Global Metro Summit: Delivering the Next Economy / Parte 1
El pasado miércoles 8 de Diciembre la ciudad de Chicago fue sede del Global Metro Summit organizado por la London School of Economics and Political Science, el Brookings Insitution de Washington y el Deutsche Bank Alfred Herrhausen Foundation. La cita convocó a tomadores de decisiones, alcaldes, académicos, empresarios y filántropos de distintos países para discutir el rol de las áreas Metropolitanas en la reactivación económica post-recesión.
La cita dio pie para discutir los resultados arrojados por el estudio Global Metro Monitor sobre 150 áreas metropolitanas a lo largo del mundo, los cuales confirman la opinión generalizada sobre la reactivación a nivel global; Las economías de las áreas metropolitanas en los Estados Unidos y Europa se mantienen significativamente estancadas dando paso a Ciudades Asiáticas y Latinoamericanas quienes son las que lideran hoy los rankings de crecimiento y empleo. Junto con eso, se discutieron los alcances y lecciones de 4 ciudades, (Múnich, Turín, Barcelona y Seúl), analizadas por LSE Cities a la luz de las transformaciones económicas que se han visto sujetas para adaptarse a las fuerzas siempre cambiantes de la economía global.
El primero de una serie de artículos sobre el Global Metro Summit y los comentarios sobre los pasajes más importes después del salto.
Si bien el título de la convocatoria apuntaba a una discusión más bien internacional, el acento estuvo puesto mayormente en las áreas metropolitanas norteamericanas y Europeas. La primera parte de esta serie trata sobre la ponencia de Bruce Katz, Vicepresidente y Director del Metropolitan Policy Program de Brookings Institution, sobre el potencial de las áreas metropolitanas de los EEUU para conducir una era de prosperidad y crecimiento económico. Las partes siguientes, 2,3,4 y 5, corresponderán a los casos de estudio presentados por LSE Cities; Múnich, Turín, Barcelona y Seúl respectivamente.
El resumen de la primera parte de la conferencia es el siguiente;
Parte 1 / Llevando a Cabo la próxima Economía Norteamericana.
Extracto de presentación de Bruce Katz, Vicepresidente y Director, Metropolitan Policy Program, The Brookings Institution.
En un contexto marcado por un clima político rencoroso, Estados Unidos se encuentra buscando desesperadamente nuevos empleos y una re-ingeniería profunda de su economía en el largo plazo. Sin embargo, la solución para la gran mayoría de los estadounidenses está más cerca de lo que ellos piensan, siendo las áreas metropolitanas los motores del desarrollo económico y la re-activación que tanto se espera.
Si se analizan las energías concentradas en las áreas metropolitanas estadounidenses, estas pueden llegar a ser altamente competitivas. Las 100 áreas metropolitanas más grandes de Estados Unidos concentran no sólo ciudades, suburbios, y pueblos rurales, sino que en total reúnen el 75% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y concentran desproporcionadamente los valores que mueven el éxito económico; patentes, investigación avanzada, capital de riesgo, graduados universitarios y doctorados, centros de transporte aéreo, ferroviario y marítimo.
Esta intensidad en la concentración de usos es una suerte de poción mágica de las economías modernas. Esto explica en parte por qué Silicon Valley y Boston lideran la innovación tecnológica a nivel mundial, por qué San Diego e Indianápolis son actores globales en ciencias médicas y por qué Wichita, Kansas y Portland, Oregon se especializan en exportaciones y manufacturas avanzadas.
Esta dinámica es similar en el resto del mundo. El surgimiento de Brasil, India, China se corresponde con el su acelerada urbanización, esto es, el crecimiento de mega-áreas urbanas como Shanghai, Mumbai, y Sao Paulo. De alguna forma, en los Estados Unidos se ha tendido a mitificar los beneficios del pueblo de escala pequeña, ya que son las áreas metropolitanas las que mueven el desarrollo del país. ¿Por qué ocurre esto? Cuando las ciudades recogen las redes de empresarios, firmas, personas inteligentes, universidades y otras instituciones afines, cosas inesperadas e increíbles suceden; la gente se asocia, las especializaciones convergen, se produce un choque y un florecimiento de ideas. Henry Cisneros, ex Secretario de Vivienda y Urbanismo de los Estados Unidos suele decir, “Las Ciudades son lugares donde dos más dos es igual a cinco”.
Una economía como la de los Estados Unidos, basada en la especulación, el endeudamiento y los excesos en consumo no puede descansar en su mantenimiento sino que debe apuntar a cambiar su foco de desarrollo a la brevedad. Este cambio debe dirigirse hacia un campo definido por las exportaciones, bajo en emisiones de carbono, alimentado por innovaciones tecnológicas y rico en oportunidades.
Existen casos de inversiones inteligentes en los Estados Unidos enfocadas en áreas Metropolitanas. Veamos el caso de la Región de San Diego. En 1985, la ONG CONNECT surgió como vínculo entre científicos e inventores de las más reconocidas instituciones académicas – incluyendo la UC San Diego, el Salk Institute, el Sanford Burnham Medical Research Institute -, con inversionistas, consultores en servicios para comercializar sus nuevas ideas. El producto que ha surgido de CONNECT ha logrado transformar San Diego en un cluster de ciencias médicas y empresas de tecnología tales como Qualcomm, Biogen Idec, Life Technology y Gen-Probe. Nueva York por su parte tiene puesto el foco en el éxito de San Diego, y anunció su propia iniciativa para Febrero próximo. Sin embargo, Estados Unidos a grueso modo ha sido más bien flojo en reconocer el poder de las áreas metropolitanas como motor de desarrollo.
Por décadas, la aproximación del Gobierno Federal hacia sus áreas metropolitanas ha sido más bien como si se tratara de zonas de desastre, impulsando una “política urbana” basada en los subsidios tanto para vivienda como esquemas de desarrollo urbano y no en la creación de políticas, que por ejemplo, apoyen de forma entusiasta el desarrollo prometedor de clusters industriales. Sin duda han existido mejoras bajo la administración de Obama, pero los viejos hábitos son duros de roer, y los intervencionismos heredados todavía encuentran mayor apoyo que la creación de espacios para nuevas formas de mirar el problema.
Mientras las áreas metropolitanas de Sao Paulo, Shanghai y Mumbai concentran sus inversiones en investigación avanzada, energías renovables, modernos centros portuarios, y sistemas de transportes ligeros y veloces, las áreas metropolitanas de EEUU son más bien vistas con recelo por parte de sus Estados. Un ejemplo es el caso del Estado de Illinois y el área metropolitana de Chicago; ésta última aglutina el 67% de la población del Estado de Illinois y el 78% de los ingresos correspondientes, sin embargo el Estado redirige los retornos generados por pago de impuestos hacia subsidios ineficientes en transporte e infraestructuras en el resto del territorio.
Las recomendaciones de Bruce Katz apuntan hacia un cambio que debe considerar lo siguiente;
Primero: Dejar de retroalimentar una vieja economía basada en malos hábitos. ¿Por qué proveer de suculentos subsidios para consumir más viviendas caras? Aunque parezca increíble, el monto que el Gobierno de los Estados Unidos cede por concepto de la deducción de intereses hipotecarios se presume aumentará desde $79 mil millones de USD 2009 a $150 mil millones de USD en 2015. ¿Qué pasaría si se genera un tope en el nivel actual de gastos, y se re-dirige la mitad de lo ahorrado para reducir el déficit fiscal, y la otra mitad, algo así como $35 mil millones al año, en esfuerzos para hacer crecer la exportación y la generación de trabajos?
Segundo: Comenzar a invertir para ayudar a los negocios Estadounidenses a innovar y entregar acceso a una infraestructura de clase mundial y conectada con los mercados globales. Por ejemplo, el Gobierno Federal podría invertir en un nuevo Instituto de Descubrimientos Energéticos para desarrollar innovaciones en tecnologías más baratas de generar como energía solar en vez de combustibles fósiles.
Por último, es fundamental desafiar a cada una de las áreas metropolitanas para que logren o superen los objetivos nacionales de duplicar exportaciones. En vez de subsidiar empresas y negocios de intercambio entre los límites municipales – según Katz, un gasto ridículo de los dólares acumulados por recolección de impuestos – las ciudades y suburbios necesitan agruparse para gatillar tipos de negocios orientados a innovaciones en exportaciones construidas sobre las ventajas comparativas de sus regiones.
Las ciudades Estadounidenses son el centro del talento, el capital y la innovación del País. Estos son los polos de comercio y migración. Con un sistema de mercado con incentivos y un clima propicio para los negocios, las ciudades pueden ser motores inigualables para alcanzar una economía de crecimiento y prosperidad.
FIN.
Los siguientes artículos harán mención sobre el Global Metro Monitor y sus resultados sobre el rendimiento de 150 áreas metropolitanas a nivel Global. En la misma línea, los artículos posteriores harán referencia a casos de estudios analizados por LSE Cities sobre Múnich, Turín, Barcelona, y Seúl.