Alimentador del Transantiago pide la quiebra y siembra incertidumbre en diez comunas
La compañía aseguró a sus trabajadores que por el momento seguirá operando.
RODRIGO CERDA
(El Mercurio – 24/03/2011)
Buses Gran Santiago (BGS), concesionaria de uno de los alimentadores del Transantiago, se declaró ayer en cesación de pagos y solicitó su propia quiebra para resguardar los derechos e intereses de los acreedores.
Si bien la empresa y la Coordinación del Transantiago aseguraron ayer que los servicios seguirán funcionando hasta que decrete oficialmente la quiebra, los cerca de 300 mil usuarios que a diario utilizan los buses de BGS de la zona B -en las comunas de Independencia, Renca, Recoleta, Conchalí, Huechuraba y Quilicura- y de la zona H -Pedro Aguirre Cerda, San Joaquín, San Miguel y Lo Espejo- enfrentarán un incierto escenario de transporte urbano.
Por ello, el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, aseguró ayer a este diario que “he dado instrucciones al coordinador de Transantiago para que monitoree en forma permanente la operación de los servicios de BGS, para que cumpla con la calidad de servicio a los usuarios y con los trabajadores”.
BGS partió mal y terminó mal. Su primer dueño fue el conocido empresario de los buses amarillos Manuel Navarrete y sus socios. Al borde de la quiebra, Navarrete la vende en 2008 a su actual propietario, Jorge Gómez, y socios. Los montos de la transacción nunca se dieron a conocer.
BGS es la segunda concesionaria del Transantiago que cae en bancarrota. La primera fue Tokam, de capitales rusos, que en 2010, cinco semanas después de adquirir Transaraucaria -que también cubría el sector H-, dejó de operar.
Según dirigentes sindicales de BGS -que cuenta con 463 máquinas y 2.100 trabajadores-, Transportes no permitió que Kaufmann, representante de Mercedes Benz en Chile, siguiera a cargo de la empresa.
“Kaufmann propuso aportar $6.300 millones para pagar deudas y hacer viable la empresa, y pidió a cambio extender la concesión hasta diciembre. Transportes dijo no”, explicó uno de ellos.
Los sindicatos agregan que para Kaufmann la situación económica de BGS es complicada, porque compró 197 buses y la deuda sería de $24 mil millones.
Transportes sabía de los problemas de BGS, que en 2010 perdió $2.458 millones.
Ahora la justicia evaluará la solicitud de quiebra, y se espera un fallo para entre 10 y 15 días. Si se acoge, se nombrará un síndico, quien determinará la continuidad de giro. De lo contrario, BGS deberá seguir operando.
Nueva ley: el Presidente ya puede caducar a concesionarios
Desde el sábado, el Transantiago está en manos del Presidente de la República, luego de ser promulgada en el Diario Oficial la Ley 20.504 que modifica el régimen jurídico del transporte público concesionado. El Mandatario tiene ahora el poder para, mediante decreto fundado, caducar el contrato de cualquiera de las empresas de buses que operan en dicho sistema, así como a similares que funcionen en un sistema licitado de transporte de otra ciudad, como Valparaíso, Concepción o Temuco. La caducidad dará paso a un procedimiento y metodología de cálculo de indemnización del afectado que será el que se establezca en las respectivas bases de licitación.
Las causales por las que se puede poner término a la concesión de vías son: cumplimiento del plazo previsto en el contrato, mutuo acuerdo, caducidad, quiebra del concesionario y reiterado incumplimiento grave de las normas laborales y de seguridad social con sus trabajadores. Gracias a dicha ley, el Gobierno tiene hoy más poder para enfrentar a las empresas que no cumplan con sus contratos, como también en lo referido al pago de imposiciones.
Con el nuevo marco legal, el Ministerio de Transportes podrá designar a un administrador provisional cuando haya que caducar o se declare una quiebra, que es el caso de Buses Gran Santiago.