Parque y mina de Lota cierran en marzo y aún no hay fondos para reconstrucción
Tras el terremoto se ha logrado recuperar sólo un tercio de las visitas que recibían. Se requieren $1.300 millones para reparar la infraestructura seriamente dañada por el sismo.
(El Mercurio – 31/01/2011)
Sólo un 34% de las visitas que recibía el circuito turístico “Lota Sorprendente”, que incluye el parque Isidora Cousiño, el museo y la mina Chiflón del Diablo, se ha recuperado tras el terremoto. Sin embargo, lo más preocupante es que no habrá tiempo para un repunte, pues estos atractivos, administrados por la Fundación Chile, cerrarán sus puertas al público el 31 de marzo.
Desde esa fecha, sólo se realizarán mantenciones hasta el 30 de junio, cuando la administración del circuito sea devuelta a la Corfo, aseguró el gerente de “Lota Sorprendente”, Javier Matamala. Acotó que el cierre al público se debe a la tarea de rebajar las pérdidas. En 2010 los gastos fueron de $391 millones y las recaudaciones por concepto de venta de entradas alcanzaron sólo $141 millones. La diferencia la cubrieron Corfo ($180 millones) y la Fundación Chile ($70 millones). “El verano es el fuerte de las visitas y en el año bajan, por lo que es recomendable cerrar”, recalcó Matamala.
La Fundación Chile asumió la administración del recinto el 17 de diciembre de 1998 y desde 2006 esta entidad dejó de tener una línea estratégica del desarrollo turístico, “por lo que ya se cumplió un ciclo”, afirmó Javier Matamala.
El cierre del proyecto dejará a 52 funcionarios desempleados, la gran mayoría de ellos ex mineros del carbón, y pérdidas indirectas para la comuna por $1.200 millones al año, por los negocios asociados que se generan. Ya el cierre entre el 27 de febrero y el 31 de de agosto, por los efectos del terremoto, implicó una disminución de un 35% de la actividad comercial, aseguró la Cámara de Comercio local.
Sin fondos
Producto del terremoto, “Lota Sorprendente” ha invertido $71 millones en reparaciones de emergencia, lo que permitió reabrir el 1 de septiembre a los visitantes. Se reparó la red de agua, se levantaron los cercos perimetrales y se limpiaron y pintaron esculturas del parque Isidora Cousiño, de 14 hectáreas; se restauraron cerámicas y se habilitó el museo; y se levantaron las techumbres de las obras en superficie de la mina.
Sin embargo, la restauración de los inmuebles dañados del parque, de la infraestructura de superficie de la mina y de estructura que alberga a la central hidroeléctrica Chivilingo -hoy cerrada y sin ninguna inversión- requiere $1.300 millones, dinero que no está. Esto, pues aún no se hacen efectivos los seguros de Corfo, proceso que está en curso, precisó la entidad.
Con la devolución de la administración a Corfo, ésta deberá ahora decidir qué hará con el circuito y cómo será el plan de reconstrucción de los atractivos centenarios, que si no fuera por su valor patrimonial serían demolidos, pues el daño de las estructuras es mayor.
El municipio tiene interés en que se le traspasen a ellos los atractivos, pero también surge la idea de que se cree una organización privada que se haga cargo de su operación.
Corfo declinó, por ahora, pronunciarse sobre el tema, afirmando que el parque Isidora Cousiño, el museo y la mina aún están bajo la administración de Fundación Chile.
Baja de público: entre el temor a las réplicas y la falta de publicidad
Poco más de 44 mil personas han visitado el circuito “Lota Sorprendente” desde que se reabrió al público, el 1 de septiembre pasado, luego de estar cerrado durante seis meses por los efectos del terremoto. La cifra representa sólo un tercio de los turistas que los últimos cuatro meses de 2009 llegaron a este atractivo parque. El impacto del sismo fue alto, pues el año pasado cerró con 141 mil visitas, muy lejos de las 277 mil de 2009.
El temor a las réplicas y el menor presupuesto para publicidad (bajó de $36 millones a $3 millones) son parte de las causas de esta menor cantidad de turistas, afirmó Javier Matamala.
Los “valientes” y los que se enteran de que el parque está abierto destacan la limpieza del lugar y el empuje por mantener este polo turístico. “Las huellas del terremoto son evidentes, pero es muy bonito venir, por el aire que se respira”, expresó Paula Alarcón, visitante de Arauco.
“Está todo bien conservado, la atención es muy buena y se nota que trabajan para que esto no decaiga”, comentó Diana Sanhueza, de Coronel.