Las ventajas de vivir en un edificio verde
El reemplazo de calderas por un sistema completamente eléctrico, reciclaje de basura, paneles solares y cuentas de luz más bajas de lo normal son las características de este tipo de departamentos “ecológicos”.
por Por Diego González
(La Tercera – 24/01/2011)
LOS vecinos que deciden vivir en una vivienda más amigable con el medioambiente tienen distintas razones para hacerlo. Están aquellos que lo hacen por motivos económicos, también los que buscan un lugar más seguro y moderno. Otros privilegian el diseño y una arquitectura “verde”, acorde a los tiempos.
Si bien en Chile se proyectan más de medio centenar de construcciones con características sustentables, edificios de viviendas que integren ese tipo de tecnología son pocos. Uno de los primeros fue el edificio Al Ras, a cargo de la inmobiliaria DCC, ubicado en la calle Sucre, en la comuna de Ñuñoa.
Inaugurado en 2007, causó revuelo por los paneles solares instalados en su azotea. Rodrigo García, diseñador web, vive junto a su esposa desde el año 2008 en uno de estos departamentos y, para él, la experiencia de utilizar un sistema mixto para calentar el agua (de gas y energía solar) le ha significado un ahorro estimado en un millón de pesos en dos años. “En comparación con otros amigos, lo que pagamos en gastos comunes son, por lo menos, 30 mil pesos mensuales menos, y en gas, que utlizamos para cocinar, pagamos entre $ 500 y $ 700”, explica este diseñador.
Tal fue el éxito de este inmueble, que la empresa a cargo del proyecto construyó uno nuevo con características similares. Se trata del edificio Al Manara, que se entregará en marzo próximo. Uno de los habitantes de estas viviendas será Nelson Rodríguez, gerente general de una empresa de comida rápida. El, junto a su esposa, tiene una casa en Tunquén, donde ha construido una huerta e instalado una batería solar para abastecerse cuando están de vacaciones.
Al momento de buscar una vivienda donde habitar en Santiago, se inclinaron por un departamento “ecológico”, por lo que esperan con ansias los paneles solares y basureros segregados para organizar la basura. Para Rodríguez el tema pasa más allá de lo monetario. “Cuidar el medioambiente y ser eficiente energéticamente es fundamental, por eso es necesario ser responsable, ya que no sirve echar toda la basura a un hoyo. Todos tenemos que tomar conciencia. En el futuro debería ser una obligación hacerse cargo de estas mínimas responsabilidades”, señala.
Uno de los principios fundamentales de estas construcciones es la responsabilidad: hacerse cargo de lo que produces, como de lo que consumes. Los paneles del edificio Gen son reflejo de esta mentalidad. Son los mismos habitantes quienes tienen que saber a qué hora programar el controlador para que caliente el agua.
El edificio, ubicado en Portugal 415, fue el primero de Santiago en instalar una fachada completa con paneles solares individuales para departamentos. Diseñado por los arquitectos Felipe Assadi y Francisca Pulido, la construcción fue galardonada con el segundo lugar en la categoría de diseño en la Bienal de Arquitectura de Quito 2010.
Si bien el gran atractivo es el sistema de recolección de energía, para Héctor Marchant, la elección de esta vivienda fue guiada por otros motivos. “Me fijé en el diseño, en el panel solar me fijé después, y la verdad es que cuando me fui a vivir me di cuenta lo que había comprado”, dice.
La sorpresa de Marchant al toparse con los paneles no fue menor, pues afectó directamente a su bolsillo. “Me lo entregaron en mayo y lo tomamos como algo experimental. Al principio nos costó acostumbrarnos al sistema. Durante el primer mes estuvimos haciendo pruebas calentando el agua a distintas horas. Al principio, nos salió 50 mil pesos de luz, luego descubrimos cómo funcionaba y disminuimos a 25 y ahora en nuestra última cuenta pagamos 12 mil pesos”, dice.
Este problema no lo tuvo Angelina Marchant cuando se fue a vivir a este edificio con sus dos hijos. Fueron ellos quienes programaron el controlador de energía. Para ella, la elección del departamento tuvo que ver con cuestiones de seguridad. “Yo vivo con dos jóvenes que gastan harta agua. Y cuando vivía en otro edificio, el problema era que a veces el cálefont no prendía bien, o el piloto se apagaba y eso es peligroso, ya que puede explotar”, explica.
Al ser un edificio que funciona completamente con electricidad, el Gen entrega garantías de protección. Además, al privilegiar ese este tipo de energía, cuenta con tarifas especiales, gracias a un convenio realizado con Chilectra.
“Uso el agua casi hirviendo, y en la mañana se duchan dos personas y, a veces, se repiten los baños durante el día y no tenemos problemas. Por ejemplo, este mes pagamos 26 mil pesos en electricidad. Antes gastaba 20 mil, más los 18 mil del gas. Es conveniente”, asegura Angelina.
Lo mismo cree Cristián Gómez, técnico en sonido de 33 años, quien considera que su departamento en el edificio Gen es “una buena inversión por el tema de la arquitectura y los paneles solares, comparando los costos con mi departamento anterior, ahorro un 70%”.
Pero este joven propietario aclara que los beneficios dependen exclusivamente del usuario: “Si uno lo ocupa bien, puedes alimentar tu departamento con el sistema de energía natural. Siempre viví en edificios con calderas y encontraba absurdo tenerlas encendidas las 24 horas, haciendo un gasto de gas innecesario para mantener el agua caliente”.
Considerando que el 100% del gas natural utilizado en Santiago proviene de otras regiones, la necesidad de buscar alternativas “verdes” se vuelve inevitable.