Más de 150 mil santiaguinos adoptaron un árbol del Proyecto de Forestación Urbana en 2010
Desde junio, mes en que el gobierno lanzó el plan, se han repartido especies en diferentes colegios, plazas y ferias de la capital.
por Benjamín Blanco
(La Tercera – 10/01/2011)
El Proyecto de Forestación Urbana (PFU) tiene como objetivo plantar 17 millones de árboles en Chile durante los próximos ocho años. Para lograr esta meta en Santiago, desde septiembre de 2010 se han repartido diferentes especies en eventos, parques y actos públicos de la ciudad. En menos de seis meses, 150 mil capitalinos ya han adoptado un ejemplar y se espera que esa cifra se duplique en 2011.
La idea del PFU es que las actuales 6.740.000 especies que existen en la capital se trasformen en 11.500.000 en 2018 y así pasar de 1,17 árbol por persona a 1,26 en ocho años.
“Lo que hacemos es darlos en adopción para generar mayor empatía y compromiso con los árboles. No es un proyecto de forestación municipal, sino de las casas, pues el 90% de la gente vive en lugares que tiene acceso a jardines propios”, comenta Consuelo Bravo, directora del proyecto. “Plantar árboles fuera de la ciudad es fácil y más barato, pero la idea que tenemos es que todos los santiaguinos sientan que se plantó un árbol por ellos”, agrega.
Las 150 mil adopciones se han realizado en colegios, juntas de vecinos y, especialmente, en el Jardín Botánico Mapulemu, en el sector Tupahue del Parque Metropolitano. Todos los fines de semana, desde el segundo semestre pasado, se instala un stand en ese lugar donde en promedio se entregan mil árboles cada sábado y domingo. “Hemos estado presentes en la Feria de la Chilenidad, en la Plaza de la Ciudadanía, en actos públicos, pero el centro neurálgico es el Parque Metropolitano”, recalca Bravo.
Los árboles que se distribuyen, por lo general quillayes, peumos, algarrobos y quebrachos, se entregan junto a un certificado de adopción y un manual de plantación, en el que se especifican las herramientas que se deben usar y los pasos a seguir para mantener el árbol. “Con la especie entregamos un pack temático y, en el caso de los colegios, hacemos un levantamiento de historia para explicarles a los niños la necesidad y la importancia de los árboles”, agrega Bravo.
Aunque en el PFU reconocen que puede que no todos los árboles adoptados en Santiago sobrevivan, recalcan que el fondo del proyecto es otro. “Más que un plan de arborización, este es un proyecto de educación ambiental urbana. Pueden influir otros factores para que el árbol sobreviva, pero hay un interés notorio de la gente por aprender sobre el tema”, comenta.
Experiencias urbanas
Claudia Clavo, de 22 años, adoptó un maitén y cuenta que, aunque son muchos los árboles que se están entregando, deberían ser más. “Me parece un buen proyecto, pues el medioambiente hay cuidarlo. Como mi casa es arrendada lo tengo en un macetero, pues se puede tener ahí hasta dos años. Cuando me cambie lo plantaré”, cuenta.
En la segunda semana de diciembre se realizó un encuentro de microempresarios organizado por BancoEstado en Lo Valledor, donde se entregaron mil árboles a los participantes del encuentro. “Fue un éxito, pues buscamos conectar a un segmento (el de microempresarios) que puede quedar fuera del foco de los programas de difusión del proyecto de forestación, y la idea es que todos nuestros clientes adopten un árbol”, comenta Claudia López, jefa de responsabilidad social de BancoEstado Microempresa.
Importancia de un árbol
En Santiago, sólo seis de las 34 comunas que componen la ciudad tienen nueve metros cuadrados de áreas verdes por habitante, el mínimo recomendado por la Organización Mundial de Salud. Aun peor, el último catastro del gobierno -realizado a mediados del año pasado- arrojó que la mitad de las comunas tiene menos de un metro cuadrado de áreas verdes por persona. “No hay un estudio científico que cuantifique cuántos árboles por habitante son los necesarios, pues sólo hay estudios por áreas verdes. Sin embargo, hay análisis internacionales que dicen que los índices de criminalidad son más bajos en barrios vulnerables con altas tasas de arborización”, comenta Bravo.
Según Enrique Vial, urbanista de la Universidad Andrés Bello, la importancia del árbol es vital en la ciudad por su valor ecológico y paisajistico. “En las urbes contemporáneas, que se han extendido en superficies muy grandes, el área rural está más alejada del ciudadano común y eso influye en su naturaleza humana”, explica Vial. “Los barrios más marginales de la ciudad coinciden en los lugares con menos árboles en Santiago, como la comuna de El Bosque. El simple hecho de dar sombra genera menos estrés y más tranquilidad”, agrega.
Al respecto, Bravo indica que uno de los próximos pasos del Proyecto de Forestación Urbana es fomentar la arborización en las comunas periféricas de Santiago.
Un árbol por chileno
es la consigna del Proyecto de Forestación Urbana. El plan se lanzó en junio de 2010 y este año será clave para este propósito, pues comenzará a funcionar el fondo de forestación que financiará las iniciativas y proyectos particulares de arborización que se realicen en el país.