A un año del 27F: Declaración del Colegio de Arquitectos de Chile
Esta declaración pública realizada por el Colegio de Arquitectos de Chile a un año del terremoto y tsunami del 27F de 2010, reúne el pensamiento y reflexiones de esta institución, en torno a los aciertos y falencias del proceso de reconstrucción.
“A un año de ocurrido el terremoto y maremoto, observamos como el país intenta levantarse nuevamente y salir adelante. Los informes oficiales han presentado cifras que hablan de un gran avance – lo que ciertamente ha ocurrido en algunos sectores -, pero en otras localidades la comunidad y autoridades locales reclaman por la lentitud en la entrega de soluciones habitacionales y ayuda a los afectados.
En este sentido, queremos consignar en primer lugar la importancia de asumir que el trabajo de reconstrucción que está llevando a cabo el país es una tarea a largo plazo, que no se limita sólo a superar la situación de emergencia, sino que persigue además establecer las bases de una nueva política de desarrollo urbano sustentable.
La colaboración del Colegio y su compromiso con la reconstrucción, han encontrado un cauce en la invitación del Ministerio de Vivienda a participar en el Comité Asesor Ministerial de Reconstrucción, donde la Orden ha tenido una participación muy activa, y una oportunidad para plantear sus puntos de vista y establecer un diálogo con el gobierno central, parlamentario y otros actores relacionados con el tema de la reconstrucción.
No obstante, vemos que hay algunos elementos esenciales que no se han realizado con la celeridad ni eficiencia adecuada, reconociendo que estamos enfrentando un proceso complejo y de largo alcance, tal como lo demuestran las experiencias internacionales al respecto.
Consideramos que debiera haberse creado una Agencia de Reconstrucción especializada y ejecutiva desde el primer día, tal como indicáramos en nuestra propuesta de reconstrucción de abril del 2010, la cual debería abordar integral y coordinadamente los diferentes sectores y ámbitos del gobierno involucrados. Junto con ello, presentamos la necesidad esencial de creación de nuevas herramientas y normativas de acción, y no sólo apoyarse en la normativa legal existente.
Otro punto que merece nuestra especial preocupación, se refiere a cómo se ha incorporado la planificación urbana en las medidas de reconstrucción. En este sentido, se reconoce el avance en la formulación de propuestas de planes maestros de reconstrucción, que a la fecha alcanzan el centenar, pero que requieren pasar de una simple recomendación a la exigencia de su aplicabilidad, una vez que hayan sido sancionados por las autoridades y la comunidad. Resulta importante, que no se limiten a ser sólo correctores de las situaciones actuales, sino que incorporen una visión de futuro a partir de la oportunidad de intervenir territorios urbanos devastados por el sismo. Para pasar de la emergencia a una efectiva consolidación territorial, debe formularse una Política Nacional de Ordenamiento Territorial y Asentamientos Humanos, ausente históricamente de nuestra realidad, pero en este caso, acorde con los nuevos escenarios derivados del desastre.
Otra gran preocupación del Colegio es la conservación y recuperación patrimonial, no sólo de los bienes oficialmente declarados como tales, sino de todos aquellos que representan la identidad de nuestras ciudades, pueblos y edificios aislados. En el caso específico de la destrucción de los cascos históricos, está presente la necesidad de controlar la avidez inmobiliaria, que puede desatar fenómenos indeseables de concentración y cambios de patrones de asentamiento.
Asimismo, planteamos que otro elemento esencial para llevar a cabo en forma eficiente el proceso de reconstrucción, es la necesidad de abrirse a una amplia y efectiva participación ciudadana y de las autoridades locales en el proceso y medidas a adoptar. Parte esencial en el éxito del trabajo de reconstrucción de nuestro país es la descentralización y oportunidades que se abran para la incorporación de la comunidad en forma organizada y vinculante, con una adecuada asesoría técnica, de modo que las decisiones que se tomen a diferentes niveles territoriales recojan las formas de vida, memoria y cohesión social de cada barrio, pueblo o ciudad. Hay un inmenso potencial en las labores de reconstrucción que los propios afectados pueden enfrentar, pero debe tenerse presente que los tiempos del damnificado y los de los planificadores son disímiles, y deben buscar formas de sincronización.
Es inconveniente entregar metas y plazos numéricos que no se podrán cumplir. El país entiende la complejidad y envergadura de esta titánica tarea, pero ello debe ajustarse a la realidad sin involucrarse con objetivos difusos, cambiantes y a veces inalcanzables. Por ello, el Colegio de Arquitectos confía seguir promoviendo espacios de participación y discusión en este proceso de levantar un nuevo Chile, dispuestos siempre a poner a disposición los conocimientos y experiencia del gremio a nivel nacional, en apoyo por el bien del país y las zonas afectadas”.
Directorio Nacional
Colegio de Arquitectos de Chile