El potencial bajo tierra del centro y los secretos del Santiago subterráneo

Ante la escasez de suelos urbanos en la capital, arquitectos proponen conectar y aprovechar la infraestructura bajo tierra del centro, como ya han hecho con éxito otras urbes importantes del globo.

SEBASTIÁN SOTTORF Y XIMENA PÉREZ
(El Mercurio – 11/04/2011)

Mientras en la superficie del Palacio de la Moneda el Presidente Sebastián Piñera firma proyectos de ley y se suceden consejos de Gabinete, reuniones políticas y visitas de Estado, en el subsuelo de la sede del Gobierno existe un mundo paralelo: decenas de funcionarios trabajan en el subterráneo, donde se halla el corazón administrativo del Palacio y existen instalaciones desconocidas para la población, como estacionamientos, un gimnasio, una clínica, un casino, una cava de vinos y hasta una lavandería.

“El Mercurio” recorrió este mítico subterráneo y, aunque pudo constatar que la existencia de supuestos túneles que conectan el Palacio con otros edificios cercanos no pasa de ser un mito, sí comprobó que subsisten algunas instalaciones como el ex búnker de Pinochet, hoy remodelado y convertido en las oficinas jurídicas de la sede gubernamental.

Así, el Palacio de la Moneda es sólo uno de los 2.209 edificios de la comuna de Santiago que poseen subterráneos, según datos de la Municipalidad.

Si se suman las galerías comerciales que tienen subsuelo, se abre todo un potencial que, según expertos, es posible potenciar con mayor fuerza.

Alberto Sato, decano de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad Nacional Andrés Bello, lideró la edición del libro “Santiago Subterra, nuevas lógicas y roles para el subsuelo”, donde diez arquitectos plantean la posibilidad de unir los distintos subterráneos existentes en la ciudad.

“Todo el mundo habla de espacios, pero los que planifican la ciudad muchas veces se olvidan de la tridimensionalidad. Hay un enorme potencial que permitiría aprovechar los subterráneos de mejor forma, pues se trata de un terreno que proporciona una seguridad que no se condiciona a los factores climáticos”, afirma el arquitecto.

Uno de los modelos de ese aprovechamiento es la ciudad de Montreal, en Canadá. Esta urbe cuenta en el centro con una red subterránea de más de 30 kilómetros, que incluyen restaurantes, museos, tiendas, hoteles y clínicas. “El rendimiento de estos espacios es realmente asombroso. Alrededor del Centro Cultural de La Moneda y pasando por el Banco Estado de Ahumada, todos los edificios tienen sótanos. Hay un anillo que perfectamente se podría explotar, uniendo todos los subsuelos para generar nuevos y mejores espacios”, agrega Sato.

Hoy en la capital hay subterráneos en que coexisten lugares clásicos con instalaciones contemporáneas. Es lo que ocurre en las galerías comerciales del centro de la ciudad, donde en un mismo sitio, como la Galería Edwards en Bandera, funcionan un cine y una gran tienda. Lo mismo ocurre en otras galerías donde se hallan bancos, restaurantes y tiendas a metros de la superficie. Según Sato, se puede encontrar buenos ejemplos del uso subterráneo en el Centro Cultural de La Moneda y la galería comercial SubCentro del metro Escuela Militar.

REMODELACIÓN

La reconstrucción de La Moneda, iniciada a principio de los años ochenta, se encargó de implementar las instalaciones subterráneas que hasta hoy existen en el palacio.

10.300

kilómetros tiene de extensión la red de alcantarillas de la capital.

75%

de la red del Metro de Santiago está construida de manera subterránea. Se trata de ochenta estaciones.

60.970

metros cuadrados de estacionamientos bajo la superficie tiene la comuna de Santiago.