Nueva escuela marca el renacer definitivo del pueblo de Chaitén
La planta docente, que había sido desplazada a Palena, también regresó al sitio devastado por volcán en 2008.
Soledad Neira Farías
(El Mercurio – 28/02/2011)
“Contento de volver, porque echaba de menos el pueblo”, dice muy seguro Matías Alvarado.
A los 7 años es un niño “con experiencia”, ya que a los 5 escapó con su familia de Chaitén, cuando en mayo de 2008 el volcán despertó furioso. Se fueron en barcaza, y tras un largo periplo por Puerto Montt y otros lugares, se instalaron en Ancud, donde vivieron hasta hace pocas semanas, cuando la familia retornó definitivamente a Chaitén. Llegaron a una casa arrendada, “porque la nuestra se la llevó el río”, dice.
Matías y otros 119 niños fueron matriculados en la Escuela de Chaitén, que tiene cursos desde kínder a 4° medio. “Ya tenemos casi todo listo”, dice el alcalde de Chaitén, Pedro Vásquez. “Pero partiremos una semana más tarde para resolver detalles”, agrega.
El establecimiento con capacidad para 600 alumnos tiene gimnasio y casi no sufrió daños con el desborde del río Blanco, “pero hemos tenido que reparar cosas que estaban en malas condiciones previo a la erupción”, explica el edil.
Satisfecho, Vásquez afirma que el establecimiento que se había instalado en la comuna de Palena regresó en pleno a Chaitén, “con toda su planta de profesores, de todas las asignaturas, inglés, filosofía, química… todo”, recalca.
La mitad de los niños, que no estaban en Palena, debían viajar diariamente una hora y media de ida y vuelta a El Amarillo, 25 kilómetros al sur de Chaitén, donde se reinstaló una escuela en marzo del año pasado.
Armando Mundaca Navarro (14) está en ese grupo. Pasó a 1° medio y está feliz, porque ya no madrugará para llegar a las 8:30 a El Amarillo. “Es mucho más cómodo no tener que viajar todos los días”, recalca. Armando estuvo desplazado en Dalcahue (Chiloé) y, aunque igual le gustaba estar allá, prefiere Chaitén.
Otros 60 niños son de familias que decidieron retornar luego que el Gobierno confirmara que Chaitén seguirá siendo la capital de Palena y que mantendrá su ubicación en el sector norte, que no sufrió daños por el desborde y la erupción.
Catalina Nahuelcar (13) estaba con sus padres en Caleta Buill, Península de Comau, al norte de Chaitén. Hija única, dice que a su antigua casa también se la llevó el río.
Ahora su papá, que es “albañil, carpintero, agricultor, acuicultor…” , está buscando un terreno para construir otra. Mientras, vivirán en un local comercial del pueblo. A ella le va muy bien en el colegio, comenta, y está ansiosa de reencontrarse con sus amigos.
El retorno de la escuela marca la reinstalación definitiva, dicen en el pueblo. Esta semana se repuso el alumbrado público y se prepara la rehabilitación del domiciliario, mientras esperan que la empresa sanitaria concluya los trabajos para dotarlo de agua potable. Será una solución de emergencia, porque la planta de tratamiento de aguas servidas deberá esperar por lo menos dos años.
“La escuela, la luz y la próxima semana una posta de salud… Vamos avanzando para recobrar la normalidad”, expresa el alcalde.