Magnate brasileño Eike Batista busca invertir en hidroelectricidad y energía solar en Chile
El empresario lleva a cabo en el país el complejo termoeléctrico Castilla, que implica US$ 5 mil millones, y desarrolla un proyecto minero en Atacama. Ahora quiere ampliar su portafolio en el sector energético.
Valeria Ibarra Enviada especial
(El Mercurio – 07/03/2011)
Río de Janeiro “Nos interesa. Si hay hidroeléctricas interesantes, vamos a invertir”. Así de claro fue Eike Batista, el controlador del grupo brasileño EBX y la octava mayor fortuna del mundo según el ranking Forbes, sobre su intención de diversificar sus proyectos en Chile, donde lleva a cabo el complejo termoeléctrico Castilla, una inversión de US$ 5 mil millones para producir 2.227 megawatts (MW) de energía.
El empresario calificó de “fantásticos” los proyectos hidráulicos que hay en la Patagonia, debido a que por la configuración orográfica del país “no se inunda mucha área”. Sin embargo, aclaró que no ha sido invitado por los socios de los proyectos existentes, Hidroaysén (Endesa y Colbún) y Energía Austral (Xstrata). Agregó que como el 30% de la inversión de los proyectos de sus empresas se destina a gasto social y ambiental, no cree que sea invitado a estos proyectos: “Yo dudo que los potenciales socios (de Hidroaysén) piensen así (…) no van a aceptar nuestra cultura”.
No es su única apuesta, también busca desarrollar energía solar. Explicó que el complejo termoeléctrico Castilla tendrá paneles solares para ser más eficientes y en los próximos meses harán las mediciones correspondientes. “Yo sé que Chile tiene las mejores densidades de radiación solar”, señaló. Ya tienen acuerdos en esta materia con universidades de Israel. Ello, para cumplir con la legislación chilena que prevé un aporte de 5% de Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
Batista, un ingeniero que partió con una mina de oro en la Amazonía en los 80 y forjó una de las mayores fortunas de Brasil, lidera hoy el grupo EBX, que está avaluado en US$ 45 mil millones. Entre 2010 y 2012 tiene contempladas inversiones por US$ 15 mil millones en áreas como petróleo, logística, energía, minería y la industria off shore , a través de sus empresas OGX, MPX, LLX, MMX y OSX. Todas las compañías del imperio Batista terminan con una X porque este es el símbolo matemático de la multiplicación.
El futuro está en el carbón
Pese al interés de Batista en la energía hidráulica, la octava mayor fortuna del planeta sigue pensando que el carbón puede suministrar energía más barata, segura y, en el futuro cercano, electricidad impoluta. El controlador del imperio EBX dice que en “tres a cinco años más” se llegará a la solución técnica para capturar el carbono que se emite a la atmósfera y terminar así con la contaminación por dióxido de carbono, que es el gran problema que exhiben hoy los combustibles fósiles.
Las empresas de su grupo tienen varias iniciativas, algunas con universidades de China y Río de Janeiro, para dar con la solución.
Aunque promueve la diversidad de la matriz energética en su país y en Chile, Batista es renuente a aceptar la energía nuclear. Derechamente la califica como “la muerte invisible”, que además es cara.
Modelo eléctrico en Chile es cuestionable
“Una locura”. Así califica Batista los altos precios de la electricidad en Chile, que rondan los US$ 200 por MW/h. Según él, en la zona de Atacama estos precios podrán reducirse a US$ 90 MW/h con la operación de Castilla. Las elevadas tarifas eléctricas están, a su juicio, restando competitividad respecto a países vecinos y afectan la rentabilidad de los proyectos mineros, una industria en la que el país tiene un indiscutido liderazgo.
A la hora de buscar responsables, es enfático: “el Estado tiene que estar siempre ahí”. “Encuentro impresionante cómo no han tomado en cuenta esto, la falta de visión. Depender de Argentina y Bolivia por el gas…”. Y remata: “A nosotros los empresarios no nos dejen 100% sueltos, dennos una supervisión adecuada… es como dejarme andar en coche sin radar, yo voy a andar a 200 kilómetros por hora. Entonces, un Estado tiene que planificar, y tener el control del desarrollo macro”.
Agregó que “el modelo eléctrico chileno es cuestionable” y que le llama la atención lo que califica como “falta de visión estratégica” del país en materia energética, lo que a su juicio quedó en evidencia cuando Chile dependía del gas de Argentina y no tomó precauciones ante la falta de inversión en ese país.
Pese a sus críticas, para él Chile y Colombia son las únicas naciones donde el grupo EBX tiene previsto invertir fuera de Brasil. “Nos gusta invertir en países que tengan las reglas claras. Nuestros proyectos son muy grandes como para no tener reglas claras”, señaló.
No opina lo mismo de Argentina -“un país que pone el petróleo en US$ 45 (con estos precios) es casi comunista, impresionante”-, ni de Perú donde, dice, “se está por ver” qué ocurre, sobre todo si Ollanta Humala gana la presidencia del país. “Me recuerdo de su última campaña política. ¡Ay Ay Ay!”, dice.
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”No conozco al actual Presidente (de Chile), pero como manager lo hizo muy bien en la operación de (rescate) de los mineros”.
”Si yo morase (habitara) en un área que tiene problemas de terremotos, con maremotos, creo que lo nuclear no es una alternativa”.
”A nosotros los empresarios no nos dejen 100% sueltos, dennos una supervisión adecuada… un Estado tiene que planificar, y tener el control del desarrollo macro”.
”Somos empresarios de una generación que construye las cosas con 50 o 100 años de futuro, y creo que los chilenos son así también”.
“Brasil va estar muy bien en 2030”
El orgullo de ser brasileño sale por cada poro de Eike Batista. Parte definiéndose así: “Somos empresarios de una generación que construye las cosas con 50 o 100 años de futuro, que creo que los chilenos son así también”. El socio y líder de EBX dice que pocos países muestran el desempeño de Brasil en los últimos años y si ahora son parte del G8, la octava economía más grande, en el año 2015 serán la quinta mayor potencia del mundo. ¿Cuándo superará a Estados Unidos en PIB per cápita? “En 2030 vamos a estar muy bien”, responde. Explica que gran parte de ese salto se dará por la clase media brasileña, el gran motor del consumo de ese país sudamericano, la que sumará en los próximos años 150 millones de personas.
Una clave de este desarrollo es el sistema eléctrico brasileño, que Batista considera “un ejemplo”.
La rentabilidad de sus negocios: “Tenemos pena de Warren Buffet, él tiene que aprender a ganar plata”
Excéntrico y extrovertido, Eike Batista no tiene pelos en la lengua. Al exhibir la rentabilidad de sus negocios, exclamó: “tenemos pena de Warren Buffet, él tiene que aprender a ganar plata”. También se refirió a otro millonario, el mexicano Carlos Slim, quien aparece en el ranking Forbes como la mayor fortuna de la Tierra. Al mostrar el desempeño de las empresas de su grupo EBX, dijo que cada una de sus compañías tienen diez años de crecimiento, “por eso que el señor Carlos Slim tiene un problema”, aludiendo a que en pocos años podría alcanzar al magnate azteca.
Es bastante crítico de los empresarios sudamericanos, a quienes cuestiona por no invertir lo suficiente en el área social y medioambiental y ser demasiado “ibéricos”, ya que hay una preocupación por sí mismos y la familia, pero no por la comunidad, una característica que, añade, los diferencia de los alemanes y los japoneses, donde la comunidad suele ser lo más importante.
De esa crítica tampoco se salvan los empresarios chilenos. “Son bien parecidos a los brasileños”, dice. Aunque es ingeniero de profesión, suele creer en los símbolos y usa el sol andino como logo en todas sus empresas como cábala. Incluso en su modelo de negocios coloca al “golpe de suerte” como un elemento tan definitorio de un negocio como la “perseverancia” o “el capital de riesgo”.
Y lo explica: “¿Qué hubiera pasado si Lula hubiera sido cómo Chávez?”. Ahí, dice, hubo algo de suerte en que Brasil tuviera “un líder de una izquierda moderna”.
Batista también cree en el trabajo duro. O, como lo señala, en “PPI” o “Proyectos a Prueba de Idiotas”, iniciativas que son sólidas en sus fundamentos.