Plaza Los Dominicos: ¿Un nuevo parque enrejado para Santiago?

NOOOOO, como pueden estar de acuerdo en poner rejas a un parque PUBLICO! Personalmente detesto las rejas, no concibo un parque, ni una plaza con rejas. El tema principal es generar vidad en aquellos lugares. Como el ejemplo en Los Angeles. Los parques y plazas debieran estar llenos de restaurants, bares, tiendas, algun cine, cafes, ferias, librerias, piletas, y tantas otras actividades. El problema radica en la pesima planificacion comercial de estos sectores. Tremendos supermercados que te obligan a usar el auto. Estos mini-malls, a mi parecer, son los culpables de vivir encerrados. Ellos incentivan el desuso de los espacios publicos. Su arquitectura y emplazamiento es masivo e inabordable.
Mucho mas armonico seria una extension de locales con distintas alternativas, y que te den ganas de salir de tu encierro a la libertad de un espacio publico pensado para los ciudadanos!.
Termino diciendo que el parque Bicentenario va a terminar con los mismos problemas…

Johnny habla de la educación pero en eso fallamos todos, y en más de un sentido.
Todos hemos visto películas como “Oliver” o “Mary Poppins”, vemos cómo funcionan de bien los parque enrejados en todo el mundo.
Ningún niño se sale a la calle detrás de una pelota por cualquier punto del perímetro; un sólo agente ubicado en cada entrada puede controlar el acceso o la huida del delincuente; los padres están tranquilos mientras sus hijos juegan dentro del parque; los drogadictos no pueden fácilmente enganchar nuevos adictos en el recinto.
Consideremos que ni en las escuelas ni en los hogares se enrolan adictos a las drogas; los parque constituyen una de las pocas ubicaciones, casí podríamos decir la única, en donde funciona el enganche de nuevos viciosos.
Un parque debe tener una o dos entradas, no más. Poder entrar POR CUALQUIER PUNTO no es un derecho ciudadano y no arroja ningún beneficio justificable, como no sea justificar LA PEREZA para no caminar algunos metros.
En la pérgola de la plaza de Ñuñoa quieren poner un negocio privado.
La necesidad allí es una vespasiana, y el fin no es tener un espacio para “descansar”, como dicen algunos comentaristas despistados, sino para CONVIVIR. Yo “descanso” en mi casa.
Lo que verdaderamente hace mucha falta en los parque es el kiosco para la banda, y no los equipos de sonido de los restaurantes, que sólo tocan metálica y chucu-chucu.
Por supuesto, si frente a una plaza yo tengo una fuente de soda, puedo poner música, pero no en los horarios de actuación de la banda o durante un foro ciudadano. El civismo también es para los dueños de tiendas de barrio; y si no es así, entonces que pongan los Ekonos en todas partes, o los mega-centros comerciales, a ver si así les gusta.

Hasta ahora los defensores del parque sin rejas no han aportado NI UN SOLO ARGUMENTO que valga la pena discutir.
La reja es seguridad.
Yo puedo dar cierta libertad a un niño pequeño para que juegue con otros niños en un parque CON REJAS, sin temor a que le ofrezcan drogas psicoactivas o a que le roben la pelota.
Cuando hay edificios de departamentos alrededor del parque, las rejas no se necesitan: hay muchos testigos en los balcones y ventanas, pero la mayoría de nuestros parques están rodeados de casas de uno o dos pisos.
Para efectos de foros o debates públicos, la reja puede ser la diferencia entre tener claque y no tenerla. La tarea de la policía se facilitaría bastante, y yo puedo llevar a mi familia a los foros sin temor.

La expresión “el parque X se abrió A TODO PÚBLICO” equivale a decir que la entrada estaba restringida o que cobraban entrada cuando había reja, lo cual es absolutamente falso.

Lo que constituye una aberración es la idea de cerrar calles con reja para transformar la cuadra en un conjunto cerrado, obstaculizando el paso a bomberos, ambulancias y radiopatrullas.
Tal vez funcionaría con rejas de puerta ancha, que sólo se cierren de noche.

Estas columnas nacieron con el objeto de proporcionar al ciudadano espacios para el debate, y si uno opina diferente a los demás es parte del debate. A los que ponen pulgares abajo los invito mejor a escribir sus percepciones.
El Chile se imita a Inglaterra casi en todo: bsncos, sistemas de transporte colectivo – particularmente ferroviario -, centros comerciales, salas de concierto, galerías de arte, escenarios deportivos, clubes sociales urbanos y campestres, etc, etc.
Los parques urbanos de inglaterra tienen, casi todos, rejas, ¿buscan poner zoológicos humanos?
¿proteger al vago y al delincuente?

Entiendo que hoy está de moda en Chile rechazar las rejas, pero la cultura urbana de los ingleses nos lleva más de un milenio de ventaja, y las rejas les han servido precisamente para controlar mejor la vagancia y la delincuencia.

Personalmente, jamás se me ocurriría poner pulgares abajo a los que opinan en contra de las rejas, POR PURO RESPETO A LA OPINIÓN CONTRARIA.

Puedo equivocarme, pero creo que el sistema de pulgares refleja la moda y la corriente que se lleva a los camarones dormidos, más que un verdadero debate con altura.

Con el simple hecho de enrejar un lugar con la excusa de proteger ciertas zonas de la creciente ola de delincuencia mata por completo lo que se conoce como espacio publico.
Este tipo de parques, por el simple hecho de ser públicos, deben ser utilizados, respetados y cuidados por todos.
Si se llegara a enrejar dejaría de ser un lugar publico y mataría por completo la rica dinámica que se desarrolla en ese lugar en determinado tiempo. Las autoridades deberían evaluar otro tipo de medidas para asegurar la seguridad a los usuarios de este espacio publico sin tener que intervenir de una manera tan brusca sobre el lugar, por otro lado los vecinos de la zona deberían de considerar mejor el apoyar estas políticas, que lo único que consiguen es la desigualdad social.

Releyendo la columna encuentro una opinión de lo más pintoresca: que un parque debería estar lleno de restaurantes, bares, tiendas, algun cine, cafes, ferias, librerías, piletas, etc.
La Carta de Atenas establece que los parques deben destinarse a la convivencia, al aprovechamiento del tiempo libre en actividades deportivas y artísticas. Los elementos que señala el comentarista tienen ya sus propios espacios (malls, megacentros comerciales, y sectores urbanos bastante extensos dedicados al comercio).

La convivencia sostenible en terrenos al aire libre ubicados en entornos vecinales es algo que el mercado neoliberal jamás nos podrá ofrecer.
Hay espacios comerciales en los clubes privados y los balnearios, pero éstos no son entornos vecinales sino turísticos, a los cuales vamos cada quince días, o en temporada.
Saludos.