Hogares más cerca de centros de transporte son más eficientes
Según un estudio desarrollado con la ayuda de la Environmental Protection Agency (EPA) norteamericana, los hogares ubicados cerca de vías de transporte y en barrios caminables son más energéticamente eficientes que los que quedan en los suburbios.
Según la EPA, los datos recolectados concluyen que los hábitos de quienes viven en un centro urbano con buena conectividad y acceso al transporte público tienen a ser más ahorrativos y eficientes con la energía que aquellos quienes deben viajar a los límites de la ciudad a sus hogares.
En el estudio se compararon los niveles de gasto energético, tanto en transporte como en iluminación y calefacción del hogar, de familias que viven en la periferia de los centros urbanos, versus quienes viven en barrios con accesibilidad al transporte central. El tiempo de la medición fue anual, y se realizó con la medida de BTUs (British Thermal Units, una medida estándar para el consumo de energía).
Los hogares que se ubican en barrios caminables y cerca de vías de transporte público se calificaron como “eficientemente localizados”, ya que sus residentes no necesitan conducir grandes tramos. Una familia promedio norteamericana (de cuatro integrantes) que vive en un suburbio utiliza un promedio de 108 millones de BTUs anuales para calefaccionar y enfriar su hogar; además de 132 millons de BTUs en transporte, totalizando 240 millones de BTUs.
Pero una familia similar, localizada esta vez en una área “transit-oriented development”, algo así como un barrio diseñado para ser caminable, para alojar viviendas y zonas comerciales y con acceso a vías de conectividad urbana y transporte público, gasta sólo 39 millones de BTUs anuales en transporte, que sumados a los 108 en gastos del hogar daría 147 millones de BTUs. Esto es incluso menor al gasto que generan en promedio las casas con sello Energy Star, viviendas diseñadas o que incorporan sistemas para ser más sustentables que las comunes, ubicadas en los suburbios, que tienen un promedio de 158 millones de BTUs de gasto anual.
Según la EPA, los resultados del estudio revelan varias conclusiones útiles, que creemos pueden servir tanto a la experiencia norteamericana como para aplicarse en otros países. Primero, demuestra que además del esfuerzo cotidiano y personal que pueda hacerse por ahorrar y usar eficientemente la energía, también hay una parte que descansa en la planificación urbana, al demostrarse que en las comunidades mixtas, de viviendas más servicios, con buen acceso a la conectividad vial y con facilidades para que los habitantes utilicen maneras no motorizadas de transportarse, pueden optimizarse el uso de recursos energéticos.
Además, los resultados indican que como consecuencia de esa eficiencia energética, la gente puede ahorrar dinero, reducir su impacto ambiental y, al disminuir el consumo de combustibles, contribuir a un nivel macro a proporcionar cierta independencia al país del abastecimiento de estos recursos.