Nuevos centros médicos de la ACHS ahorran más del 15% de energía
La Asociación Chilena de Seguridad inauguró dos centros médicos en Viña del Mar y San Antonio, en la Quinta Región. Ambos fueron construidos bajo parámetros amigables con el medio ambiente y un diseño de iluminación eficiente, que permite ahorros de más del 15% de energía, generando espacios cálidos que invitan al bienestar y a la vez destacan la fachada y calidad del edificio al exterior.
(Asociación Chilena de Seguridad – 21/12/2010)
“La idea es que los pacientes olviden el motivo por el que están allí y se sientan acogidos y apoyados”. Con esto en mente, la arquitecta Oriana Ponzini, experta en iluminación eficiente, comenzó a trazar el diseño lumínico necesario para los recientemente inaugurados centros de atención médica de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), uno en Viña del Mar y el otro en San Antonio.
Los centros que reciben a trabajadores de la Quinta Región son recintos integrales para atender los accidentes laborales, y además cuentan con espacios para la capacitación y rehabilitación. Raúl Puelma, arquitecto encargado del proyecto señala que “existe un precepto en los proyectos de la ACHS, que tienen que ver principalmente con la seguridad, sustentabilidad y el manejo de un lenguaje arquitectónico contemporáneo, aspectos que se nutren mutuamente en la génesis y desarrollo del proyecto”.
En el caso de Viña, una importante innovación de este edificio de seis pisos, se centró en la incorporación de aisladores sísmicos en las fundaciones del edificio, sistema encargado de disipar la energía de temblores y terremotos de modo de disminuir en forma importante su efecto al interior. Con esto se busca cumplir el “Leitmotiv” de esta organización: la seguridad de las personas.
De la misma forma, la iluminación es muy importante en la seguridad, tanto para poder desplazarse y cumplir las distintas funciones con facilidad como para aportar una sensación de tranquilidad y confianza.
Puelma explica que no se concibe el diseño arquitectónico-espacial sin un objetivo lumínico: “La iluminación confirma el carácter del edificio. Por una parte a través de la funcionalidad y uso eficiente, pero al mismo tiempo confirma la idea espacial de la construcción, potenciando sus aspectos sustanciales, resaltando su relación con la ciudad, infiriéndole un carácter casi escultórico”.
En este sentido, el diseño se hizo pensando en aprovechar el aporte solar, ya sea tanto desde el punto de vista técnico como lumínico. “La calidad de la iluminación se consigue no sólo por la cantidad de luminarias, sino por la elección de un color cálido que combine con la luz natural y entregue un muy buen rendimiento cromático, haciendo que los colores se vean brillantes y destaque el color rosado-saludable en la piel. La sensación de salud es muy importante para el centro médico”, señala Oriana Ponzini, arquitecta experta en iluminación eficiente, con más de 25 años de trayectoria.
Ambos centros médicos, cuentan con lucarnas y/o túneles solares, además de ventanas ubicadas para el mejor aprovechamiento de la luz solar. “Todo el diseño lumínico, se hizo en concordancia con esto. La ubicación adecuada de las luminarias permite obtener un consumo muy reducido de watts por metro cuadrado (W/m2), manteniendo siempre la calidad visual y seguridad de los espacios”, señala Oriana Ponzini.
De esta forma, en áreas de espera y tránsito se optó por iluminación indirecta que relaja y da sensación de agrado, mientras que las zonas de atención médica tienen mayor luminosidad, y en espacios como los de capacitación se aplicó un sistema flexible a través de distintos golpes de iluminación.
El arquitecto Raúl Puelma señala que “en ambos casos, San Antonio y Viña, se contó con especialistas en eficiencia energética, que interactuaron con nuestra oficina de arquitectura y las demás especialidades durante todo el proceso. Entre los aspectos más relevantes se consideró el tratamiento diferenciado de fachadas según su exposición, la aislación térmica envolvente, la generación solar de agua caliente sanitaria, la utilización de artefactos sanitarios de bajo consumo y alta eficiencia, el aprovechamiento de la luz natural al interior del edificio y por supuesto un adecuado uso de la energía eléctrica”. Con todo esto se logró un ahorro superior al 15 por ciento en iluminación, apunta el arquitecto.
“En este caso usando menos luminarias pero mejor utilizadas, alcanzamos un rendimiento 9,6w/m2, superior a los 11,8 W/m2 recomendado por la certificación internacional Leed (Líder en Eficiencia Energética y Diseño)”.