Gobierno firma decreto de racionamiento eléctrico para evitar los cortes durante 2011
El Presidente Sebastián Piñera dijo que la medida permite ahorrar y guardar agua en los embalses, realizar bajas de voltaje y compensar a los clientes con menores consumos.
JESSICA ESTURILLO y SILVANA CELEDÓN
(El Mercurio – 11/02/2011)
El Presidente de la República Sebastián Piñera anunció ayer la firma de un decreto de racionamiento energético preventivo -que entraría en vigencia a partir de hoy-, como una forma de anticiparse y evitar eventuales cortes de suministro eléctrico en medio de la vulnerable situación que enfrenta el Sistema Interconectado Central (SIC).
“Quiero ser muy claro con todos los chilenos y chilenas. Ustedes recuerdan que a fines de la década de los 90 nuestro país pasó por severos cortes de energía, que significaron costos muy importantes para las familias chilenas y su calidad de vida, y también para el aparato productivo de nuestro país. Nuestro gobierno quiere actuar de forma anticipada. Este es un decreto preventivo que anticipa las soluciones para evitar problemas de eventuales cortes de suministro eléctrico”, dijo ayer el Mandatario en La Moneda.
El Presidente hizo el anuncio luego de una reunión que se extendió por más de dos horas con el biministro de Energía y Minería, Laurence Golborne, en la que le dio cuenta detallada de la situación que enfrenta el principal sistema eléctrico del país, que abastece al 94% de la población, entre Taltal y Chiloé.
Las razones
La crisis actual se explica por tres factores: la sequía, que afecta a las zonas centro y sur del país; el severo déficit en la capacidad de transmisión de energía hacia la Región Metropolitana (principal centro de consumo del SIC), y una demanda eléctrica que ha alcanzado niveles récord, a raíz de las altas temperaturas y la reactivación de la actividad económica.
Piñera adelantó que, entre las medidas que incluye el decreto de racionamiento, figura la posibilidad de ahorrar y guardar aguas en los embalses para poder usarlas a mediados de año, si es que la sequía persiste.
Una segunda facultad considera la modificación de los parámetros técnicos de voltaje y de transmisión eléctrica para permitir ahorros en el consumo de energía. Golborne explicó que la reducción de voltaje que deben aplicar las distribuidoras eléctricas oscilará entre 5% y 10%, lo que no produciría impacto en el equipamiento eléctrico de los hogares. Sin embargo, ingenieros eléctricos han desestimado un mayor beneficio de la baja de voltaje, debido a que los electrodomésticos y ampolletas de consumo eficiente no operan con niveles menores a los 220 voltios.
El Mandatario sostuvo que se requiere bajar la demanda en al menos un 5% para que el sistema pueda operar sin problemas y, así, evitar llegar hasta la medida más extrema que considera este decreto de racionamiento: los cortes programados del suministro.
Junto con hacer un llamado a la población a hacer un uso responsable de la electricidad, Golborne indicó que también se impulsará un sistema en el cual las generadoras eléctricas puedan ofrecer en forma directa a los clientes residenciales compensaciones económicas a cambio de reducciones efectivas en el consumo mensual. Este sistema ya fue aplicado durante la última crisis energética de 2008.
“Nuestro Gobierno quiere actuar de forma anticipada. Este es un decreto preventivo que anticipa soluciones para evitar eventuales cortes de suministro eléctrico”, dijo ayer Sebastián Piñera. CPC se reunirá con Golborne
La fuerte preocupación que existe en el empresariado por los coletazos del cuadro de estrechez energética llevó a que la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) fijara una reunión con el biministro Laurence Golborne, a menos de dos meses del encuentro con el ex titular de Energía, Ricardo Raineri.
El próximo 22 de febrero el comité ejecutivo de la cúpula empresarial, liderada por Lorenzo Constans, recibirá al secretario de Estado, en el primer encuentro de las seis ramas de la CPC tras el receso de verano.
Como un adelanto al encuentro el secretario general de la Cámara Chilena de la Construcción, Carlos Urenda, advirtió que no contar con la energía suficiente “en el momento oportuno” termina afectando la competitividad en el corto plazo, lo que podría generar que las empresas se trasladen a países donde la energía es más barata.
El sector fabril es uno de los más afectados por este panorama. El presidente de la Sofofa, Andrés Concha, sostiene que los mayores precios de la energía, si bien no impactarían el PIB sectorial para este año -donde se prevé un alza de 6%- sí reducirán los excedentes de 2011, así como también el patrimonio de las empresas, en caso que estas enfrenten un déficit en su operación.
“Esto entregaría señales amenazantes para futuros proyectos intensivos en consumo de electricidad, situación que se podría revertir con la certeza de que los megaproyectos de generación se van a poder construir”, afirma Concha.
En la misma línea, líderes de la SNA, Luis Mayol, y de la CNC, Carlos Eugenio Jorquiera, hicieron un nuevo llamado a acelerar los trámites ambientales de los proyectos.
¿Por qué el Gobierno optó por decreto de racionamiento?
El biministro Laurence Golborne explicó que el Gobierno decidió firmar este decreto de racionamiento para evitar el traspaso a los consumidores del mayor costo que implica aplicar algunas de las medidas.
Si esto último se hiciera a partir del reglamento de seguridad del sistema, el sobrecosto implícito en ciertas medidas se traspasaría en forma directa a las cuentas de los usuarios, lo que no ocurre en este caso, señaló Golborne. Con el decreto de racionamiento preventivo el sobrecosto es asumido por las propias generadoras.
En 2008, la ex Presidenta Bachelet firmó una disposición que permite que el decreto de racionamiento entre en vigencia inmediatamente sin tener que esperar la toma de razón en la Controlaría.
Cortes de luz programados y apagones: el fantasma que se busca evitar
Mientras en 1968 se prohibieron los letreros luminosos, 31 años después, entre abril y junio de 1999, la situación fue distinta. Por esos días fue la última vez que se utilizaron los cortes programados en grandes ciudades como Santiago, cuyos habitantes debieron estar sin electricidad hasta por tres horas al día en lo más complejo de la crisis.
En esa época, a la baja de voltaje y una campaña de ahorro energético, se debió sumar un sistema de cortes programados, una solución que el Gobierno, hasta el último momento se negó a aceptar: menos de dos meses antes del primer corte la Comisión Nacional de Energía decía que era “improbable” un racionamiento.
Así, el Gobierno dividió en ocho zonas a Santiago, y los cortes de luz programados entre las 7:30 y las 23:30 fueron rotando entre las distintas áreas.
Durante esos días la gente temía que el racionamiento les tocara en las últimas horas de la tarde y noche (por el aumento de la delincuencia), y las empresas tuvieron que soportar caídas de sus sistemas computacionales o paralización de sus fuentes productivas.
Los edificios más modernos en ese entonces tenían bombas de agua eléctricas, por lo que perdían -a veces por varias horas- sus suministros sanitarios, y los ascensores simplemente dejaban de funcionar.
Las escuelas tomaron métodos alternativos, dependiendo de cuándo los afectaría el corte, y el tráfico se resintió fuertemente, pues sólo una mínima parte de los semáforos tenía fuente propia de alimentación.
Además, los hospitales y clínicas debieron reprogramar procedimientos, y sólo realizaban intervenciones de urgencia durante los cortes.
Los canales de televisión cerraban sus transmisiones a la medianoche.
Los costos de las empresas subieron con fuerza -o cerraban durante los cortes, o funcionaban con generadores propios-, lo que llevó a que el primer semestre de 1999 el PIB cayera 2,9%. Analistas estiman que durante ese año el PIB creció un punto menos de lo que hubiera avanzado sin los cortes.