Aldeas: “25% de las familias no van a recibir un subsidio porque tienen otra propiedad”
A las dificultades propias de la reconstrucción se suman situaciones insólitas: “en una aldea, hay una señora en una mediagua, y tres más allá está el marido y más allá los hijos y todos pidieron casa. Y además, tienen subsidio de reparación”.
Pablo Obregón Castro
(El Mercurio – 18/04/2011)
Tomar el camino pedregoso, cuando existen alternativas expeditas, parece una decisión sin lógica. Sin embargo, hay situaciones que escapan a ese razonamiento. Al menos así lo piensa la ministra de Vivienda, Magdalena Matte, quien -en medio de la batahola suscitada por el caso Kodama- asegura que el modelo de reconstrucción por el que optó el actual Gobierno es el más complejo de todos, pero es el único que permitirá no cometer “el crimen social” de erradicar a 60 mil familias de sus pueblos de origen.
-La última cifra oficial de casas construidas data del 28 de febrero y en ese minuto teníamos 1.089 casas listas en sitio residente. ¿Cuántas tenemos hoy?
“A la fecha tenemos tres mil y de aquí en adelante vamos a llegar a 2.500 mensuales. El problema de los sitios residentes es que tenemos 60 mil familias desperdigadas en 600 kilómetros y casi no hay ninguna casa al lado de la otra. Esa ha sido una dificultad que ya estamos resolviendo, pero esta es la mejor forma de reconstruir en el mismo terreno donde la familia vivió toda la vida. No vamos a desarraigar a las familias, porque la alternativa que nos plantearon muchas veces era comprar paños en las afueras de las ciudades y plantar 500 casas en cada paño. Eso habría sido muy rápido, muy eficiente, pero habría sido un crimen social”.
-¿Cuáles eran las variables que se tenían a la mano al momento de optar por esta fórmula de reconstrucción? ¿Se sabía que habría problemas de títulos de dominio, de dispersión geográfica, de oferta de viviendas?
“Mire, fue una decisión difícil porque evidentemente optamos por la solución más compleja de implementar”.
“La solución fácil era comprar muchos terrenos y hacer miles de casas y con eso habríamos salido estupendamente bien en la foto, provocando un daño social irreparable. Nosotros habríamos arrasado con toda la vida del campo trayendo a las familias a las poblaciones. Queremos evitar a toda costa construir grandes poblaciones. Muchos nos decían que era un error, nos decían que hiciéramos el camino más fácil”.
-¿Aquellos que les decían que era un error lo decían porque querían un proceso más rápido o porque veían en la reconstrucción la posibilidad de hacer un buen negocio?
“Haber, las grandes constructoras no tienen ningún interés en estas viviendas. Aquí están trabajando las pymes, porque evidentemente una gran constructora tiene costos más altos, tiene que hacer una instalación de faena, no tiene mecanismos para hacer una casa y hacer otra en la esquina. Además, todos los terrenos son distintos”.
-No todas las familias son hábiles para recibir una casa…
“Ese es otro problema que tenemos. Hay un 25% o un 30% de familias que no van a ser hábiles para recibir un subsidio porque tienen otra propiedad, porque se inscribieron dos veces, etc. De 4.500 familias en aldeas, como 1.000 de ellas no son hábiles. Por ejemplo, en una aldea hay una señora en una mediagua, y tres más allá está el marido, los hijos y todos pidieron casa. Y además, tienen subsidio de reparación de sus casas. Por eso, la contabilidad no es fácil”.
-¿Hay familias que han egresado de las aldeas como resultado de la acción del Ministerio?
“Hemos cerrado ya seis aldeas, con 185 familias. La primera la cerramos en Talca, donde se cambió a las familias a departamentos y se clausuró la aldea, las mediaguas se guardaron y se mandaron al municipio.
“Tenemos que partir con todos los proyectos en diciembre de este año”
-Ministra, en este proceso nos encontramos con que había un gran número de familias que vivían sin títulos de dominio. ¿Esa fue la mayor dificultad?
“Desde el punto de vista de los procedimientos para reconstruir una casa en sitio residente, se requerían 180 certificados. Nosotros por medio de decretos y consultas a Contraloría hoy día podemos tener dieciocho certificados, lo que ayuda mucho. Hicimos un acuerdo con Bienes Nacionales para hacer un proceso más rápido”.
“Nos topamos con muchos problemas, pero hoy día sabemos que esos problemas se están resolviendo”.
-¿Cuántas familias van a vivir un segundo invierno en aldeas de mediaguas?
“A nosotros, el Presidente nos pidió un compromiso, una meta que es muy difícil, y es que el próximo invierno (2012) las familias de las aldeas tengan todas sus viviendas armadas. Para eso, tenemos que partir con todos los proyectos en diciembre de este año. Para eso estamos comprando terrenos, expropiando, full aceleración”.