Preocupación en Dichato por el futuro de sus terrenos
En la zona son muchos los que desconfían del plan y creen que es el escenario ideal para que privados se hagan de terrenos.
(La Tercera – 08/11/2010)
Cristina Rebolledo y José Torres invirtieron el verano pasado $ 4 millones para levantar un negocio en un terreno que habían conseguido en comodato por 10 años, justo frente a la playa de Dichato, en la Región del Biobío. El tsunami apenas les dejó en pie las paredes, lo que no ha impedido que mes a mes tengan que seguir pagando las cuotas del préstamo que pidieron a un banco para su intento de emprendimiento.
Como no les quedaban muchas opciones, considerando que el mar también se llevó parte de su casa, ubicada a cinco cuadras y donde tenían una pequeña fábrica de pasteles, se consiguieron nuevamente plata para volver al local a vender empanadas y bebidas a los turistas que llegan con el buen tiempo, así como lo hacen otros cuatro negocios. Claro que no saben cuánto tiempo permanecerán ahí, porque de acuerdo al Plan de Reconstrucción del Borde Costero, el terreno en el que se encuentran será expropiado para las obras que se realizarán con el fin de mejorar la seguridad ante eventuales catástrofes, donde no sólo estará involucrada la playa y el camino costero: también se van a intervenir cerca de 20 metros hacia el poblado.
El plan consiste en levantar un pretil -muro de contención- y un parque de mitigación antitsunami, lo que permitirá “reducir la energía de la ola, aminorando su velocidad y altura, por lo tanto, en vez de que arrase viviendas, todo será tenue”, asegura Pablo Allard, coordinador nacional de Reconstrucción Urbana del Minvu, quien resalta que es necesario que algunos “hagan el sacrificio, para que otras 800 familias puedan volver a vivir al plano de la ciudad”.
Ahí es donde se ve afectado el negocio del matrimonio Rebolledo-Torres y otros cientos de residentes. José protesta: “Lo que se está haciendo es sólo una pantalla para sacar a la gente y que después vengan empresarios a poner sus complejos turísticos, pero nosotros no los vamos a dejar”.
En Dichato son muchos los que desconfían del plan de reconstrucción y creen que es el escenario ideal para que privados se hagan de terrenos. Es lo que piensa Eduardo Bustos, quien apunta que “lo que quieren es construir un nuevo Reñaca, pero de aquí no nos moveremos”. Otros aseguran haber recibido ofertas para comprar sus terrenos en cifras de apenas $ 3 millones.
El debate entre vecinos, empresarios y autoridades se está iniciando. Gustavo Yánquez, dueño del condominio Pingueral, niega que esté detrás de los terrenos y afirma que “las personas inventan estas cosas porque sólo buscan victimizarse, para que no los expropien, y si lo hacen, así pueden conseguir mucha más plata”. Pero el alcalde de Tomé -comuna a la cual pertenece Dichato-, Eduardo Aguilera, se suma a los vecinos: “Es injusto que los quieran sacar de sus terrenos. Acá quieren hacer un experimento y ni siquiera hay claridad”. Y agrega: “Quién sabe si pese a lo que se ha dicho más adelante no nos encontramos con un complejo turístico metido en el lugar”.