Fundación Mi Parque: más áreas verdes, más dignidad
Mi Parque es un proyecto gestado en 2007, que tomó personalidad jurídica en 2008 y desde allí comenzó a ponerle más verde a la ciudad, sobre todo en sectores donde esto parece no ser una prioridad: los barrios vulnerables.
“Para nosotros los árboles, las bancas , los juegos, y los otros presentes en espacios públicos son un medio para entregar dignidad, cohesión social, confianza y orgullo a las comunidades. Así entonces, el espacio público no sólo otorga un valor estético a los barrios, sino que otorga un mejor futuro para las familias de nuestro país”. Eso nos cuenta Martín Andrade, Director Ejecutivo de la Fundación Mi Parque, organización sin fines de lucro que desarrolla proyectos de forestación participativa en comunas de escasos recursos.
En barrios periféricos o zonas económicamente vulnerables, el cuidado de los espacios públicos parece no ser un problema prioritario; las soluciones que ofrecen las políticas públicas, tal vez con bastante razón, apuntan a lo más urgente, que es solucionar el tema de la vivienda.
Pero es innnegable que una arista de la vida cotidiana, y de la vida con calidad, la conforman el entorno del hogar y las relaciones comunitarias. Por eso, Fundación Mi Parque entiende que un espacio público habitable, una plaza cuidada, un parque arbolado, además de ofrecer una mejor calidad de vida, fortalecen las relaciones entre las personas dentro de un barrio. Para ellos, la ecuación Dignidad = Casa + Entorno es importante, y ha dado buenos resultados en la práctica.
Con una estrategia de financiamiento público-privada, una proyección de diseño viable y ambientalmente sustentable y participación de la comunidad, la fundación ha logrado posicionarse desde su creación como un actor social emergente importante. Lo innovador de su sistema es que, a las iniciativas en barrios que no pueden costear una inversión en áreas verdes, le agrega el trabajo con empresas, ya sea a través de un voluntariado corporativo (los trabajadores van a plantar, junto a los vecinos) o de aportes económicos.
El trabajo de la Fundación se perfila entonces como una iniciativa que conjuga esfuerzos de empresarios y pobladores, en un proyecto común de mejoramiento de la calidad de vida en la ciudad. La forestación no se efectúa sólo como un hermoseamiento del barrio, sino como un modo de recuperación de zonas comunes abandonadas, de espacios que idealmente son de contacto entre vecinos y de recreación, pero que permanecen abandonados por la falta de recursos. Además de una labor ambiental, es importante la labor social que realizan los voluntarios y las empresas, conducidos por el equipo de Mi Parque.
Según Martín Andrade, hay un marcado contraste entre distintas zonas de Santiago; en comunas como Vitacura existen 18, 3 m2 de área verde por habitante, mientras que por ejemplo en Pedro Aguirre Cerda tienen sólo 1, 2 m2 por habitante… “y la brecha se hace mucho más grande cuando incorporamos las variables de calidad de metros cuadrados y la intensidad de uso ellos”.
Martín explica: “Es muy distinto un metro cuadrado de área verde en las comunas de mayores carencias que en las comunas con mayores recursos. Muchos espacios considerados como área verde en los planes reguladores de comunas como Quinta Normal o Renca son lugares abandonados, con bancas, pavimentos y juegos deteriorados, con escasa presencia arbórea. Así también la intensidad de uso de las áreas verdes en los sectores de menores recursos es mucho mayor que en las comunas con mejores niveles de vida ya que muy pocas familias tienen la posibilidad de poder tener algún jardín privado. Esto es algo grave, ya que por un lado estas son las comunas en donde más se usan y se necesitan las áreas verdes, pero por el otro son las que cuentan con muchísimos menos espacios para tal fin”.
Además de consolidarse con un modelo de financiamiento existoso, una de las ventajas de la fundación es que nació con un equipo y un directorio multidisciplinarios: en él participan arquitectos, un abogado, una paisajista, un fotógrafo, más una lista de voluntarios que provienen tanto de empresas como de fundaciones y barrios. Incluso, en su funcionamiento, la fundación se preocupa de contribuir de forma positiva con el medio ambiente, hasta en los más pequeños detalles.
Así han plantado más de 2000 árboles en comunas como Buin, San Bernardo, Conchalí, Colina, Renca y La Serena. Actualmente tienen presencia en redes sociales como Twitter y Facebook, y una página web. Y ahora se suma a sus reconocimientos el reciente premio Avonni, galardón anual a la innovación en los negocios otorgado por el Foro Innovación, TVN y El Mercurio.
Mi Parque ganó en la categoría Emprendimiento Social (2010), y Martín Andrade, nos explica qué posibilidades abre este premio para la fundación: “Luego del premio AVONNI y del reconocimiento que esto implica, creemos que el aporte empresarial va a seguir aumentando y así más familias van a poder ser beneficiadas. Hoy el gran desafío que tenemos como institución es poder tener sponsors permanentes que nos permitan lograr una sustentabilidad a largo plazo (tema crítico para cualquier institución sin fin de lucro) y creemos que este premio nos va ayudar mucho para poder conseguir ese objetivo”.
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