Europa pone a la venta desde sus palacios hasta los bosques
Francia, Gran Bretaña e Italia son algunos de los países que apuestan por estas medidas, tratando de no poner en peligro su patrimonio cultural.
HENRY CHU Los Angeles Times
(El Mercurio – 15/04/2011)
En el corazón del bosque de Sherwood -donde nació el famoso personaje de Robin Hood- se está librando una nueva batalla. La causa es un proyecto de las autoridades británicas destinado a que extensas áreas de este bosque se pongan a la venta y así tapar el gigantesco agujero en las arcas públicas.
Pero para los furiosos residentes, esto sólo es tomar un bien común de los contribuyentes y entregárselo a ricos empresarios inmobiliarios y codiciosas corporaciones. Sin duda, Robin Hood estaría muy molesto.
Pero éstos son tiempos difíciles para el Estado, y no sólo en Gran Bretaña. A través de Europa, los países que deben lidiar con enormes déficits presupuestarios están tratando de deshacerse de propiedades estatales en un intento por equilibrar las cuentas, lo que también incluye algunos edificios icónicos.
“Se Vende”
En Gran Bretaña, el gobierno está proponiendo cambios legales que le permitirían vender todos los terrenos que son propiedad de la Comisión Forestal del Estado. Eso asciende a cerca de 2.600 kilómetros cuadrados, o el 18% de toda el área de bosques de Inglaterra, con un valor estimado de US$ 1.100 millones.
¿Se quiere establecer en Francia? Intente con el elegante Hotel de Seignelay del siglo XVIII, en uno de los distritos más selectos de París. Con molduras de oro en las paredes de su salón y una lápida para el perro de María Antonieta en el jardín posterior, la mansión es uno de cien edificios a la venta o arriendo a largo plazo del gobierno francés.
Por ejemplo, el Hotel de la Marine en París. Esta gran edificación ha albergado al cuartel general de la Armada desde épocas revolucionarias y está “magníficamente situado en la Plaza de la Concordia”, en el corazón mismo de la capital francesa. Pero la Armada se va a cambiar en 2014 y el gobierno quiere que un inquilino privado, con muy buena situación económica, ocupe el espacio por los próximos 60 u 80 años. El precio vigente es el secreto mejor guardado. Pero ya han postulado alrededor de 20 candidatos.
Alarmados por el futuro del edificio, el ex Presidente Valery Giscard d’Estaing y otras personas firmaron una petición para que se eche pie atrás. Y el actual ministro de Defensa, Alain Juppe, declaró hace poco que “debe seguir siendo un espacio cultural e intelectual. No quiero que se organicen concursos de Miss Francia aquí”.
El gobierno galo ha puesto alrededor de 1.700 propiedades a la venta o en arriendo, entre ellas viejas bodegas e instalaciones militares. Y las autoridades esperan alcanzar acuerdos por un valor superior a los US$ 500 millones este año. Alrededor del 15% de las ganancias se destinaría a la deuda pública; el resto sería para complementar los presupuestos de diversos departamentos.
En Italia, las autoridades también hicieron una lista de casi 12 mil propiedades que el gobierno está considerando entregar a aquellas autoridades locales necesitadas de dinero, las que pueden encontrar formas de explotarlas para tener ingresos.
El valor general de los bienes en la lista alcanza los US$ 3 mil millones, aproximadamente. Y puesto que es Italia, muchas de las propiedades se jactan de tener pedigríes impresionantes, como el imponente Palazzo di Badia en la Toscana, un antiguo monasterio benedictino con claustros renacentistas sobrevivientes del siglo XV. ¿Su valor? Apenas US$ 2,1 millones.
El tamaño es un problema
El desafío de muchas autoridades en Europa es encontrar compradores en tiempos de crisis, en especial para propiedades de gran extensión. Por ejemplo, nadie con US$ 56,5 millones se ha presentado aún para postular a una ex guarnición militar en Bologna (Italia), un complejo de 10,8 hectáreas y 26 edificios al que se le puede dar un uso tanto residencial como industrial. “Hemos logrado vender lo que era más pequeño y accesible”, dice Patricia Vasta, de la Oficina de Bienes Raíces Públicos.