Santiago cuenta con una planta de reciclaje de basura electrónica
Cada año se generan en Chile 7.650 toneladas de desechos electrónicos.
(El Mercurio – 25/04/2011)
El creciente interés de los chilenos por comprar aparatos tecnológicos tiene consecuencias para el medio ambiente: cuando la vida útil de estos artículos se termina, mucha gente simplemente los desecha.
El problema es que estos dispositivos contaminan el medioambiente, ya que contienen residuos metálicos altamente dañinos para la salud de las personas como el plomo, el arsénico y el cadmio.
En la Región Metropolitana existe una primera empresa de Chile y de Sudamérica en tratar esta complicación. Su planta ubicada en Pudahuel es un complejo que se encarga de recibir estos desperdicios, que mayoritariamente son celulares, computadores, baterías y electrodomésticos.
Su campaña “Botar basura electrónica es un crimen” pretende incentivar a las empresas y hogares a reciclar los aparatos en desuso, que los donen para su reutilización.
Para esto, Recycla cuenta con camiones impulsados por gas para la recolección de esta basura, que luego es trasladada a una planta en Pudahuel.
“Estos desperdicios son la nueva basura del siglo 21. Además es contaminante y daña las napas subterráneas y la tierra, generando un daño irreparable”, afirma Fernando Nilo, gerente de la empresa.
Después de recepcionar los equipos en desuso, se pesan los artículos para luego clasificarlos según sus componentes. En ese momento se decide cuáles pueden reciclarse y cuáles se pueden restaurar. Luego de eso, se desarman para posteriormente separar los residuos tóxicos de aquellos que se pueden exportar, como el plástico, el cobre y el acero.
Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, en Chile se generan 7.650 toneladas de basura electrónica, de las cuales sólo 1.300 son manejadas correctamente, por lo que la reutilización de sus piezas y componentes es la más adecuada solución. La gran mayoría de estos desperdicios proviene del sector automotriz, industrial, gubernamental, comercial y de los hogares.
La ONU ya previó el daño y las consecuencias que presentan estos desechos para el ecosistema local, pues son las economías en desarrollo las que menos control tienen sobre estos residuos.