“París no quiere tu smog”…¿Santiago sí?
París se pone firme en su carrera por transformarse en una ciudad con transporte verde y sin smog. Recientemente se anunció la idea de poner restricción a los autos todo terreno, diesel y SUVs que circulan por la ciudad, como otra medida para lograr que el transporte en París sea lo menos contaminante posible.
Esta medida se sumaría a su eficiente sistema de transporte público, los sistemas de bicicletas urbanas y su programa de participación ciudadana con incentivos para compartir autos eléctricos. Todo esto sumado, pone a París como una ciudad que de verdad se las está jugando por reducir las emisiones de CO2.
Cómo lo harán, de cuánto serán las multas o si la medida será por zonas, son algunas de las cosas que aún no están resueltas, sin embargo la idea ya existe y fue anunciada.
La idea es desincentivar el uso de este tipo de vehículos en la ciudad. Según Denis Baupin, funcionario de la oficina de medioambiente de la municipalidad de París, los parisinos deben hacerse la idea de vender y comprar autos que sean compatibles con la vida de la ciudad: “usar un auto deportivo utilitario (SUV) en una ciudad como París no tiene sentido”.
¿Y en Santiago tiene sentido?
Muchos dirán que el sistema de transporte de Santiago no incentiva a dejar el auto en la casa, que el metro no llega a todos los rincones de nuestra ciudad o que los autos eléctricos no son aún una realidad en nuestro país. Estamos lejos de París es verdad y hacer una comparación tal vez no tiene mucho sentido.
Sin embargo, el elegir un auto menos contaminante puede ser un aporte. Hoy la mayoría lo hace sin considerar que su auto sea el más adecuado para una ciudad como Santiago. La venta de SUVs aumentó en un 103% anual en Chile, según una medición realizada por la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) en abril de 2010, autos que además son muy difíciles de estacionar y todos sabemos que esto en Santiago, se ha vuelto cada vez más difícil.
En nuestra sociedad los autos significan muchas cosas, la mayoría de ellas está asociada al estatus. La compra de un auto es un acto individual, en la que influyen criterios muy subjetivos, pero los que finalmente tienen un impacto sobre la ciudad. Tal vez lo que necesitamos es un cambio de mentalidad en este tema: si elegimos comprarnos un auto que la pregunta sea ¿Cuál es más eficiente en una ciudad como Santiago?
Una mentalidad que al parecer tampoco tienen los parisinos y que está haciendo necesario que empiecen a existir restricciones que vienen desde la autoridad. Restricciones que tal vez algún día lleguen a nuestras ciudades, pero ¿es necesario esperarlas para hacer el cambio?