Cómo Francia llegó a ser el país más dependiente de la energía nuclear
El país galo depende en un 78% de los reactores atómicos para generar energía eléctrica.
por Cristina Cifuentes
(La Tercera – 23/03/2011)
La crisis desatada luego de la explosión de dos reactores en la central japonesa de Fukushima despertó el temor de los franceses de que una situación similar pueda desatarse en el país, debido a que es el país del mundo que más depende de la energía nuclear. De hecho, sus reactores proveen el 78% de su electricidad, ubicándolo como el segundo país de mayor producción en el mundo, después de Estados Unidos.
El actual poderío nuclear francés nació en 1974, cuando el gobierno expandió rápidamente la capacidad nuclear del país, luego de la crisis petrolera. La decisión fue tomada basándose en que el país contaba con una gran experiencia en ingeniería, pero pocos recursos nativos energéticos, por lo que la energía nuclear tenía sentido, ya que minimizaba las importaciones y se lograba una seguridad a nivel energético.Como resultado de esta política, Francia se vanagloria de tener un nivel importante de independencia energética y uno de los costos más bajos de electricidad en Europa. Además, tiene un bajo nivel de emisiones de CO2 per cápita por generación de electricidad, teniendo en cuenta que más del 90% de su electricidad es nuclear o hidroeléctrica.
Así, si en la década de los 70 el país importaba casi toda su electricidad, actualmente es el cuarto exportador de electricidad en el mundo. Uno de sus principales compradores es, por ejemplo, Italia, un país que no tiene centrales nucleares. Las exportaciones de energía nuclear de Francia generan tres mil millones de euros anuales, según datos de World Nuclear Association.
Ahora, frente a la crisis de la planta japonesa de Fukushima, Francia ha respaldado a la industria nuclear. Esto hace creer a los analistas que es difícil que el gobierno cambie de posición, aunque en el país se han generado llamados para que se realice una revisión a la política energética.
El Presidente Nicolas Sarkozy ordenó que se realizaran pruebas en los sistemas de seguridad de sus 59 reactores, asegurando que los resultados serían de conocimiento público. “Francia respalda completamente que se lleve a cabo una iniciativa similar a nivel europeo”, dijo. Sin embargo, el mandatario galo no ha puesto en duda la mantención del modelo energético basado en las plantas nucleares. Su postura contrasta con la de sus vecinos europeos. Alemania anunció que suspendería su política energética nuclear y Roma señaló que no se interpondría en ninguna decisión europea para bloquear nuevas plantas nucleares.