Nuevo sistema de enfriamiento reduce impacto ambiental de termoeléctricas
Además de dejar de recurrir al mar para mantener las centrales frías…
Por Alejandra Clavería
(Diario Financiero – 25/05/2011)
La empresa Crystal Lagoons, creadora del proyecto immobiliario San Alfonso del Mar, desarrolló una iniciativa que pretende terminar con el impacto ambiental en el mar que producen las centrales termoeléctricas. Se trata de un nuevo sistema de enfriamiento que permite mantener refrigeradas estas centrales mediante lagunas sustentables que reemplazan el agua de mar que hoy se utiliza para esos efectos.
“El 99% de las termoeléctricas en Chile ocupa carbón o gas para hacer andar las turbinas, pero este proceso requiere enfriamiento y para eso captan agua del mar, enfrían la planta y luego devuelven esa agua al mar. Pero producen dos problemas: uno es la succión que no solamente captura agua, sino también peces, microorganismos, plancton, entre otros; y luego producen un segundo efecto que es la polución térmica al devolver agua caliente al mar generando un tremendo daño ambiental”, explica Joaquín Konow, gerente de Desarrollo de Crystal Lagoons.
La solución que plantea la empresa es que la central capture agua desde una laguna (de unas 20 hectáreas de extensión) construida especialmente para ello a temperaturas de 50 grados, que haría recircular el recurso hídrico actuando como sistema de enfriamento. Las lagunas podrían instalarse en cualquier punto geográfico, haciendo que las termoeléctricas dejen de depender del mar para funcionar.
“La tecnología que desarrollamos hace posible mantener grandes volúmenes de agua en estado cristalino y a bajo costo, permitiendo construir lagunas de tamaños ilimitados y un 50% más económicas que las torres de enfriamiento que hoy construyen las centrales para reducir su impacto ambiental”, dice Konow.
Energía para diversos usos
Junto con reducir la contaminación de las termoeléctricas, estas lagunas pueden emplearse en múltiples industrias y abastecerlas energéticamente, contribuyendo a frenar el calentamiento global.
“Cuando se tiene una planta a carbón, aproximadamente un tercio de la energía se transforma en electricidad y dos tercios se pierden como calor de distintas formas. Pero estas lagunas son un reservorio de energía y, por ende, su agua puede tener distintos usos: puede ser utilizada para desalinizar, regar invernaderos o calefaccionar casas y oficinas. Si todas las centrales del mundo se convirtieran a este sistema y ocuparan esta energía en distintos procesos, los niveles de CO2 bajarían a la mitad”, asegura Konow.
La iniciativa fue presentada en la pasada cumbre de la APEC, que se realizó en Estados Unidos, y en la Universidad de Babson, y dos centrales de ese país ya evalúan implementarla. El proyecto también podría desarrollarse próximamente en dos termoeléctricas chilenas.