Cultura ambiental y festivales urbanos
Con las cercanías de la presentación en Chile del mundialmente conocido Festival Lollapalooza, el Ministerio de Medioambiente y el Consejo Nacional de la Cultura decidieron lanzar una campaña de Cultura Verde urbana, que pretende estimular a los asistentes a esta y otras fiestas y eventos masivos que se preocupen, además de pasarlo bien, de considerar en qué condiciones quedan los lugares en que se desarrolla el recital.
Lollapalooza ya trae una tradición de lo que llaman “green spirit”, en el sentido de que se procura de que la basura y el impacto en los lugares en que se desarrolla siempre sea mínimo, pero en Chile es primera vez que se despliega un operativo ecológico alrededor de un evento masivo.
Los destrozos, basura y desórdenes que resultan después de un recital en el Parque O’Higgins parecen ser la otra cara de las celebraciones masivas. Fiestas mechonas y conciertos suelen dejar un indeseable rastro de suciedad, que se han convertido en una molestia para los vecinos del parque. En enero de este año ya se registraron desmanes por una reunión de jóvenes organizada vía Facebook, y en esa instancia se hizo notar que hace falta un control tanto del comportamiento de los asistentes a eventos como de los desechos que quedan en el parque.
Por eso, ante la llegada del Lollapalooza los vecinos estaban preocupados. Con un festival de doble jornada, muy publicitado y que por tanto tendrá gran asistencia, podía esperarse que el parque quedara en condiciones similares a las de otros eventos. Concejales de la comuna se adelantaron y pidieron a la municipalidad que preparara planes de contingencia para prevenir los destrozos y las molestias ocasionadas por la venta de alcohol.
Las medidas concretas que implica el plan Cultura Verde de los ministerios de Medioambiente y Cultura incluyen la participación de más de mil voluntarios que enseñarán a reciclar, recolectar y separar la basura reciclable, 200 contenedores y 30 Puntos Verdes. Además, se habilitarán Centros de Reciclaje que recibirán las bolsas “Cultura Verde”, que darán derecho a premios y beneficios. Además, se medirá la huella de carbono de los asistentes y se repartirán 20 mil árboles de Forestación urbana.
En Twitter los asistentes al festival podrán contar cómo se desarrolla el plan usando el hashtag #culturaverde. La municipalidad de Santiago también participará, aportando entre otras cosas, la recolección de basura y el barrido de los alrededores, además de sumar personal que se ocupará de la limpieza exterior del parque.
Ante el lanzamiento del plan Cultura Verde, los ministerios participantes dijeron que el objetivo es en cierto nivel educativo, para enseñar que también forma parte de la cultura el moderar su impacto en los lugares de los eventos, y además propone ser inclusivo con las manifestaciones artísticas, como el Lollapalooza, y que no se rechacen sólo porque supuestamente traerían consecuencias negativas para los habitantes del lugar.
El impacto de estos eventos masivos en la ciudad, al menos en Santiago, suele calificarse de negativo. Lo cierto es que se necesita planificación para realizarlos, un análisis de los recintos y condiciones para recibir determinadas cantidades de público, y normas de seguridad que permitan evacuaciones en caso de emergencia.
Particularmente en Chile se han hecho avances al respecto. Por ejemplo, en el show “Puro Chile, pura energía“, organizado como una de las conmemoraciones del bicentenario, se transmitía por las pantallas gigantes la ubicación de los puntos de emergencia, de atención paramédica y las vías de evacuación; se informaba también de los procedimientos en caso de emergencia y a qué personal recurrir.
A modo de ejemplo, no podemos dejar de recordar la versión 2010 del festival urbano alemán Love Parade, que terminó en una tragedia con 20 muertos y 511 heridos, en la ciudad de Duisburgo. El accidente se originó por la estrechez de las salidas de la instalación en la que se realizó la reunión final del evento, un antiguo túnel para camiones de 200 metros de largo. Los organizadores del Love Parade decidieron no volver a celebrar la fiesta, en señal de respeto por quienes fallecieron en el accidente.