Pueblos y barrios fantasma en España, vestigios de la especulación inmobiliaria
Hace unos días, le mostramos la impresionante situación en que se encuentran algunas de ciudades chinas, que, creadas desde cero para recibir habitantes, con todos los servicios y comodidades, se encuentran vacías. A pesar de que la demanda por viviendas en zonas urbanas crece cada año, el alto precio que provoca la especulación inmobiliaria hace que estos nuevos complejos sean inalcanzables para la mayoría de la población.
Similar es lo que ocurre en algunas localidades españolas, aunque a una escala menor. No son ciudades fantasmas, sino pequeños pueblos o barrios completos, con blocks de departamentos, que fueron construidos durante el boom inmobiliario en el país, y ahora, ante la crisis bancaria que se vive en varias naciones de Europa, ni los clientes pueden hacer la inversión ni los bancos pueden facilitar los créditos hipotecarios.
Se estima que el boom inmobiliario español se inició aproximadamente a mediados de los años 80. Pero recién a fines de la década del 2000 la situación vino a mostrarse crítica: durante los primeros años creció la inversión inmobiliaria, la construcción y subieron los precios, y para 2007 las personas ya no compraban viviendas.
Independiente de las opiniones encontradas, entre los líderes de grupos bancarios que aseguran que el período crítico puede manejarse y opiniones que son un poco menos confiadas y entusiastas, lo cierto es que hay barrios enteros en las ciudades en los que no se han vendido más que unas pocas casas. Es una situación similar a la de las Cajas de Ahorro, que fueron quedando vacías por la crisis bancaria, o el cierre del algunos museos, por la falta de financiamiento.
Es la situación, por ejemplo, de Yerbes, en las afueras de Madrid. En las colinas de las afueras del pueblo se levanta un grupo de 250 filas de casas, que fueron terminadas hace 3 años y que tienen unos pocos habitantes. El estado crítico de la situación se nota en cuanto hay muchas casas que comienzan a mostrar desgaste, por el tiempo que llevan desocupadas. Además, bandas de ladrones han arrasado con cañerías, estructuras sanitarias y todo lo que puedan extraer.
El auge y caída del sector inmobiliario español fue vertiginoso y de grandes dimensiones. En la última década, los precios del suelo aumentaron alrededor de un 500 por ciento y las empresas construyeron cientos de miles de unidades – 800.000 en 2007. En su punto más alto, el sector construcción representó el 12 % del PIB español, el doble que en Gran Bretaña o Francia.1 .
Pero el decaimiento del mercado fue veloz: según el Censo de Población y de Vivienda de 2001, en España había 3,1 millones de viviendas vacías.2 . En esa época la oferta ya superaba con creces la demanda, y los inmobiliarios y bancos no tenían cómo llenar los nuevos barrios creados, y así poder recuperar las inversiones.
El problema bancario va más allá, en cuanto, por ejemplo comparado con la crisis inmobiliaria norteamericana, en España los bancos suelen ser bastante más reservados con la información de sus balances, con lo que la situación puede parecer menos grave de lo que es, para la economía del país.
Lo cierto es que la manifestación concreta de esta crisis es el cambio de apariencia de las ciudades y pueblos periféricos de los grandes centros urbanos, como Yebes y Cuenca, ambos cerca de Madrid. Junto con verse como pueblos abandonados, este hecho trae consecuencias directas para la calidad de vida de los pocos habitantes que hay en ellos. Este artículo, en Plataforma Arquitectura, muestra cómo es la vida de uno solitarios vecinos, las únicas personas que viven en una amplia extensión de complejos habitacionales vacíos.
- Según datos publicados por el New York Times [↩]
- La vivienda vacía en España: un despilfarro social y territorial, Julio Vinuesa Angulo, Departamento de Geografía, Universidad Autónoma de Madrid. Artículo consultado a través de Revista Virtual Scripta Nova [↩]
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