Santiaguinos aprovechan días más largos para repletar parques y cafés
El atraso del cambio de horario y las temperaturas inusuales para abril han aumentado el flujo de clientes en terrazas de cafeterías y restaurantes de la capital. R La alta cantidad de personas haciendo deporte en los parques públicos llevó a algunas municipalidades, como Las Condes, ha extender el funcionamiento de sus espacios.
por Benjamín Blanco
(La Tercera – 11/04/2011)
Durante las últimas semanas las tardes de Santiago han tenido un tinte veraniego poco habitual para el otoñal mes de abril. El atraso del cambio de horario y las altas temperaturas, han provocado que a las 20 horas aún haya luz de día y los termómetros marquen 20º grados en promedio. Este inusual panorama está siendo aprovechado por los santiaguinos, quienes continúan repletando los parques y las terrazas de los cafés y restaurantes de la ciudad, como si abril se tratara del quinto mes del verano.
El dueño de la cafetería Le Fournil, Jerome Reynes, dice que incluso a las 21 horas sus locales están repletos de familias completas y oficinistas. “Los ingresos del mes pasado fueron un 10% mayor en comparación a la misma época de otros años. Completamos el mejor mes de marzo que hemos tenido”, dice el empresario.
Según Reynes, en marzo la gente sale menos de sus casas. “El santiaguino entra en un estado de hibernación y no vuelve a la calle hasta septiembre. El año pasado también se atrasó el cambio de horario por culpa del terremoto, pero la gente se quedó más en sus casas”, agrega.
Un caso similar sucede en el Emporio de la Rosa, que cuenta con seis locales repartidos en la ciudad. Francisco Undurraga, gerente general de la cadena de cafeterías, dice que el retraso del cambio de horario le ha hecho bien al negocio: “La primera semana de abril fue mejor que marzo, casi al mismo nivel de enero”, afirma. Según él, la mayoría de sus clientes llegan por las tardes, sin embargo, también ha notado un aumento del flujo de clientes a la hora del desayuno. “Es algo atípico en esta época, pero al parecer la gente tiene ganas de salir de sus casas desde temprano”, dice.
El efecto se repite en otros lugares. En el Boulevar del Parque Arauco, que reúne 22 restaurantes y cafés, aún no tienen las cifras exactas, pero estiman que en marzo las ventas habrían aumentado un 12%. “Hemos notado un repunte en comparación a igual fecha del año pasado”, explica Samantha Jijena, center mánager del mall. “Para aprovechar el buen clima, hemos complementado la oferta con presentaciones musicales en vivo”, agrega.
Una concurrida terraza del sector oriente, con una vista privilegiada al Parque Bicentenario, es la del restaurante Mestizo. La administradora del local, Belén Delandea, dice que la afluencia es similar a la de otros años. “Hay un poco más de gente, especialmente personas que acuden al parque con sus hijos y solicita sentarse en la terraza para disfrutar del buen clima, especialmente los fines de semana”, cuenta.
Deporte en parques
Los parques de Santiago también han tenido un auge inesperado para abril. Juan Ignacio Jaramillo, jefe de operaciones de la Municipalidad de Las Condes, comenta que todas las áreas verdes de la comuna están teniendo un boom de público y que por eso han tenido que extender los horarios de algunos de ellos.
“Cerramos el Parque Araucano a las 21.00 y hay mucha gente que permanece hasta esa hora en el lugar. Por lo general, el Juan Pablo II es cerrado a las 19.00, pero estas últimas semanas hemos extendido el horario hasta las 21.00 horas”. Según Jaramillo, esta medida durará hasta que baje la afluencia de público.
Luis Alberto Araya, jefe de deportes de la Municipalidad de Providencia, dice que la comuna vive una especie de verano prolongado. “Los vecinos están utilizando los recintos al aire libre -como las ciclovías o los gimnasios- al igual que enero o febrero”, comenta.
Otra perspectiva
En el restaurante Zanzíbar, ubicado en BordeRío, reconocen que en abril aumentó la visita a la terraza del local. “En mayo se produce un quiebre y baja bastante la afluencia, pero el ritmo de este abril ha sido similar al del verano. Estamos cerrando cerca de las 23.30, mientras que lo normal es que sea a las 22.30”, comenta Felipe Pumarino, administrador del restaurante.
Sin embargo, dice que el cambio de horario no lo ha beneficiado tanto como podría suponerse.
“La gente sale a comer de noche, pero como ahora oscurece tarde, los clientes van a sus casas para estar con sus hijos, ir a un parque o salen a hacer deportes para aprovechar la luz del día”, cuenta. “Posponen la posibilidad de ir a comer, porque la gente que tiene familia, en estos días hace más planes entre los suyos”, agrega.