Janeiro hacia la nueva capital los principales órganos del gobierno federal.
Además desde este momento se comienzan a construir los edificios más emblemáticos de la ciudad como la Catedral de Brasilia, Los Ministerios del Eje Monumental, los palacios presidenciales…. Todavía en la actualidad, Oscar Niemeyer sigue proyectando edificios como el recientemente inaugurado Complejo Cultura de la República, o proyectos como La Torre de TV Digital o La Praça do Povo.
3. EL PRESENTE
En la actualidad Brasilia es una ciudad diferente. Nada más llegar a ella, normalmente por avión, la percibimos de un modo contrario a cualquier otra metrópolis no sólo europea sino también dentro del propio Brasil. Es una ciudad artificial, creada de la nada y por tanto todo se convierte en simulado y ficticio. Da igual que hablemos de vegetación, de arquitectura o del Lago Paranoa. Todo proviene de la mente humana; su concepto formal por más que quiera adoptar una apariencia natural no es verdadero, aunque al mismo tiempo es lo que lo convierte en algo fantástico; un auténtico laboratorio de ideas en tiempo real, físico y con habitantes viviendo en él.
UNA DERIVA CONTADA. BRASILIA EN 4 SKETCHS
Sketch1: Llegamos al aeropuerto de Brasilia en torno a las 9 de la mañana provenientes de Belo Horizonte. Tenemos la dirección de la casa donde vamos a hospedarnos; sin embargo nuestro contacto en la ciudad no puede venir a buscarnos por lo que tenemos que llegar a su casa por nuestros propios medios. Desde el aeropuerto encontramos con algunas dificultades el autobús que nos lleva al centro de la ciudad [ao Eixo Monumental] El autobús es muy pequeño (apenas un microbus) y tienes que pasar las maletas con grandes dificultades.
Una vez llegado al Eje monumental nadie conoce esta dirección. Pensábamos que el método de contabilizar las calles en Brasilia era muy racional pero no es así. Por fin preguntamos a varias personas y conseguimos averiguar que la casa donde vamos a dormir unas cuantas noches está a las afueras de la ciudad y que debemos coger otro autobús hacia allá. Tres horas más tarde y tras preguntar a muchas personas conseguimos llegar a nuestra casa. Nos recibe el dueño, muy simpático y acogedor. Tras asentarnos en su piso volvemos al mundo artificial para descubrirlo en profundidad.
Sketch2: Estamos en la Plaza de los tres poderes. Nos acercaron en coche hasta aquí, tardamos más de lo previsto debido al intenso tráfico que encontramos en el eje Monumental, escuchamos por la radio que se debió a un pequeño accidente. Ya oímos que el tráfico de la ciudad funcionaba de manera muy fluida, a excepción de algún accidente; si esto ocurría prácticamente toda la ciudad se paralizaba y de manera instantánea se transformaba en un conjunto caótico. Una vez en esta plaza nos disponemos a visitar todos los edificios institucionales. En un día pretendemos ver casi 10 edificios de Oscar Niemeyer.
Empiezo a pensar que Brasilia es un parque temático en honor a Oscar Niemeyer. Francamente lo es; en lugar de pasar de la montaña rusa a los fiordos en apenas 30 metros, visitamos 5 edificios y su propio museo sin apenas salir de la Plaza. Arquitectura sinuosa, fantástica, apasionante, definitivamente estamos en otro mundo.
Sketch3: Tras una mañana entera viendo los edificios gubernamentales con formas y estructuras realizadas para dejar llevarse por la imaginación y la seducción decidimos ir a comer algo para seguir de turismo por la tarde. Tras preguntar a las pocas personas que encontramos sobre la localización de algún restaurante cercano (en pleno centro de la ciudad no conseguimos ver a más de 20 personas, diez de ellas turistas) llegamos a la conclusión que debemos ir hasta el centro de los dos ejes de la ciudad ya que va a ser imposible encontrar nada intermedio. Tenemos que coger un autobús para llegar hasta allí: la distancia son casi dos Kilómetros y medio, 40 ºC de temperatura y ninguna sombra aparente entre medias. Si fuéramos andando posiblemente tardaríamos casi una hora y llegaríamos con un fuerte dolor de cabeza debido al sol. Esta es la realidad de Brasilia: una ciudad para el automóvil. El peatón no importa. El concepto de espacio público no existe. Y sin embargo no sería del todo falso decir que sus ciudadanos tampoco echan en falta este espacio. Los habitantes de Brasilia viven de un modo diferente. Es el modelo capitalista extrapolado a un país tropical.
Sketch4: Tras bajar de la Torre de la TV encontramos un mercadillo de productos tradicionales de Brasil. Entre estos puestos se camuflaban otros de souvenirs y varios quioscos de comida. Decidimos almorzar en uno de ellos comida típica brasileña: Churrasco con arroz y judías. Esta pequeña fortaleza tradicional es lo más natural, lo real dentro de la ficción lo que no deja de ser paradójico. Además su posición no podría ser más privilegiada: puedes estar comprando productos indígenas de Brasil bajo la torre de TV de más de 200 metros y viendo al fondo el congreso y el senado.
BRASILIA EN DATOS
Brasilia es una ciudad situada en el centro de Brasil, con un clima Tropical de Sabana y con dos temporadas en función de la humedad del aire: una temporada seca y fría y otra calida y húmeda.
La temperatura media es de 18.5 ºC.
El plano piloto cuenta con más de 600.000 personas (100.000 personas más de lo planificado por Lucio Costa) y en el distrito federal viven alrededor de 2 millones y medio de habitantes.
Su densidad de población es de 420 hab./km². Esta densidad de población es excesivamente baja en comparación con otras grandes ciudades del país o de diferentes capitales en el resto del mundo [5.150 hab. /km² en Río de Janeiro; 7.290 hab./km² en Belo Horizonte; 5.300 hab./km² en Madrid; 20.800 hab./km² en París]. Esta densidad va en contra de los nuevos modelos de urbanismo contemporáneo y sostenible donde se busca las densidades altas y la congestión de la ciudad para optimizarla energética y funcionalmente y para conseguir liberar suelo natural.
El producto interior Bruto del Distrito Federal de Brasilia es de casi 70.000 millones de dólares aportando el 3,76% del PIB nacional. Su renta Per-capita es la más alta de Brasil (27.610 dólares por persona). La renta Per-cápita de la ciudad se estima que es aún mayor.
Su economía está basada fundamentalmente en dos sectores en el sector servicios aportando el 91% del PIB local. Se desarrolla en su mayoría por el Empleo público institucional ocupando el 40% de los puestos de trabajo de la ciudad. El fuerte poder político de la ciudad influye también como un gran polo de atracción económico. Además de los empleos gubernamentales, Brasilia es también la sede de los importantes bancos del país como O Banco do Brasil “O Banco Central do Brasil” y de la mayoría de las compañías de las comunicaciones tanto públicas como privadas.
INFRAESTRUCTURA
El aeropuerto Internacional de Brasilia – Presidente Juscelino Kubitschek es el tercer aeropuerto con más movimiento dentro de Brasil con más de 12 millones de pasajeros durante el año 2009. Está situado a 11 Km. al sur del plano piloto de la ciudad y las conexiones con ella son mediante autobuses, taxis y vehículos privados.
La gran mayoría de vuelos que soporta el aeropuerto son de carácter interno, principalmente provenientes desde Río de Janeiro y Sao Paulo. En lo que respecta a vuelos internacionales, los principales movimientos son desde Lisboa, Miami, Buenos Aires, Atlanta y Lima.
En cuanto al transporte por carretera, Brasilia tiene de 8 autovías radiales con dirección a casi todos los puntos del país: La primera es BR-010 con una longitud de casi 2000 Km. y con el final en Belém; la siguiente es BR-020 con destino a Fortaleza y una distancia similar a la anterior. Luego estarían BR-030 [Barra Grande, 1158 Km.], BR-040 [Río de Janeiro, 1139 km], BR-050 [Santos, 1025 km], BR-060 [Bela Vista, 1329km], BR-070 [Cáceres, 1317 km] y BR-080 [Uruaçu, 624 Km.].
Estas autopistas tienen su punto de salida en la Rodovia Epia, situada justo al final del Eje Monumental y con conexión directa desde el aeropuerto
Por último, Brasilia posee una red de metro desde el año 2001 2 líneas, una extensión de 46,5 Km. de línea y una media diaria de 150.000 pasajeros. Esta red de metro está pensada en la actualidad para unir el sudoeste de la ciudad con el centro neurálgico del centro de la ciudad. Sin embargo en la actualidad en Ala-Norte de la capital no posee red de metro ni tampoco a través del Eje Monumental. Aparte de esto, Brasilia tiene una red de Metro de Larga Distancia bastante pobre; hay varios proyectos de mejora pero ninguno de ellos está en marcha en este mismo instante.
BRASILIA SIN HISTORIA, BRASILIA CON HISTORIA
Brasilia tiene una carencia de una historia muy grande, tiene una falta de un discurso que la unifique y que le de un carácter personal. Al mismo tiempo todo lo que está construido en ella tiene menos de 50 años, todo pertenece a nuestra época, construido con los mismo materiales que se utilizan en la actualidad y las mismas técnicas constructivas. Sin embargo estas dos características negativas, son al mismo tiempo dos grandísimos potenciales que deberían definir su propia identidad.
Brasilia tiene sólo medio siglo y sin embargo una pre-historia de casi 200 años. La ciudad fue oficialmente inaugurada en 1960, no obstante desde 1761 se tienen los primeros documentos de la intención de introducir la capital del imperio portugués al interior del país. Esta diferencia de historia entre lo que realmente ha acontecido (los últimos 50 años) y todas las utopías que se pensaron, se estudiaron y se soñaron hasta la realización de ellas, dejan a Brasilia en una posición privilegiada con respecto a la mayoría de ciudades del resto del mundo.
Tiene la posibilidad de convertirse en un autentico laboratorio de arquitectura, urbanismo y paisajismo del clima tropical.
Por otro lado el hecho de que Brasilia aún esté en construcción es otra oportunidad para trabajar en ella no desde el punto de vista de la mejora ola restauración, sino sencillamente desde la creación, la creatividad al servicio de los nuevos paradigmas de la arquitectura.
4. EL FUTURO
Después de haber analizado Brasilia desde diferentes aspectos y perspectivas queda preguntarse a modo de conclusión qué va a ocurrir en un futuro con ella. Con motivo de su 50 aniversario se han restaurado y mejorado muchos edificios e instalaciones como la Catedral, sin embargo más allá de embellecer la ciudad para una fecha señalada se debería comenzar a pensar como se va a actuar en ella durante los próximos años. Tanto la arquitectura como el urbanismo han modificado radicalmente sus modos de pensamiento desde el movimiento moderno hasta el día de hoy. Ya no pensamos los edificios como elementos compositivos sino como elementos de disposición y el urbanismo ya no es la simple zonificación sino que son elementos en red, comunicaciones… diferentes dispositivos que complejiza los nuevos modos de pensamiento hacia él.
Por otro lado la entrada de la crisis (aunque en Brasil no haya irrumpido de una manera dramática), la búsqueda de ciudades y edificios sostenibles o con una alta eficiencia energética, o la globalización hacen que se planteen nuevas preguntas y desafío que los arquitectos debemos replantearnos y Brasilia podría ser un perfecto ejemplo debido a su corta vida y las expectativas que plantea.
Si focalizamos un poco más en la propia ciudad y observamos sus patologías podrían aplicarse las anteriores premisas a la propia ciudad. Por ejemplo la grandísima dependencia del transporte privado en Brasilia (390 vehículos por cada 100 habitantes en 2008, siendo superado en su área central) debido a una debilidad en infraestructuras de autobuses o trenes.
Otro de sus grandes defectos es la bajísima densidad: esta patología queda perfectamente reflejado en el eje monumental de la ciudad. Siendo la Avenida más ancha del mundo con 250 metros de ancho y una de las más largas con 16 Km. de longitud; la realidad es que es un eje únicamente visual como potenciador consciente del poder político del país (al final del eje se sitúan el Congreso y el Senado) y de manera seguramente inconsciente el factor económico con sus 2 grandes malls como única ruptura de dicho eje. Por el contrario todo el centro de dicho eje queda prácticamente vacío a excepción de algunos monumentos provocando una situación bastante anodina.
Tras estos dos últimos ejemplos solo me gustaría concluir proponiendo que todos los factores que convierten a Brasilia en un lugar anodino y diferente de nuestra cultura urbanística podrían ser potenciados convirtiéndola en aquel lugar dotado de todas las cualidades necesarias para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos de una manera diferente y libre de prejuicios urbanísticos llevados con nosotros a lo largo del tiempo.
Disfruten de la modernidad, disfruten de Brasilia.
Puedes leer otros artículos de Alberto Martínez en http://paisajesurbanossostenibles.wordpress.com/