Valparaíso sigue luchando por sus ascensores
Después de una historia de idas y venidas y cierres paulatinos, al parecer la Municipalidad de Valparaíso ha hecho al fin una propuesta concreta para evitar el cierre total de los ascensores del puerto.
Según el alcalde, Jorge Castro, se hizo esta semana una oferta de arriendo a la Compañía de Ascensores de Valparaíso, empresa dueña de 10 de los 15 ascensores del puerto, en espera de que el Estado concrete su promesa de comprarlos. Para conocer las aristas del problema, sigue leyendo.
La definición de una política efectiva para rescatar estas maquinarias patrimoniales se ve urgente, al menos por parte de los vecinos y pobladores de la ciudad, en un contexto en que hoy sólo funcionan 3 ascensores (de propiedad municipal): El Peral, el Reina Victoria y el Polanco. Los otros dos elevadores que administra el municipio, el Barón y el San Agustín, serían reabiertos en 2011, ya que se han iniciado trabajos para repararlos.
Sin embargo, y a pesar de que se han emprendido estos trabajos de refacción, el mal estado mecánico y de seguridad de los ascensores en el puerto es generalizado; por ello, la Compañía de Ascensores de Valparaíso ha ido cerrando paulatinamente la mayoría de ellos, aún contra el rechazo de los vecinos. Los dos últimos ascensores cerrados por problemas técnicos, los cuales la compañía había prometido mantener hasta fin de año, son el Artillería y el Turri, dos de los más emblemáticos y turísticos de la ciudad.
Al parecer no es económicamente viable para la Compañía mantener funcionando y en buen estado los ascensores, a pesar de que la ciudadanía suele salir a la calle y manifestarse cada vez que se cierra uno. De hecho, han constituido una asociación llamada Usuarios de Ascensores de Valparaíso, que asegura que el cierre de los elevadores es perjudicial para el turismo, para la condición patrimonial de la ciudad, para la identidad ciudadana y para los usos cotidianos que les dan los habitantes de los cerros.
Los Usuarios de Ascensores suelen no confiar en las disposiciones del municipio, que desde 2009 está proyectando la compra, pero que nunca había tomado medidas efectivas, mientras el puerto veía como poco a poco esta compañía privada que administra la mayoría de los elevadores iba cerrándolos. El proyecto del año pasado implicaba que los elevadores pasaran a Bienes Nacionales, y la solución contemplaba integrarlos a la red de transportes de Valparaíso, junto con los troles y el metro.
Este video, elaborado y difundido por la Asociación de Usuarios de Ascensores, va actualizándose con cada ascensor clausurado; la agrupación organiza manifestaciones ciudadanas ante cada cierre. Como medida concreta, ya habían demandado infructuosamente ante la Corte Suprema para conseguir que la Seremi de Transportes se encargara de mantener los ascensores. Sin embargo la Corte negó esa demanda, y dictaminó que el municipio debía establecer un régimen de funcionamiento, tarifas, horarios y condiciones de seguridad para los teleféricos.
Sin embargo esto es contradictorio, ya que la mayoría de los elevadores están en manos de privados: ante ello, la medida concreta más reciente que adoptó el municipio, en septiembre, fue firmar un acuerdo con la corporación sin fines de lucro Fundación Valparaíso. El acuerdo, criticado por parte de la ciudadanía porque la cabeza de la fundación es un extranjero, según el alcalde permitía recibir fondos a través de la corporación para poder adquirir los ascensores.
Pero aún cuando exista esta alianza que permita recuperar el funcionamiento de algunos elevadores, sería sólo una solución temporal, y de recursos económicos limitados. El último anuncio de parte del gobierno es la conformación de un plan de desarrollo regional que dentro de sus 4 puntos prioritarios cuenta el tema del estado de los ascensores; sin embargo, este programa de desarrollo de Valparaíso ya existía, y ya había prometido para mediados de 2010 resultados en la recuperación de los elevadores.
Luego, el más reciente anuncio concreto ha venido por parte de la Compañía de Ascensores de Valparaíso. Esta medida, que sí apoyan los vecinos, cuyo portavoz es Hernan Cabezón, presidente de la Agrupación de Usuarios de Ascensores, consiste en la venta de las 10 instalaciones que son propiedad de la Compañía, a otras empresas privadas.
Ante todo, devolver los elevadores a la ciudadanía, con las normas de seguridad y la infraestructura necesaria, implicaría el compromiso de todos los actores afectados por el cierre de estas estructuras patrimoniales y de utilidad comunal, por ejemplo, el sector turístico, el comercial, el municipio y los vecinos. Si por años viene haciéndose evidente que para un privado no es sostenible mantener los ascensores, ¿cuál sería la mejor solución?