Edificios de oficinas de alto estándar y pequeño formato se consolidan en la capital
Hoy se construyen 14 proyectos de este tipo, concentrados en los ejes Andrés Bello y Alonso de Córdova.
por Darío Zambra
(La Tercera – 18/05/2011)
Eduardo Ffrench-Davis es socio de una empresa que ofrece servicios para la gran minería. Su oficina en la Av. Andrés Bello tiene una vista privilegiada al cerro San Cristóbal, un sistema de calefacción con tecnología de punta y un diseño moderno. “Los ascensores del edificio son de excelente tamaño, muy rápidos y siempre están disponibles”, cuenta el empresario.
El edificio en el que se instaló esta compañía se llama Costanera Office y fue diseñado por el arquitecto Abraham Senerman, el mismo de la Torre Titanium. Tiene muchas de las características de los complejos de oficinas premium, pero un detalle que lo diferencia: el tamaño. Posee apenas nueve pisos y la oficina de Ffrench-Davis, una superficie de 120 M2. Es lo que el mercado conoce como un edificio de oficinas clase B+, una clasificación que se utiliza para designar a estas nuevas construcciones, que tienen estándar de un edificio clase, pero que son de pequeño formato.
Los primeros aparecieron hace dos años y hoy viven un boom. Según la consultora CB Richard Ellis, actualmente en Santiago se construyen 14 proyectos de oficinas de este tipo. En total, suman una superficie de 136.000 M2, tres veces mayor a los 46.000 que ya están construidos.
Son edificios que no superan los 14 pisos, tienen plantas libres de entre 300 y 800 M2 y con una altura entre piso y cielo de 2,5 metros promedio. Poseen un diseño moderno, muro cortina, ascensores de alta velocidad, sistemas de eficiencia energética y climatización centralizada. “Tienen la tecnología y las terminaciones de un edificio clase A, pero son más pequeños”, resume Eduardo Gutiérrez, gerente general de Ombú, un proyecto de oficinas B+ que será entregado en junio.
Paula Rodríguez, Marketing & Research mánager de CB Richard Ellis, explica que hasta ahora estos proyectos se están desarrollando en dos sectores de Santiago. Uno es el eje costanera Andrés Bello, entre Almirante Pastene y Bucarest, en Providencia. El otro, en el sector eje de Alonso de Córdova, en las cercanías de Los Militares, en Las Condes. “En poco tiempo ahí ha surgido un polo de desarrollo totalmente nuevo, que complementa al generado en Nueva Las Condes”, acota Rodríguez.
Estos espacios son los favoritos de medianas empresas de servicios, en las que trabajan entre 10 y 50 personas. Son principalmente firmas de ingeniería, consultoras, agencias de publicidad, estudios de abogados, importadoras y proveedoras de servicios para la minería. El director comercial de la inmobiliaria ASL Sencorp, Humberto Becerra, agrega que algunos profesionales independientes recién salidos de la universidad también han comprado algunos de estos espacios.
No son los únicos. Eduardo Gutiérrez asegura que gran parte del edificio Ombú será ocupado por una multinacional de la industria tecnológica.
“Por un asunto de imagen corporativa prefirieron instalarse en un lugar de más bajo perfil como éste, antes que en un edificio grandioso, como puede ser la Torre Titanium”, sostiene.
En Santiago, estos proyectos se están convirtiendo en una opción para aquellas empresas que quieren ser propietarias de los espacios que ocupan.
“La mayoría de los edificios clase A construidos en los últimos años han sido comprados por fondos de inversión y sólo se ofrecen al mercado en modalidad de arriendo. Pero estas oficinas se pueden comprar”, explica Rodríguez, de CB Richard Ellis.
La demanda por estos espacios es fuerte. Tanto, que la mayoría de las oficinas se venden en verde y entran al mercado casi sin espacios disponibles.