Forestación urbana en Chile: proponen crear ley para mejorar áreas verdes
Sabemos que en Santaigo no existen muchos nuevos pulmones verdes. El tradicional Parque Forestal, el Parque Metropolitano en el Cerro San Cristóbal, la Quinta Normal y el Parque O’Higgins son los ejemplos clásicos de las grandes áreas verdes de la capital. Y aunque en los últimos años se han emprendido proyectos como el Portal (Cerrillos) y el Parque Bicentenario (Vitacura), seguimos necesitando cada día más espacios verdes urbanos.
Independiente de programas de pequeña escala y participación vecinal, que desarrollan distintas organizaciones para recuperar áreas verdes a escala barrial, en Chile no existe una política pública de recuperación y forestación urbana, que permita generar y mantener zonas que efectivamente contribuyan a mitigar el impacto ambiental de la vida en la ciudad.
Ante la reciente aprobación del PRMS 100, paquete de medidas de expansión urbana de Santiago en el que una de las aristas problemáticas era el modo de financiamiento que permitiría mantener las nuevas y existentes áreas verdes, cabe hacerse la pregunta de cuánta importancia damos en la actualidad al estado de nuestras áreas verdes en la capital, y de cómo esperamos que se desarrollen a futuro.
Entre las investigaciones que en la Universidad Católica se efectúan con un enfoque en el aporte al desarrollo del país, los académicos Alejandra Vargas y Nicolás Balmaceda, de las facultades de Agronomía e Ingeniería Forestal y de Derecho, respectivamente, desarrollaron un estudio que permitiría darle al país un modo eficiente de crear y financiar áreas verdes urbanas. El proyecto ya lleva años desarrollándose, y fue publicada como parte de las propuestas del Centro de Políticas Públicas para el bicentenario en Chile.
La siguiente presentación fue utilizada por los expertos para presentar el proyecto en la mesa de discusión “Forestación urbana mediante compensación ambiental”, desarrollada el pasado jueves 07 de abril.
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Según los investigadores, con cifras del 2009 existía un déficit importante de árboles en la capital: en esa fecha el estudio midió 6,3 millones de árboles, siendo la cantidad necesaria para lograr una proporción aceptable entre habitantes y árboles de entre 18 a 20 millones de ejemplares.
La investigación apunta a desarrollar un sistema viable de forestación, que se sostenga económicmente sin sobrecargar la economía fiscal, y que además contribuya a mejorar la salud de las personas, aporte con la descontaminación de las ciudades y mitigue los efectos de las lluvias, que al menos en Santiago causan estragos en el estado de las calles durante el invierno.
Lo central del proyecto consiste en proponer una “Ley de Donaciones para la Forestación Urbana”, que permita financiar y mantener las áreas verdes. Así puede crearse un sistema de compensación ambiental, mediante el cual los privados pueden obtener beneficios tributarios a través de las donaciones, y a la vez mitigar su impacto medioambiental.
Las propuestas de los académicos se basan en el diagnóstico de los malos resultados de distintos planes de forestación, cuya principal falencia, según los expertos, es la falta de conocimiento técnico acerca de qué especies utilizar, cómo plantarlas y cómo cuidarlas.
Mediante la inclusión de privados e instituciones en el financiamiento de las áreas verdes, se garantiza que éstas puedan mantenerse. Además, el proyecto plantea la creación de un Consejo de Forestación Urbana, que sería el organismo que visaría las propuestas de creación de áreas verdes, evaluando su calidad técnica y priorizando su realización en sectores de mayor necesidad.
Respecto a ello, los estudios del año 2009 generaron un mapa de la capital, que muestra el panorama de distribución de la cantidad de árboles y áreas verdes por comuna. El panorama es bastante desigual: la comuna de Pudahuel presenta un 4,3% de cobertura de vegetación, mientras que Vitacura cuenta con un 44% de su área total.