Publicación de la semana: “Delirio de Nueva York”
Delirio de Nueva York: un manifiesto retroactivo para Manhattan
Autor: Rem Koolhaas
Editorial: Gustavo Gili
Idioma: español
ISBN: 9788425219665
Año: Primera edición 1978, esta edición 2010
Dónde comprarlo: En este link de la editorial Gustavo Gili
Sobre el libro: El valor actual de esta obra, escrita por el arquitecto y fundador de la Office for Metropolitan Architecture, es que a pesar de haber sido escrita hace ya más de 30 años, resultó ser premonitoria. Por un lado, el libro analiza desde un punto de vista teórico cómo se ha desarrollado la historia urbana de la ciudad de Nueva York: desde ser un territorio salvaje habitado por pueblos originarios de norteammérica hasta la urbe cosmopolita y superdesarrollada del siglo XX.
Nueva York como una especie de ombligo del mundo, para cuyo crecimiento no hubo algún marco teórico salido de las academias de arquitectura, porque fue tan vertiginoso y acelerado que las grandes industrias primero y luego los grandes rascacielos y centros de negocios, aparecieron en la trama urbana de forma casi espontánea. Hubo algo de planificación, sí, por ejemplo en los trazados de retícula para definir la división de los primeros solares en la ciudad, pero como en muchas otras urbes la velocidad del desarrollo económico, demográfico e inmobiliario muchas veces supera al de la agilidad con que las autoridades, académicos y profesionales pueden pensar la ciudad.
Índice:
- Introducción
- Prehistoria
- Coney Island: la tecnología de lo fantástico
- La doble vida de la utopía: el rascacielos
- Qué perfecta puede ser la perfección: la creación del Rockefeller Center
- ¡Europeos, cuidado! Dalí y Le Corbusier conquistan Nueva York
- Post mórtem
- Apéndice: una conclusión ficticia
- Notas
- Agradecimientos
- Créditos
Extracto: (Capítulo Prehistoria: Alfombra)” Hacia 1850, la posibilidad de que la explosión demográfica en Nueva York pudiese engullir como una ola monstruosa el espacio restante de la retícula ya parecía algo real. Se hacen planos urgentes para reservar como parques algunos solares que aún están disponibles, pero “mientras nosotros discutimos este tema, el avance de la población de la ciudad ya los está invadiendo y poniéndolos fuera de nuestro alcance.”1
En 1853, este peligro queda conjurado con el nombramiento de los “comisarios de tasación y valoración”, que deben adquitit y deslindar terrenos para un parque en una zona señalada entre las avenidas Quinta y Octava, y las calles 59 y 104 (más tarde la 110).
Central Park no es sólo la principal instalación recreativa de Manhattan, sino también el testimonio de su progreso: una conservación taxidérmica de la naturaleza que exhibe para siempre el drama de cómo la cultura deja atrás la naturaleza.”
- John William Reps, The Making of Urban America, Princeton University Press, Princeton, 1965, pág. 148 [↩]